Capítulo 17

- ​​​me creerias si te digo que...cuando veo al cielo fijamente, puedo ver el resplandor hasta de la estrella mas pequeña?

- me creerías si te digo, que pase lo que pase te voy a proteger?- 

- te creo...

despierto sintiendo unas inmensas ganas de llorar, sintiendo como si de pronto, me quitaran parte de mi vida, como si viviera una mentira, y eso... Es cada vez que sueño con ese lugar... Pero no estoy sola, en mi sueño siento miedo, aunque trató de ser fuerte, siempre me lastima algo, y solo se que, cuando la persona que está a mi lado me habla, mi calma vuelve, mi respiración se estabiliza, y mi corazón se llena de paz.

Pero nunca puedo verlo, nunca puedo saber un nombre.

Aunque que mas da, es un sueño, he escuchado que hay sueños que parecen ser tan reales, que hasta sientes como si de verdad lo estuvieras viviendo, ha de ser uno de esos.

El sonido de mi móvil me termina de despertar, regresandome a la realidad, estiro mi brazo para alcanzar el movió de la mesita de noche que está a un lado de la cama, pero axel me tiene abrazada, y como no quiero despertarlo, hago un intento mas de alcanzar el aparato, que, al final va a terminar despertando a todos, fallo de nuevo, ya que al hacer el esfuerzo por alcanzarlo de nuevo, el dolor agudo en mi abdomen se desata.

Carajo! Que dolor!

- estás bien- pregunta angustiado axel, cuando dejo salir un quejido lastimero, y me pongo en posición fetal para aplacar un poco el dolor.

- duele! -

Y rayos, si duele!

- no te muevas- me levanta la camiseta de dormir, y con cuidado levanta la venda para ver si no se abrió la herida, pero al acercar sus dedos a las orillas de la venda, me retuerzo un poco, aguantando el dolor.- puedes dejar de moverte?, que estabas intentando hacer?.- pregunta en tono de reproche.

- quería alcanzar mi móvil, estaba sonando- hago una mueca cuando el comienza a remover la venda.

- y porque no me pediste ayuda? Tonta!, podias abrir la herida!- me quedo pasmada por un rato, meditando sus palabras, siento como si estuviera viviendo un dejavú.

- no me digas tonta! Tonto...- me voltea a ver rápidamente, su expresión cambia a una totalmente extraña, pierde color y se aleja.

- eres tú?- me mira como si fuera la primera vez, sus ojos se tornan rojos, y parece sorprendido.

Axel se levanta rápidamente y sale de la habitación, la preguntas por lo que acaba de pasar comienzan a fluir.

No lo que entiendo...

Regresa a la habitación con algo en la mano

Una foto?

- cielo...siento hablate así, pero una fotografía no me quitará el dolor, sabes?- me vuelve a extender la fotografía.

La tomo, mis manos tiemblan y no se porqué... Al detallar la imagen es...

- es una promesa... Me prometes que serás fuerte?

- no me digas tinta! Tonto!....vendré mañana....lo prometo porque eres lindo...te lo diré si me lo dices tú primero...

- axel... 

No! No! Sueltenme!!!, no quiero ir, quiero a papá!...

- tu papá es el culpable niña...callate!...o nos ayuda por las buenas...o lo hará por las malas...

- no llores... Nos sacaran de aquí...te lo prometo....mis papás me están buscando...nos sacarán de aquí... Soy christian...christian white...

- recuerdo...- digo en un hilo de voz antes de caer al vacío.

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22 años atrás...

hay un día muy bonito afuera, papá se fue de nuevo de viaje y mamá está muy ocupada en el hospital, Carmen, la señora que mamá contrató para cuidarme, se quedó dormida en el sofá con la tele encendida, y yo solo puedo ver por la ventana como el día es muy bonito...y no puedo salir...o si?

corro a mí habitación en busca de mi mochila de la sirenita, es mi princesa favorita, con cuidado de no despertar a Carmen salgo de la casa,  hacia mi aventura, tomo la nueva bicicleta que me trajo papá y me subo, pero caigo al suelo en instantes, ya que con tanto viaje, a pesar de que me prometió que me enseñaría, no ha podido.

me levanto y me sacudo el polvo, y mejor camino arrastrando mi bici hacia el parque, porque no quiero volver a caer...

veo un perrito en la orilla de la calle, me acerco y saco uno de los sándwich que guarde antes de salir de casa, y le eoy uno...lo alejo de la orilla, lo puede atropellar un auto.

regreso a mi aventura, y los pies comienzan a dolerme, así que intento de nuevo subir a la bicicleta, y tal como he visto en películas, comienzo a andar hasta que pierdo de nuevo el equilibrio cerca del parque...

caigo de bruces al suelo, un espantoso dolor se instala en mi rodilla, me subo con dificultad el pantalón observando como emana sangre de mi rodilla.

comienzo a sollozar por el dolor y la sangre hasta que...

- estás bien?- un niño de unos diez años llega a mi rescate, será mi príncipe?

- duele!!- grito cuando coloca una manta en el raspón de mi rodilla.

- era la manta favorita de mamá, pero ella entenderá- me mira, y me quedo viendo el extraño color de sus ojos, no son grises ni verdes, pero al mismo tiempo lo son.