Por Siempre Juntos

II.

Max miraba su cuaderno, en busca de imaginación. ¿Cómo podría decir que su familia era una mierda, y sobre todo, cómo lo tratan?

 

Miró hacía Taeyong, que de igual forma no había escrito nada en la hoja. Taeyong miró hacía atrás en busca de ayuda, pero Max estaba de la misma forma. Miraron a Henry, que estaba escribiendo con lentitud.

 

A Henry no le gustaba hablar mucho de su familia, no era la imperfecta familia, pero tampoco se podría decir que era la perfecta familia. Miró a sus amigos, que no podían escribir ni una sola palabra en la hoja.

 

—solo escriban lo que les hubiera gustado en su familia — Taeyong miró a Max, quien solo asintió para que hiciera lo que Henry le había dicho.

 

Los tres se sentaban hasta la pared y en la parte de atrás del salón, en una esquina estaban los tres. Taeyong se sentaba frente a Max, Max estaba en el último pupitre de la columna. Y Henry se sentaba al lado izquierdo de Max, así se habían sentado siempre que les tocaba en el mismo salón.

 

No fue tan fácil como Max creyó, había tantas cosas que quería en su familia, pero ponerlas ya sería sobre exagerar las cosas y no le iban a creer.

 

Max, Taeyong y Henry fueron los últimos en entregar el ensayo sobre su familia, algo que no querían entregar.

 

—ahora debemos esperar a ver qué nos dicen — Taeyong y Henry asintieron a las palabras de Max.

 

Pero los días pasaron y no hubo ninguna duda sobre sus trabajos; hasta que un día lo hubo.

 

—Ha-In Park Kuznetsova, Samaelle Ferreira, Max Davies, Taeyong Lee y Henry Wilson, a la dirección — Taeyong miró a sus amigos cuando terminó de sonar el anuncio por los altavoces, no habían hecho nada como para que los llamaran a la oficina.

 

—si, también llamaron a tu novia — Taeyong le iba a reclamar a Max, pero sus demás compañeros empezaron a hacerle burla a Taeyong con lo que había dicho Max.

 

Mientras salían del salón, Henry se terminó de acomodar el uniforme, abotonando los botones que le faltaban y también acomodó su corbata. Max,  por otro lado se tardó un poco más en arreglar su uniforme; abotonó su camisa y se bajó las mangas hasta sus muñecas, abotonando los botones de las mangas, se fajó la camisa y de uno de los bolsillos de su pantalón sacó su corbata.

 

Era la primera vez que Henry y Taeyong veían a Max con el uniforme tan bien portado. Los hizo reír, pero detuvieron sus risas cuando de un salón de más adelante, salieron Ha-In y Samaelle.

 

—urineun gyojangsilro bulryogal manhan ireul han jogi opsseumnida — Ha-In suspiró, mientras miraba a su amiga. —ya! amu maldo an hal kkoya? —

 

—naneun hangugoreul motanda — Samaelle contestó enojada, haciendo reír a Taeyong, que es el único que entendía que había dicho Ha-In.

 

—mianhae… digo, lo siento, cuando me enojo hablo coreano, se me olvida que solo te enseñé a decir, no hablo coreano — Samaelle miró hacía atrás. —¿Qué hicimos para que nos llamaran? —

 

—no hemos hecho nada — Samaelle miró hacía enfrente, mientras terminaba de arreglar el moño de su cabeza. —no traes tu diadema —

 

—la diadema — Ha-In se giró para ir a su casillero, notó a los tres que estaban ahí, los saludó con la mano antes de ir a su casillero por su diadema.

 

—O que você fez? — preguntó, Henry miró a Taeyong en busca de que había dicho.

 

—a mí ni me veas, yo solo hablo coreano — levantó las manos.

 

—Nós não fizemos nada — Max levantó los hombros y lo miraron Henry y Taeyong. —Preguntó qué habíamos hecho, le dije que no hemos hecho nada —

 

Ha-In regresó acomodando su diadema en su cabeza, antes de tomar el brazo de Samaelle y empezar a caminar hacía la oficina del director; los tres chicos las siguieron a unos pasos de distancia. Ha-In de vez en cuando decía una que otra pregunta de coreano y se contestaba ella sola en ruso; estaba nerviosa, era la primera vez que la llamaban a la oficina del director y no sabía por qué había sido.

 

Al llegar los sentaron en las sillas de espera, Ha-In se seguía preguntando que hab{ia hecho mal, solo por dos horas de clases había dejado su diadema en su casillero, pero todos las horas de todos los días siempre la ocupaba. Samaelle, por otra parte trataba de pensar si estaban en la dirección por algo malo que habían hecho o por algo bueno que habían hecho, aunque apenas y conociera a los tres chicos, sabía que son inofensivos, nunca harían nada malo, o eso quería pensar ella.

 

Henry tomó la mano de Ha-In, haciendo que se relajara tan solo un poco, ¿Por qué para que mentir? El también estaba nervioso de no saber porque estaba ahí. Max miró a Taeyong en un intentó de que fuera valiente y tomara la mano de Samaelle, pero de algo estaban seguros los dos, era más probable que Samaelle le arrancara la mano a Taeyong antes de sujetarla.



#7964 en Novela romántica

En el texto hay: accidente, autosuperacion

Editado: 03.04.2024

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