Preludio al desastre

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—Iremos, pero a la mínima señal de peligro, te llevaré de vuelta al palacio y te encerraré para que no tengas que ver cómo inicio una guerra por ti. —Dice serio el joven alfa, y al ver que su hermosa mate se pone tensa, se retira de la habitación dejándola sola.

Genevive no sabe que hacer ni pensar, porque el hecho de que Waldred sea capaz de iniciar una guerra le aterra, es porque es serio con su seguridad, y eso significa que duda mucho del lugar al que van.

Mira sobre la mesa el cetro, el cual comienza titilar mientras rueda sobre esta hasta que se detiene, marcando una especie de señal que le dice la dirección que debe tomar. Sabe y comprende que las tierras oscuras son un tipo de territorio enemigo, pero es hacia allá a donde le señala el cetro porque el último miembro de su equipo está allí esperándola.

No sabe que es lo que Solel o Lunaria le quieren decir, tampoco sabe lo que le espera, pero está segura de que el camino que está puesto delante de ella es el correcto y no debe temer a lo que dice Waldred. Si bien es cierto que una guerra se debe evitar, está segura de que si juega bien sus cartas esto nunca llegará a pasar y tendrá a Yaira de su lado.

—Princesa, ya está todo listo, y tenemos a un guía para la primera parte del camino. —Dice Jurat entrando, pero siente por el vínculo de guardián que tiene con ella miedo y preocupación —. Gen, —llama su atención tocando su hombro —, no conozco a Yaira, y no digo esto porque sea mi mate, pero estoy seguro de que una guerra es lo último que quiere. Además, en el poco tiempo en que intercambié palabras, me di cuenta de que es muy madura y sabe leer el ambiente. Realmente es alguien increíble. —Dice este con una sonrisa de orgullo en su rostro que causa una risa tierna en la princesa —. ¿Ocurre algo?

—Es solo que pareces un novio que presume a su novia. —Explica haciendo que se sonroje —. Te ves muy tierno con el rostro sonrojado. —Toma sus mejillas —. Se nota lo mucho que aprecias a tu compañera, y eso te hace ver tan lindo. —Suelta su rostro y abraza su cintura para ocultar su cara en el pecho de él —. Tengo miedo de que algo malo vaya a pasar.

—Si lo dice por la amenaza del pulgoso, tenga en cuenta que ese perro es de mucho ladrar y poco morder. —Dice Jurat muy seguro acariciando gentilmente su cabello.

—Deja de hablar de mí, zorro. —Dice Waldred entrando a la habitación con una bandeja llena de vasos que contienen chocolate caliente —. Pensé que querrías algo que te hiciera sentir mejor… por lo que te dije. —Susurra lo último con un tierno sonrojo.

—No sé, creo que debes pedir perdón de mejor forma. —Insinúa Jurat poniendo en aprietos a su amigo.

—Deja de lado tu lengua problemática, zorro.

Genevive ríe divertida por el intercambio de estos, pues se da cuenta de que ambos están buscando la forma de hacerla sentir mejor para que tenga las fuerzas que necesita para su viaje. Si bien es cierto que su guardián y su pareja no llevan una relación muy sincera, porque se aprecian en secreto y se molestan de frente, ella es feliz con que los dos piensen en su bienestar y se preocupen por ella.

El momento de diversión termina cuando tocan la puerta de la habitación de la princesa, obligando a los tres a comportarse de manera correcta, dejando el momento relajado de tres jóvenes bromeando entre sí como un recuerdo lejano.

—Adelante. —Anuncia Jurat.

La puerta se abre con lentitud dejando entrar a Thorat que tiene en sus brazos unos abrigos con capucha y un gesto serio que demuestra cuán tenso está. Si bien es cierto que se le asignó la gran responsabilidad de ser el asistente para el guardia personal de la princesa, nunca pensó que tendría que ser su guía hacia las tierras de la oscuridad. Siempre recibe a los demonios de su lado seguro de la frontera porque le aterra ir. Especialmente desde que un día intentó seguir a Yaira y terminó encontrándose con un salvaje que casi lo mata. Se había prometido que no volvería, pero ahora a quién le ordenaron asistir, quiere ir por orden de la princesa. Esto hace que llore de forma interna, porque no sabe qué pasará si la princesa se pone en peligro por su culpa.

“Me van a cortar la cabeza si algo sale mal”. Lamenta dentro de él.

—Señor todo está listo para partir, pero antes de irnos, sugiero que por favor se pongan estos abrigos. —Dice dejando el objeto sobre la mesa y se aleja un poco para explicar la utilidad de estos —. Los abrigos están encantados con magia de protección, ocultar presencia y purificación. De esta forma podremos pasar desapercibidos a los salvajes, no caerán ante el encanto de los demonios, y si algo pasa que ponga en peligro a sus majestades, estos tendrán la función de abrigo.

—Bien hecho Thorat, gracias por pensar en todo. —Dice Jurat con sinceridad, pues a veces no soporta mucho al joven, pero no puede negar que hace un buen trabajo.

—Es para mí un honor servirles, pero si me permite hacer otra sugerencia, les recomendarían que se cambien de ropa para que pasen desapercibidos.

—Claro, no podemos llamar la atención mientras estamos de forma ilegal en territorio ajeno. —Susurra Waldred y ve a su mate, quien asiente de forma disimulada para apoyar la sugerencia —. Jurat, búscanos ropa más discreta.

—Como lo ordene, Alfa. —Dice este haciendo una reverencia y saliendo de la habitación con Thorat.

—¿Te sientes mejor después de ladrar una orden a mi guardián, pulgoso? —Bromea Genevive sonriendo con malicia.




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