Preludio al desastre

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—Infórmame. —Ordeno a Thorat mientras termino de evaluar los informes de la guardia fronteriza, dando un vistazo de vez en cuando a la foto de mi mate.
—La princesa llegó a salvo hace dos días y ha estado paseando por el pueblo con el príncipe alfa. Los arreglos para la seguridad de la princesa durante el desfile ya están hechos, afortunadamente se capturaron exitosamente a los demonios puros que querían hacer daño al rey Alfa por medio de la princesa. Realmente eran muy débiles para intentar algo. —Informa Thorat mientras lee el papel y después me ve curioso por lo que tengo en la mano —. Señor, perdone que diga esto, pero por más que vea la foto de Yaira esta no va a aparecer mágicamente ante usted. Según tengo entendido no puede usar su sombra de esa forma.
—Ya sé que eso no va a pasar. —Digo soltando la foto de ella y suspiro cansado.
Lo cierto es que no pude verla durante toda esta semana, según me enteré, porque la dueña del bar le dio permiso de descansar por el buen trabajo que hizo durante esas veinticuatro horas seguidas. De verdad quería verla, acercarme un poco y poder confirmar si es posible que estemos juntos en el futuro, no dudo de ella, pero tampoco puedo confiar en el encanto que puede tener alguien de sangre demoníaca. Ella no tiene gema que pueda canalizar su poder de sangre, así que es admirable que se pueda controlarla por sí misma, pero es tan poderosa que tiene a todo un pueblo en la palma de su mano. Supongo que por eso la gran Lunaria, cuando los perdonó, les permitió encontrar a su pareja eterna solo las noches de luna roja que ocurren una vez al mes cuando esta se encuentra llena. La luna roja de este mes ya pasó, así que solo tengo un mes para conocerla antes de que ella me reconozca porque si no podemos estar juntos me tocará rechazarla.
—¿Estás seguro de eso? —Susurra en mi mente mi otra mitad, el gran zorro de nueve colas que, a pesar de ser criado por Lunaria, es capaz de destruir el equilibrio celestial —. Dudo mucho que seas capaz de rechazarla, se nota, lo mucho que nos gusta. —Dice divertido, y me sorprende, porque había estado muy quieto estos días.
—Mejor volvamos a los informes. —Digo en voz alta ignorándolo completamente, pero sabiendo que está sonriendo burlón porque tiene razón —. Si mal no tengo entendido, la princesa será llevada en un palanquín sobre cuatro hombres, ¿estos fueron investigados?
—Por supuesto señor. —Thorat pone los papeles con los perfiles de los que cargaran a Genevive —. Todos son hombres que están entrenados para proteger, sin antecedentes penales y están felices por el honor de tener sobre sus hombros a la princesa.
—Perfecto. —Me levanto del escritorio y me aprieto suavemente el hombro por lo cansado que me siento —. Iré a descansar un poco y después iré con la princesa. Por favor coordina con tu superior que todo esté listo para la presentación en el desfile. Odiaría que hubiera problemas.
—No se preocupe señor, estaremos atentos. —Lleva una mano a su frente mientras me ve salir.
Camino hasta la posada en la que me estoy quedando para luego dirigirme a mi habitación escuchando los saludos de la gente. Cuando estoy a punto de meter la llave en el cerrojo, mi agudo oído capta sonido a través de la puerta junto con el olor a gardenias y mentas, esto me informa de los intrusos que están en mi habitación. Abro la puerta, decidido a gritarles por invadir mi espacio, pero en cuanto tengo a Genevive frente a mí con una gran sonrisa, el enojo se va de inmediato.
—Jurat, te compré algo. —Dice alegre mientras revisa una bolsa de compras, cuando encuentra lo que quiere, lo toma en sus manos para mostrármelo —. ¡Tarán! Es un lindo llavero de madera con la forma del pueblo.
—Gen, te agradezco el gesto, pero ¿cuántas veces te he dicho que no entres a mi habitación sin permiso, y menos, cuando yo no estoy? Esto puede dar pie a rumores. —Digo tranquilo aceptando el llavero.
