Entre la Finitud y la Eternidad: La Paradoja del Ser
Nuestras experiencias, pensamientos, emociones y deseos están inexorablemente ligados a la existencia física de nuestro cuerpo y a nuestra mente. Esta realidad condicionada afecta nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos.
El tiempo y el espacio son factores sobre los cuales tenemos poco o ningún control, pero que definen el marco de nuestra existencia. Estamos inexorablemente sujetos a la marcha implacable del tiempo y la vastedad incomprensible del espacio. Aunque las cosas ocurren a nuestro alrededor y en nosotros, parece que estamos separados de ellas de alguna manera.
¿Por qué existimos? ¿Hay un propósito o razón para nuestra existencia individual y colectiva?
La no existencia o la “nada” podría ser un estado ideal, libre de las limitaciones y sufrimientos de la existencia física y mental.
¿Qué sentido tiene existir entre la finitud y la eternidad?
La existencia humana se basa en la búsqueda de algo más: felicidad, seguridad, significado, o incluso un estado idealizado como el "cielo".
Pero alguien dijo: “si crees que has alcanzado el cielo, pero ha sido un “alguien” el que lo ha hecho, entonces es que todavía estás en el mismo infierno”.
Quizás, entre la finitud y la eternidad, deberíamos preguntarnos cómo encontrar un "cielo" que no sea una extensión del ego, sino una expresión de auténtica paz interior.