Preludio al desastre

Capítulo 4: Camino a hablar

Varios días han pasado desde que la súcubo atacó, una noticia que se extendió cómo la pólvora y que ha sido la comidilla del pueblo. Para todos no fue sorprendente lo que hizo Yaira porque ya habían sido testigos de cómo ella mantiene seguro el lugar por el bien de sus hermanos menores, lo que sí sorprendió al pueblo y lo volvió noticia, fue el hecho de que ella desapareciera siendo que siempre ha sido muy ambiciosa para cobrar favores. Algunos asumen que esto se debe a que el problema está en la persona que salvó, pues para nadie es un secreto que los demonios odian a la familia real, y teniendo en cuenta el pasado del duque caído, no les sorprende que se alejara. Lo más probable sería que ella pidiera la restitución de su padre cómo duque como recompensa, y para eso, no debería ocultarse como lo está haciendo, pero está evitando el tema por alguna razón. Algunos también opinan que puede ser por seguridad, pues es bien sabido por todos que ella sobornó a los guardias fronterizos para pasar un buen día familiar sin preocuparse de que fueran atrapados por romper el decreto del destierro.

Puede que todos dijeran una que otra cosa, pero la persona que se acercaba realmente a la verdad, se mantenía en silencio por seguridad de ella y los suyos debido a que no sabe qué hacer con la información que tiene. Sin embargo, no contaba con que el guardia personal de la princesa fuera tan bueno investigando, así que cuando Jurat la encontró y conoció su lado débil, no pudo evitar pedir hablar con la princesa para proteger lo que más le importa.

—Sabía que usted estaba muy interesada en encontrar el paradero de Yaira, pero no la creí capaz de atacar a mi familia. —Habla Golda, la mujer centauro que contrató a Yaira, un poco molesta.

—No le vamos a hacer daño a su familia. —Dice segura la princesa viendo a Jurat, este acata la orden muda y se retira para liberar al miembro de la familia de la mujer —. Puede que no me crea por la forma en que la hice venir a mí, pero le aseguro que nunca tuve intenciones de lastimar a los suyos. Sin embargo, todos a los que preguntamos por alguna información sobre el paradero de la joven heroína, dijeron que usted tiene alguna pista. Porque se supone que nada pasa desapercibido para usted en este pueblo.

—Es cierto, normalmente comercio con información y por eso Yaira trabaja para mí. —Dice Golda sacando de entre sus pechos un papel que pone sobre la mesa que las separa —. Tal vez intuía que usted haría lo que fuera por acercarse a ella, así que por eso le doy este papel que contiene las coordenadas de la casa donde viven en tierras oscuras.

—Si tenía esto en su poder, ¿por qué no vino a mí antes? —Pregunta desconfiada.

—Porque no sé qué va a hacer la familia Nikols. —Se sincera viéndola a los ojos —. No se ilusione pensando que ella la salvó por su deber con el pueblo, solo estaba molesta porque su día familiar fue interrumpido de manera abrupta y sus padres casi son descubiertos. Pero si usted es bienvenida, le aseguro que alguien la estará esperando al otro lado de la frontera.

—¿Qué ocurre si es el caso contrario? —Pregunta Waldred con seriedad.

—Nunca llegarán a las tierras oscuras, porque la neblina que nos separa nunca les permitirá entrar.

—Así que ir a estas coordenadas es una apuesta de todo o nada. —Medita Genevive, mientras la puerta es abierta para mostrar a un pequeño centauro que se acerca a abrazar a su madre.

—Mamá, me divertí mucho. ¿Puedo visitar a Jurat en un futuro? —Pregunta inocente el niño, muestra de que nunca estuvo en peligro.

—Solo si la princesa lo permite. —Dice Golda aliviada mientras acaricia la cabeza de su pequeño.

—Disculpe por haberla preocupado, no se repetirá en un futuro. —Promete Jurat y ve la preocupación en el rostro de su amiga.

—Dígame, ¿está usted en peligro si los Nikols se enteran de que usted nos dio las coordenadas de su casa? —Pregunta Waldred inseguro.

—No lo sé, pero estimo que no nos harán nada porque tenemos la gracia de Claria. —Dice mostrando el sello de luz de protección que le puso Claria el día que ésta contrató a Yaira —. Espero haber hecho lo correcto, y que ustedes estén listos para lo que sea que vean.

Una vez terminada la razón por la que ella fue atraída a ese lugar, la princesa Genevive permite que se vaya para hablar a solas con las personas que más confía en su vida. Ahora que tiene la oportunidad de poder hablar con la chica que la salvó, no sabe qué hacer en realidad. Estaba segura de que la chica sería esa persona que tendría que haberla acompañado cuando fuera el momento, y según lo que ha visto en sus sueños, sería una persona tan allegada cómo una hermana, tan protectora como un escudo, tan leal como la presencia de la luna cada noche, pero ahora se encuentra con lo que ha dicho la mujer centauro. No la protegió por un sentido del deber sino por molestia, aunque sus palabras fueron las correctas, se notaba su incomodidad.

Suelta un suspiro mientras observa su cetro, dándose cuenta de que las luces que Yaira manejó con maestría sigue estando presente en este. No sabe si es una señal de Lunaria para convencerla de cualquier forma para traerla a la capital como la compañera que le falta, o si acaso Solel tiene alguna intención con el alma de la chica y por eso usa su luz para señalar el camino hasta ella como si fuera importante que la atraiga. Total, la intención de ambos es que se acerque a Yaira.

—Jurat, ¿podemos confiar en esto? —Dice Genevive tomando el papel en la mano.




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