Por siempre mi amor

Capítulo 4

Narra Erika

No podía decir ni una palabra, aquél hombre literalmente me tenía anonanada, tan solo ver sus ojos esmeralda hacían que me perdiera en ellos, como si de un hechizo se tratase. Si no hubiera sido por Andrew que me sacó de mi ensoñación, no sé qué habría pasado conmigo

—Erika quisiera hacerte una invitación para que salieras a comer con nosotros o de perdida a tomar algo.

—Me gustaría tanto pero me siento cansada, además, estoy segura que los chicos van a querer salir a celebrar lo del concierto.

—Vamos Erika, será divertido, además hace mucho que no te vemos y no sabremos si el siguiente encuentro será pronto, anda di que sí— Tom tenía mucha razón, uno de los motivos por los que regresé a Londres era por verlos a ellos y compartir tiempo juntos, no solamente para seguir con mi sueño.

—Tú ganas Tommy, acepto, pero déjenme ir a avisarles a George y a mis amigos que me iré con ustedes para que no me esperen.

Despues de avisarles a George y a los chicos que me iría con unos amigos, caminamos hacia donde estaba el auto de Andrew estacionado; era un audi color plata, muy bonito y caro para mi gusto.

Con Andrew al volante, yo en el asiento del copiloto y Eddie y Tom en los asientos de atrás nos dirigimos nuevamente hacia las concurridas calles del centro. Mi amigo puso música y como en los viejos tiempos, nos pusimos a cantar a todo pulmón, hubo una que otra risa por parte de alguno de nosotros.

Llegamos a una pequeña cafetería, que, en palabras de mis dos mejores amigos, es una de las mejores de la zona.

No ubicamos en una de las mesas del fondo, que quedaba junto a la ventana, Andrew y Tom se sentaron al frente mío, por lo que Eddie terminó sentándose a mi lado.

—Bienvenidos chicos, ¿Qué puedo ofrecerles esta hermosa mañana?— una rubia muy guapa estaba parada delante de nosotros con una sonrisa en los labios.

—Yo una malteada de chocolate y un pay de limón, por favor.

—¿Y ustedes caballeros?

Tom y Andrew se decidieron por pedir lo mismo: té con leche y una rebana de pastel imposible; y se preguntarán, ¿Cómo es que lo sé? Pues la respuesta es fácil, desde que los conozco, cada que íbamos a alguna cafetería, ambos pedían lo mismo.

—¿Y para el otro caballero?

—Lo mismo que la señorita por favor.

—Perfecto, en un momento les traigo su orden— la chica se alejó y mientras esperábamos comenzamos a hablar de cualquier tontería hasta que...

—Erika, lo que presenciamos hoy fue increíble— Tom hablaba súper animado por lo de mi presentación

—Concuerdo con él, sabíamos que poseías el talento y el don, pero con lo de hoy, cruzaste las fronteras del mundo de la música, si siguieras así podrías llegar hasta alcanzar la carrera de solista que siempre has querido.

—Gracias por tu aliento Andrew, pues pienso lo mismo, quiero llegar a hacer grandes cosas y sé que además en el mundo de la actuación también podre traspasar fronteras.

Eddie iba a decir algo pero se vio interrumpido por la chica, quien ya traía nuestros respectivos alimentos. Comimos en un silencio que no era para nada incomodo; en todo momento sentía la mirada del castaño sobre mí, me sentía nerviosa, la situación ya estaba empezando a incomodarme hasta que...

—Pequeña dame un trozo de tu pastel— atónita, vi como Tom robaba un pedazo de mi pay justo frente a mis ojos.

—Hey, no seas trampas— en el momento en que iba a hacer lo mismo con su plato, él puso su tenedor enfrente del plato y empezó a agitarlo como si de una espada se tratase, imité su acción y en menos de 2 segundos estábamos enfrascados en una improvisada pelea de espadazos con nuestros respectivos cubiertos.

Andrew aprovechó nuestra distracción para hacer lo mismo con nuestros respectivos postres. Ambos volteamos a verlo con una mirada de sorpresa

—¡Qué! Tengo hambre— esto no se iba a quedar así, ambos con una mirada de enojo fingido lo atacamos con nuestros cubiertos, empezando una nueva pelea, pero ahora entre los tres.

Reíamos a más no poder, mientras eramos observados por cierto castaño quien nos lanzaba miradas de extrañeza; sí, se podría decir que no eramos las personas más normales del universo y que nos veíamos ridículos haciendo ese tipo de cosas pero que le íbamos a hacer, así eramos nosotros.

Después de esa pequeña "pelea" pedimos la cuenta y salimos del café. Ya era un poco tarde por lo que debía regresar a casa. Los chicos se ofrecieron a llevarme pero esta vez me rehusé; ¿La razón? No la sé, sería ¿Porqué la presencia de Eddie me ponía nerviosa? Tal vez.

—Erika, espera. 

—¿Qué pasa, Andrew?

—Quería ver si podías pasarme tu número para poder seguir en contacto contigo— mi amigo me extendió su celular para que pudiera anotar mi número.

Lo tomé, escribí el número y se lo regresé a mi bffo

—¿Segura que no quieres que te llevemos?

—Segura, no quiero que ustedes se desvíen de su camino, además que quiero caminar un rato y despejarme— mi tono delataba mi nerviosismo.



#7285 en Fanfic

En el texto hay: musica, amistad, amores

Editado: 17.03.2021

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