Siendo franca, nadie en su vida se toma el trabajo de pensar en la importancia del recuerdo, de la memoria y tampoco en lo que significa exactamente el olvido, de hecho yo tampoco lo he hecho, hasta ahora, en donde estoy a punto de ser borrada, de ser olvidada o al menos de yo olvidarme del resto.
Ya es demasiado tarde, ahora el presente será parte del futuro, los tiempos paralelos se unirán en uno, el equilibro de los mundos desaparecerá, al igual que varios de nosotros.
Siento los cables fríos chocar contra mi piel, una luz blanca alumbra mi cuerpo recostado sobre la mesa metálica, mis piernas y brazos se encuentran atados, los sedantes me mantienen inmóvil, pero aún estoy consciente, estoy consciente de que allí están ellos, observando el procedimiento.
Estoy un noventa y nueve por ciento segura que ahora me encuentro del otro lado, he pasado el portal y he dejado mi vida allá, en el presente que ahora se volverá mi pasado.
Pequeñas patadas eléctricas comienzan a sentirse en mi cuerpo, la máquina ha sido encendida. Un grito desahogado brota desde el fondo de mi garganta al subir la potencia, siento a los cables colocados en mi cabeza extraer parte de mi memoria, parte de mi alma. De a poco comienzo a olvidar que sucedió en las 24 hs anteriores y las preguntas sin respuestas se hacen presentes, pero aún recuerdo lo que está sucediendo, aún me mantengo estable.
Finalmente el dolor se apodera de mí, mi mente está a punto de colapsar, estoy a punto de dejar de ser yo misma. Todo comienza a tornarse negro pero antes de quedar inconsciente por completo, veo su rostro, lo veo a él.