—Pero… es que… —Juguetea con sus dedos mientras me ve con ojos tristes.
—Perfecto genio, hiciste llorar a tu amiga. —Se burla mi zorro.
“No está llorando, está apenada”. Respondo en mi mente.
Suelta un bufido, y casi puedo imaginar cómo se mueve para darme la espalda.
—Está bien, si tuviste cuidado, te perdono. —Digo acariciando su cabello, logrando que ella sonría feliz —. Ahora, si me disculpas, tengo que alejarme de ti antes de que al pulgoso se le ocurra arrancarme la cabeza. —Señalo a Waldred, que está sentado en el mueble de la habitación con gesto de querer matarme.
No importa cuantas veces le diga que Genevive para mí es cómo una hermana, ni cuánta amistad sea capaz de cultivar con él, siempre que estamos los tres juntos se pone celoso por mi presencia debido a que ella me ve como el hermano cariñoso que no tiene y me busca para recibir mi aprobación para algo o para que la mime.
—Zorro astuto, no te atrevas a molestar a Gen ni quitarme mi puesto. —Dice apartando la vista, avergonzado mientras sus ojos se pierden en la nada, de seguro hablando con su lobo.
—Me gusta que se ponga celoso. —Susurra ella como un secreto, pero como Waldred y yo tenemos un buen oído, ese susurro lo escucha y lo hace sonrojar —. De todos modos, mi hermoso lobito no debe molestarse, porque tuvimos mucho tiempo para nosotros. —Ella se abraza a él, y eso mejora por mucho el humor de mi amigo —. Por cierto, ¿pudiste ver de nuevo a Yaira?
—No pude, parece que se quedó en su casa esta semana. —Digo mientras me dirijo al ropero para tomar un cambio de ropa y poder dormir cómodo hasta que empiece el desfile —. Me ducharé y luego dormiré. Necesito descansar.
—Por supuesto, tomate tu tiempo. —Dice Gen con una sonrisa, pero se nota que está incómoda por algo.
—Waldred, ¿por qué están aquí?
—Genevive no quiere estar en el palanquín. No le agradan los hombres y tiene un… extraño presentimiento. —Explica este tranquilo, haciendo que mi amiga se sienta avergonzada.
—Gen…
—Tranquilo, ya sé que no se puede cambiar todo a última hora, pero lo cierto es que no me siento segura con ellos. —Dice mientras pone una mano en su pecho tratando de darse fuerzas —. Algo va a ocurrir. Anoche tuve un sueño donde unas cuerdas rosas los inmovilizaban, y mientras me quedaba indefensa, alguien se acercaba para tomar algo de mí, pero al mismo tiempo no me hacía daño. De todos los sueños extraños que he tenido, este me asusta más.
—Es lógico, pues a diferencia de los anteriores, este no es conciso. —Dice Waldred con gesto preocupado mientras la abraza.
—Iré con ustedes en el desfile, según el informe atrapamos a todos los que querían hacerle daño a Gen, pero no está de más ser precavidos. —Digo pensativo, dejando que la imagen de Yaira se dibuje en mi mente —. Si algo nos sucede, recuerda siempre tener cerca tu cetro.
Ella asiente un poco más tranquila mientras me dirijo al baño para darme una merecida ducha y relajarme con el suave toque del agua. Normalmente los sueños de Genevive tienen un propósito porque se consideran una visión del futuro, un poder bien resguardado que la gran Lunaria le da a aquella que tiene derecho a gobernar. Claro que de esto solo saben unos pocos a los que se tiene una gran confianza, ya que, si se hace público, se podría usar de forma muy irresponsable. Pero volviendo al tema del sueño de esta vez, a mi parecer, no creo que ella sufra daño alguno, y no sé por qué, pero la imagen de Yaira no deja de venirme a la mente.
—Me estoy obsesionando con ella y eso que no hemos tenido mucho contacto. —Susurro para mí, sintiendo como mi zorro se burla.




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