Ryuta caminaba por las calles de la privada, solo era un sábado más en su vida. A lo lejos había visto al nuevo grupo de amigos de Harry, cuando ella todavía seguía estudiando la preparatoria con Harry, solo eran ellos dos contra el mundo, como decía Harry.
Ryuta amaba a Harry, pero había cosas que todavía no estaban en paz dentro de ella.
Suspiró mientras se sentaba en uno de los columpios que había vacío. El parque estaba medio vacío, realmente no había muchos niños en la privada y los pocos que había estaban ahí, estaba tranquilo y eso le ayudaba a pensar, por lo menos a despejar su mente.
La chica llamada Samael se sentó a su lado en uno de los columpios, empezando a mecerse, levantando sus pies. Ryuta la miró, su cabello que antes era gris, se estaba des lavando, ya su tono era de un rubio cenizo y las raíces empezaban a ser de su tono natural. La había visto constantemente.
A comparación como Harry la llegaba a describir, realmente no lo parecía, era una niña. Su carita aún tiene rasgos muy infantiles, pero sobre todo, nunca hablaba, pero la miraba de vez en cuando, como si estuviera buscando algo.
—hola — por primera vez, Ryuta le dirigió la palabra. Samael la miró, mientras ladeaba la cabeza. —¿Cómo te llamas? —
—Samaelle — a diferencia de como Harry había dicho. Ryuta no se sentía extraña al hablar con el tono de Samaelle. —¿Tú? —
—Ryuta — sonrió.
—¿Nombre de niño? — Ryuta solo asintió un poco triste. —el mío igual —
Ryuta sonrió, pero Samaelle no lo hizo.
Samaelle no volvió a decir nada, pero se la pasaba constantemente viendo hacía las familias que había en el parque. Ryuta hizo lo mismo.
Kosuke llegó luego de unos minutos. —¿Ryuta? Mi mamá te quiere ver — llegó hablando japonés. Ryuta miró a su gemelo, suspiró levemente.
No había vuelto a casa en varios días, no quería ver a su madre, mucho menos a Kosuke, que siempre se sintió superior a ella en lo que fuera.
—¿Para qué me quiere? No creo que me quiera ver — Kosuke dejó soltar una risa sarcástica.
—no soy tu maldito mensajero Ryuta, solo haz lo que mi mamá diga — Ryuta miró hacía Samaelle que miraba hacía el chico, como si le tuviera asco. Al menos ella podía hacer eso.
Ryuta se levantó, mientras comenzaba a caminar hacía la dirección de su casa. Kosuke miró hacía Samaelle y sonrió, mientras se sentaba en el columpio que Ryuta había dejado vacío.
—Hola bonita, me llamo Kosuke ¿Y tú? — Samaelle lo miró frustrada. —¿Qué? — rio.
—solo pienso cómo pudiste tratar a tus ex novias, solo eres un mezquino narcisista y soberbio — Samael miró hacía otro lado, columpiándose, solo esperaba a Max para irse de ese lugar.
—¿Cómo te atreves a hablarme así? — Kosuke se acercó a ella de forma amenazante, haciendo que Samael se pusiera de pie.
Kosuke se detuvo. El chico aproximadamente medía lo mismo que Samaelle o un poco más, pero él jamás había visto o conocido a una chica tan alta como Samaelle, sobre todo teniendo de referencia la estatura de su gemela, Ryuta, Samaelle fácilmente le sacaría una cabeza de diferencia.
—Elle — la voz de Max sonó, mientras se acercaba hacía la chica y miraba al contrario. —¿Qué pasa? —
—Nada importante, solo este gudon’na me está molestando —
—¿Me acabas de decir gudon’na? — Kosuke se acercó a ella y ella lo miró, mientras también se acercaba a él, de la misma forma amenazante.
Max trató de detener a Samaelle, para que no hiciera nada de lo que luego se arrepienta.
No era la primera vez que había visto así a Samaelle, en realidad, para Max era más común ver a Samaelle pelearse con cualquier persona que no conocía, que verla tranquila y callada, como todos los demás la conocen.
—Samaelle no hagas una escena en un lugar con niños — la chica miró hacía Max, antes de alejarse de Kosuke.
—eres un ridicula y pensar que te iba a invitar a salir — pronunció Kosuke, Max lo miró sin entender lo que había dicho el contrario.
—y tú eres un pedazo de mierda, al que mataré si le haces algo a Ryuta — Kosuke se quedó sin palabras al escuchar el japonés perfecto de Samaelle, sobre todo que lo había amenazado, todo por su gemela. —recuerda que no todas caen por tu cara, debes de ser unas cabezas huecas para querer salir con un machista cómo tú — Max rio levemente, cuando el chico iba a contestar. —he escuchado cada palabra que le dices a tu hermana, antes de hablar, tan siquiera piensa si los de tu alrededor no saben tu idioma —
Samaelle empezó a caminar, mientras era seguida por Max. —a veces me impresiona los idiomas que hablas —
Samaelle levantó los hombros.
Noah, les abrió la puerta de su casa. Habían prometido que Ha-In se iba a disculpar con Samaelle, pero habían tardado en hacer que Samaelle aceptara, sobre todo, que lograron que la chica fuera, porque Max se lo pidió por una semana.
Las fotos en las paredes eran extrañas para los que estaban ahí, sobre todo para Max, que en su casa no había ninguna. Ha-In tenía en sus manos la fotografía de Noah con sus padres y sus hermanos. Ella se veía muy pequeña, pero tranquila.