Capítulo 3

Capítulo 3
‘No se justifica las mentiras por muy

piadosas que sean'

Esperamos pacientemente buscando un lugar en el estacionamiento hasta que por fin se encuentra.

Miro a Oliver quien Oliver quien de me empuja ligeramente al caminar, aun no comprendo como camina de lado, pero se las empeña y como podemos seguimos a Ally y a Dani, mientras él está devorando la magdalena a su paso, la mayoría no sabe que él es gay, aunque siempre lo ha hecho saber. Ollie me ha hablado de la infinidad de veces que se negó a sí mismo porque él no aceptaba su orientación por temor a su padre, quien aún no lo acepta de un todo.

Dani me besa la mejilla antes de irse a su clase, se negó rotundamente a llevar esta clase, simplemente no le gusto y optó por irse a otra, la única que no compartimos, por en cambio a Becca le fascina esta clase como a mi.

Nos sentamos en la segunda fila como habitualmente hacemos, me sorprende que no haya llegado ya, Ollie por en cambio rebusca en su mochila sacando sus galletas, remueve su café y con las piernas cruzadas empieza su aperitivo.

Me lo quedo mirando, parpadeando un par de veces, al notarlo, no se enderesa, simplemente me extiende una galleta hasta la boca, la abro y la muerdo.

—¿En qué momento trajiste todo esto?

—Es por cualquier cosa, tu traes tus libros y yo…—Ahora lo que saca son dos vasos, luego papel y los desinfecta antes de servirme el café—, traigo mis meriendas de clase.

Se encoge de hombros y me obligó a ignorar el sonido que hace a propósito con la boca al masticar. La profesora Elda no ha tardado en dar su discurso del día sobre la clase anterior y Ollie en cuestión de segundos se acaba todo y lo único que me deja es la mitad de la galleta mordida, mientras me sonríe con la boca llena. El mensaje de Becca llega minutos después.

Asunto importante nena, llegó en la siguiente clase. Toma apuntes por mi.

—Beck llega en la siguiente clase —Levantó la mirada y lo veo pegarse el pecho mientras termina de tragar—, Muy buena eeeh —Me burló sin dejar de mirar al frente con una sonrisa.

Después de cinco minutos se acaban las preguntas y las idioteces que murmuran por atrás, dando el inicio a la clase y Philips abre su libro.

—Hablemos sobre la ley de oro ‘Trata a los demás como quieres ser tratado’ —Cruza las piernas detrás de su escritorio y se acomoda el flequillo rubio—, Kant reflejaba sobre los actos y las mentiras en el imperativo categórico.

Después de terminar su diálogo con una sonrisa y las manos sobre el reposabrazos esperando el revuelo que llevará esto y sonrió ante ello. El codazo que me da Ollie hace que brinque en mi lugar y me levanta y baja las cejas sonriendo y meneó la cabeza. Aún no Murmuró.

Un chico de la clase, que suele ser mi favorito, toma el primer revuelo. Sus palabras siempre me gustan.

—El imperativo categórico es el reflejo sobre la moral en la razón, el hecho de actuar con la razón refleja la fuerza moral de no pensar o actuar como los demás y los principios reflejados si no nuestros.

Ben sacude la cabeza para apartarse el cabello de la frente y se ajusta la sudadera. Philips asiente hacia su dirección en un atisbo de sonrisa.

La señora Elda se toma el tiempo en revisar sus hojas del escritorio, los murmullos se hacen de nuevo mientras esperan que ella vuelva a atender al frente, al parecer cuando los tiene en orden acomoda la carpeta cerca de su bolsa y nos mira con una sonrisa, ajustándose sus anteojos.

Cada que la miró la ternura crece en mi, es tan amable, tan cariñosa, respetuosa y divertida que las ganas de rodearla con los brazos me carcome, jamás nadie reprueba con ella, siempre se empeña con que todos aprendan y se esfuercen, trata de dar su mayor esfuerzo en ayudar que, creo que por ello tiene más alumnos que en todos los demás, el respeto se lo gana.

Acomoda los brazos en su escritorio y continúa.
—Las mentiras son actos que se reflejan día con día, es a lo que Kant negaba y estaba en contra pero, ¿por qué?

Respiro hondo y suelto una bocanada de aire antes de hablar, la profesora Elda me mira con una sonrisa asintiendo a mi dirección.

—Las mentiras están sujetas a los actos que están reflejados como piadosos, ese hecho reflejado en ‘piedad’, lo sustentan en algo bueno y perdonable, algo sujeto a lo contrario de la moral y si hablamos de ello, las mentiras por muy piadosas que sean no dejan de ser eso, mentiras. —Trato de detener el comienzo de mi nerviosismo que crece por mi cuerpo y se intensifica en el pie que no deja de moverse—, Todo acto tiene consecuencias así como decir una mentira o una verdad como sea vista.

Respiro profundo al terminar y sentir lo caliente en la mejillas, al tener a todos los de enfrente o a lado mirándome.

—Lo has hecho bien —Deslumbró la sonrisa de sinceridad en los ojos del castaño.

—Eso es una tontería, todos mentimos, es inevitable. Toda persona con uso de razón que te diga ‘no mientas’ lo hace. Sea o no reflejado el punto de sinceridad, debe antes reflejarse al hecho de ser bueno o basura, aunque quiera hacerse inocente.

No tengo que mirar para saber quien es, con el simple hecho de escuchar su voz raposa e irritable es suficiente. Billy me mira con la ceja izquierda enmarcada con una sonrisa de burla y con los labios gesticula <Como tú> frunzo el ceño y dejó de mirarlo, no tengo tiempo de aguantarlo, siempre hace lo mismo.

Siempre me interrumpe, sea para dar su opinión o para burlarse o mofarse de lo que he dicho, esté bien o mal. Aún no comprendo su tremenda idiotez.

—Es de esperarse que mientas, el hecho que lo hagas no quiere decir que esté bien —Opina Ollie sin ni siquiera mirarlo.

—Las mentiras son dichas por todo el mundo, en cada momento sin repararse de que si está bien o mal. —Habla el amigo de Ben levantando la vista de su cuaderno y gesticula con el lápiz en mano—, ¿Cómo uno sabe cómo actuar si no se quiere basar en los principios “buenos” de la gente? Y sabemos que el tratar a la gente cómo quiere ser tratado no muchos lo comprenden, entonces, ¿cómo le hago para saber si es lo correcto?, si para la sociedad no todo lo es.