Capítlo 42

Ethan estaba atrapado en un sótano oscuro, las cadenas que lo sujetaban eran resistentes tanto a su fuerza física como a su magia. La desesperación comenzaba a invadirlo mientras las brujas entraban y salían, murmurando entre ellas. De repente, una presencia potente y escalofriante llenó la habitación. Una bruja se acercó a él y se quitó la capucha, revelando un rostro desconocido pero cargado de poder.

Con una voz malévola la bruja habló. —Ethan, te tenemos donde queríamos. Tu alma será transferida a una nueva bruja. Es un honor que no muchos tienen. Te sorprenderás el poder que habrá en la organización cuando tú y ella se unan.

—¿Quién eres y qué quieres de mí? —Preguntó el demonio mirándola con desafío.

—Soy tu hada madrina. —Dijo soltando una risa. —Soy el puente para liberar a las fuerzas que controlarán este mundo. Ustedes están destinados a gobernar el mundo de las sombras y el mundo superior.

En ese momento, otra bruja de presencia igualmente imponente entró al sótano. Se acercó a la primera bruja y le susurró algo en voz baja, pero suficiente para que Ethan pudiera escuchar. —Estamos listos para enviar el ataque a la mansión Celestite.

Ethan sintió un nudo en el estómago al escuchar esto. Sabía que Gianna y sus nuevas amigas estaban en peligro y debía hacer algo para advertirles. La primera bruja se volvió hacia él, notando su reacción.

—Parece que te preocupa alguien en esa mansión. No te preocupes, pronto todos serán parte de nuestro plan. —Añadió la bruja.

—No permitiré que les hagas daño. —Respondió el demonio con furia.

—¿Qué harás? —Dijo la bruja riéndose. —No tienes opción, Ethan.

Las brujas se retiraron, dejando a Ethan solo nuevamente en el oscuro sótano. La desesperación se mezclaba con la furia dentro de él. Sabía que debía encontrar una manera de escapar y advertir a sus amigas en la mansión Celestite antes de que fuera demasiado tarde.

Mientras tanto, en la mansión Celestite, Gianna y Maya estaban reunidas con Elena, Eva y Nora, en la parte trasera del jardín preocupadas por la ausencia de Ethan y Berenice. Gianna sentía una inquietud creciente, una intuición de que algo terrible estaba por suceder. Justo en ese momento, Berenice apareció por el jardín de la mansión acompañada por Amadeo. Las demás muchachas se alegraron al verla llegar, pero una corazonada inquietó a Gianna cuando no vio a Ethan.

—Vamos a la cocina, tenemos que hablar. —Indicó Berenice con voz de urgencia.

Una vez en la cocina, la maestra les presentó a Amadeo. —Chicas, este es Amadeo. Amadeo, estas son Gianna, Maya, Eva, Nora y Elena.

—Un placer conocerlas a todas. Elena, es un gusto verte de nuevo. —Saludó el demonio cortésmente.

Elena le devolvió el saludo con familiaridad, reconociendo su importancia. —Berenice, cuéntanos qué ha sucedido con Ethan. ¿Por qué no está contigo?

Berenice respiró hondo y contestó:

—Como ya saben, Ethan y yo viajamos al mundo de las sombras para hablar con mi... el Rey Astarot. Durante nuestra ausencia, ese mundo fue asediado por brujas cazadoras de demonios. Seth, el guardián de la región sur, nos traicionó y Ethan fue capturado.

—¿Sabes dónde está Ethan en este momento? —preguntó Gianna con tono apremiante.

—No estamos seguros. Lo llevaron las brujas hacia la salida cercana al abismo y hemos perdido su rastro —respondió el demonio guardián.

—La casa de Darlene es la más próxima a la entrada de la caverna que conduce al abismo. Podría ser una pista importante —dijo Elena con determinación.

—¿Te refieres a la abuela de Sarah? —inquirió la joven bruja, sorprendida.

—Es correcto. —Respondió Elena.

—¿Qué tiene que ver la abuela de Sarah en todo esto? —Preguntó Gianna con angustia.

—Darlene forma parte de una organización conocida como la Organización Oscura. Ellas fueron pioneras en el descubrimiento de la vida prolongada y emplean la transferencia de almas demoníacas en sus rituales. —Comentó la encargada de la mansión.

—Necesitamos encontrarlo. No podemos entregar su destino a esas brujas. —Expresó Gianna con preocupación.

—Comparto tu opinión. Debemos actuar rápidamente. —Afirmó Maya.

—¿Crees que Amadeo podría ayudarnos a localizar a Ethan? —Inquirió Elena mirando a la maestra.

—Amadeo es uno de los guardianes más leales. Con su apoyo, nuestras posibilidades aumentan significativamente. —Contestó Berenice. —Sin embargo, aunque la situación sea crítica, no podemos precipitarnos. Sé que cada minuto es crucial, pero debemos prepararnos adecuadamente, contar con un plan y aliados antes de avanzar, — añadió.

El guardián con gran determinación expresó:

—Haré todo lo posible para ayudar. La seguridad de Ethan, de Berenice y de todas ustedes es ahora mi prioridad.

Elena asintió, mostrando su determinación. —Entonces, no perdamos más tiempo. Vamos a planificar nuestro siguiente movimiento. Gianna, Maya, Eva y Nora, preparen lo que necesiten. Amadeo, tú y yo discutiremos las estrategias de rastreo. Berenice, asegúrate de que todo esté listo para cuando partamos.

Las chicas se dispersaron rápidamente para prepararse, sintiendo la urgencia de la situación. La preocupación por Ethan y la determinación de rescatarlo unieron sus esfuerzos, preparándose para enfrentar el peligro que les esperaba.

*****

Sarah se sentía intrigada por el extraño y constante movimiento en la casa de su abuela Darlene. Su abuela le había prohibido acercarse a la entrada del sótano. No obstante, la curiosidad de la joven fue más fuerte y, refugiándose en uno de los pasillos cercanos, observó cómo otras jóvenes brujas entraban y salían. Cuando una de ellas abrió la puerta, Sarah oyó a un hombre gritar con furia. La voz le sonaba familiar, pero no lograba identificarla.

Esperó a que las últimas brujas abandonaran el sótano antes de decidirse a bajar. Nuevamente escuchó la ira del hombre y, de repente, comprendió que era Ethan. —¡Ethan! ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó con voz temblorosa, corriendo hacia él.