Preludio al desastre

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Muevo mi cabeza y me quito la ropa para ponerme el uniforme azul rey, con bordados de oro en los puños, botones de cuarzo al frente una fina tira que cruza mi tórax con el símbolo de la realeza y pantalones igual de azules con costura de oro y blanco a los costados, junto con zapatos negro lustrados. Normalmente solo uso el uniforme para eventos formales, pero es necesario imponerme sobre lo demás para mantener a salvo a la princesa. Una vez me hallo listo, acomodo mi cabello de manera presentable y luego salgo de mi habitación para buscar a la princesa, pero cuando llego a la puerta de su habitación, resulta que mi amigo la está esperando afuera ya arreglado. Rio divertido parándome a su lado en silencio mientras dejo que mi cabeza viaje lejos de aquí sin bajar la guardia. Lo cierto es que no hay mucho en qué pensar cuando solo me estoy concentrando en una persona que tiene unos hermosos ojos rojos cómo rubíes que a primera vista parecen muy dulces, pero que estoy seguro ocultan alguien realmente capaz de algo mayor a lo que muestra. Una hermosa doncella que tiene el pueblo a sus pies con solo su habilidad de socializar, y que, sin importar su raza, ella es atenta y cuidadosa. Al menos eso es lo que pienso.

Salgo de mi mente cuando escucho los inconfundibles pasos de Genevive caminando hacia la puerta, así que la abro para ella cuando ya la escucho frente a esta. El pulgoso queda embobado viendo lo hermosa que está la princesa, y es en momentos así, que me doy cuenta de la majestuosidad que ella es capaz de mostrar cuando está lista para mostrar su título en su conducta. Una mirada suave que transmite firmeza, una sonrisa gentil que no oculta maldad y un porte elegante que la dignifica ante toda persona que la vea.

—Está todo listo señor. —Susurra Thorat a mi lado, quedando maravillado con la vista de mi amiga.

—Gracias. Y te recomiendo que no mires mucho a la princesa, no quiero que el príncipe alfa te desmiembre. —Advierto acercándome a la pareja, escuchando cómo Thorat traga grueso —Debemos partir de inmediato princesa y su alteza, todo está listo para el desfile.

—De acuerdo. No podemos dejar esperando al pueblo. —Aprueba ella caminando del brazo del pulgoso.

Afortunadamente todo ya está preparado cuando Genevive y Waldred se sientan en el palanquín para iniciar con el desfile. Los cuatro hombres, quienes tienen sangre de gigantes por lo grandes que son, muestran una sonrisa orgullosa mientras alzan sobre sus hombros el palanquín. Ellos comienzan a caminar entre la gente que organizó todo para ir a la cabeza del desfile, mostrando la mejor parte de todo. Realmente no sé qué espectáculo se está dando detrás de nosotros, pero todos parecen estar satisfechos con la organización. No veo a nadie en particular porque no siento que ninguno sea un peligro para Gen, hasta que siento ese olor característico de ella y la busco hasta ubicarla junto a toda su familia y portando una máscara con la forma de mi compañero. Siento que conecta su mirada con la mía, así que la aparto rápidamente para que no se dé cuenta mi sonrojo por la felicidad que siento al tenerla cerca. Karam se siente tan emocionado cómo yo por sentirla cerca, y es tanto lo felices que estamos, que el sentimiento se cuela por el vínculo que comparto con Gen cómo su guardia y súbdito.

—¿Por qué están tan felices? —Pregunta poniendo una mano sobre su pecho.

—Ella está aquí. Por allá. —Señalo de forma disimulada, pues, aunque su padre mantenga oculto su poder, no hay que negar que es altamente intimidante.

Obviamente, la curiosidad de ambos pudo con ellos y olvidaron disimular cuando se le quedaron viendo de forma fija e interesada. No dejo de verla, hasta que extrañamente siento una presión en el aire que hace que todos los hombres nos sintamos enfermos, incluso los gigantes han tenido que bajar el palanquín por lo mal que se sienten, aunque hay unos peores que ellos. Preocupado veo hacia la familia de Yaira, encontrando que ella está usando poderes de luz como si nada sobre su padre, luego hablan de algo y todos, menos ella, terminan desapareciendo. Pero siento mis fuerzas un poco más recuperadas gracias al círculo de luz que está debajo de nosotros y de toda la población que se siente mal, y cómo si hubiera prevenido que esto pasaría, una neblina rosa hace acto de presencia y nos deja a todos fuera de combate. Tan débil estoy, que cuando siento el miedo de Genevive por lo que presencia con su mate, no puedo moverme ni hacer nada para ayudarlos con mi fuego zorruno porque es cómo si mi habilidad fue sellada por un momento.

Me siento frustrado porque no puedo hacer nada para ayudarla, pero cuando veo que Yaira, con la máscara de zorro, toma el cetro y absorbe mi poder de luz para acumularlo en el cetro, sé que puedo estar tranquilo. Cuando considera que está lista, lo libera todo en el suelo para alimentar el círculo de luz y devolvernos las fuerzas liberándonos a todos de la neblina. Todavía no me puedo mover, ni siquiera puedo pensar en transformarme, toda mi atención está sobre Yaira porque es la única que se levanta contra la súcubo que aparece en este momento.

—No importa que ocultes tu rostro detrás de esa máscara. —Dice con una suave voz que, a pesar de lo molesta que está, se escucha muy parecida a la voz del sueño que tuve —. Yaira Nikols, no creo que tú me puedas detener.

—¿Quieres apostar? —Reta de manera descarada, haciendo que mi compañero suelte un gañido de felicidad.

La batalla comienza entre ellas dos, y aunque la súcubo tiene mucha ventaja, es Yaira quien domina el ritmo de la batalla entre las dos. No se esfuerza mucho, solo se toma su tiempo en reconocer los ataques de su contrincante mientras aprende a lidiar con el poder del cetro, y justo cuando comprende lo que tiene que hacer, la súcubo solidifica la neblina para hacer un látigo. Sin embargo, Yaira aprovecha el poder oscuro que le robó a ella y maneja las sombras para desviar el golpe sin tocar el látigo, así que aprovecha que su arma quedó inútil para golpearla, pero uno de los gigantes evita que toque a la súcubo y la arroja lejos. Creí que iba a resultar herida, pero la sombra que vi la otra vez hace acto de presencia para protegerla y servirle de trampolín para terminar con la pelea cuando la derrotada es absorbida por una sombra del duque caído.




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