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—Suin, purifícala. —Ordena Meli.

—Pero queremos una nueva marioneta. —Dicen los dos de forma tierna, haciendo que las mejillas de Genevive se pinten de rojo.

—No van a usar a la princesa de marioneta, ahora libérenla. —Ordena Yaira, llegando al lugar sobre una cría de montabalí, un animal criado en las tierras fortificadas de Indgram y que son famosos por su gran tamaño.

—Pero Yaira… —Se quejan los gemelos.

—Ahora, o le digo a mamá que fueron ustedes los que rompieron el seguro del granero. —Ordena y amenaza con gesto serio —. Recuerden que por eso perdimos muchas semillas que bien pudimos vender. —Dice enojada.

Los gemelos tragan grueso, pues cuando eso pasó ella se echó la culpa para que Claria, en modo mamá espartana, no los castigara por traviesos. Si ella se entera de esto, seguramente los dos pasan por un castigo peor por mentir y ocultarle esta información, pero nada sería peor que un castigo de su hermana mayor por haber perdido dinero. Fue suficiente con ser los esclavos de ella para hacerles el favor de ocultar esta información de su madre. Y como conocen lo cruel que puede ser su hermana mayor, Suin usa sus poderes de luz para purificar a la princesa y que esta vuelva a la normalidad.

—Ahora discúlpense. —Ordena Meli, un poco apenada porque los gemelos querían pasarse de traviesos.

—Lo sentimos. —Dicen los dos al mismo tiempo, ganando la mirada recelosa del guardián y del príncipe Alfa.

—Bien, ahora podemos llegar a casa. —Dice ella relajada, hasta que se escucha a lo lejos pisadas grandes y pesadas que se dirigen a su dirección —. Mejor apresuremos el paso, la madre de este pequeñín me está persiguiendo para matarme.

—¿Acaso lo robaste? —Pregunta Genevive sorprendida.

—Claro que no, este amiguito y su madre son una propina que me gané en un juego justo, pero la madre se negaba a seguirme, así que encanté al hijo para que me trajera a casa y ella me persiguiera enojada porque la separé de su hijo. —Relata Yaira mientras los pasos se escuchan cada vez más cerca —. Dark, usa movimiento de sombra y advierte a papá, Suin lleva a este pequeñín al corral, y Meli cuidará a los invitados.

—¿Y qué es lo que vas a hacer? —Pregunta Jurat, preocupado por el curso de acción.

—Voy a amansar un animal salvaje. —Dice ella con una sonrisa linda mientras baja de la cría de montabalí, haciendo que sus hermanos se pongan tensos y empiecen a seguir las órdenes que ya había dado —. Por favor quédense cerca de Meli, y no se atrevan a interrumpirme.

Apenas termina de hablar, el animal tan grande como una pequeña montaña hace acto de presencia viéndose realmente molesta con la chica que se atrevió alejar a su pequeño de ella. Al darse cuenta del peligro, Waldred se transforma en lobo y hace que Genevive se siente en su lomo mientras que Jurat, también transformado en su forma zorruna, hace que Meli se siente en su lomo y se alejen del peligro. Meli escucha los lamentos del animal sobre el que está, luego ve hacia atrás viendo cómo su hermana evita las embestidas del animal enfurecido, porque descubre que a veces el zorro la observa para confirmar que está bien, y entiende porque este se está lamentando.

—Detente, verás algo increíble si te quedas. —Susurra Meli, haciendo que este detenga su carrera hacia la pequeña casa —. Mira con atención, Yaira no permitirá que pase nada malo. —Acaricia la cabeza con dulzura y después ve hacia su hermana.

Yaira evita con éxito cada embestida que le lanza la madre mientras usa sus sombras para distraerla con golpes suaves, haciéndole creer que es ahí donde se encuentra. Cuando ya la tiene lo suficientemente distraída, salta con agilidad para escalarla por un costado e intentar llegar al lomo de ella, pero la montabalí siente que está acercándose a su lomo y se lanza contra un árbol para intentar que Yaira se baje. Previendo ese movimiento del animal, Yaira logra saltar a tiempo para evitar el golpe, aunque pierde esa oportunidad para llegar a su lomo. La mamá montabalí se le queda viendo con enojo, haciendo que sus ojos negros se encuentren con los ojos rojos de Yaira, así que esta aprovecha de usar la tentación, habilidad propia de un descendiente de demonio, para ralentizar los movimientos del animal. Viendo un sutil cambio en el comportamiento del montabalí, Yaira aprovecha de amarrarla con sus sombras y corre hacia ella para intentar subirse al lomo por un costado, pero al cortar el contacto visual, esta vuelve a moverse de forma frenética intentando lastimar a aquella que se atrevió alejarla de su pequeño, mas lo amarres hacen su trabajo y no le permiten avanzar a ninguna dirección. Esta vez Yaira logra sentarse en el lomo de la madre, por lo que suelta los amarres de la sombra y el animal comienza a saltar para intentar quitársela de la encima. Mientras Yaira se sujeta fuertemente para no caer, poco a poco deja filtrar su habilidad tentación para intentar convencerla de que ella no es peligrosa y de que se deje llevar a lo que será su nuevo hogar. Poco a poco los movimientos del animal se ralentizan debido al cansancio, y cuando ya tiene la guardia baja, es en ese momento que sus ojos se vuelven rojos dejándose llevar por la tentación de Yaira, terminando así el proceso de amansar el animal.

Jurat, en su forma zorruna se queda sorprendido viéndola. Admirando cómo baja del lomo de la montabalí recién domada, viéndola cómo una chica fuerte que realmente tiene el ingenio de salir de los problemas, la belleza para entrampar a más de uno y la habilidad social para destacar a pesar de no tener más educación que la que tiene en casa. De verdad que Yaira es una persona increíble, una de las pocas que ha tenido el placer de conocer, pero ninguna le ha dejado una marca como ella. Adivina que su admiración puede ser llevada por su lazo de mate que apenas está comenzando, y aun si no lo tuviera, la admiraría igual porque ella es realmente alguien increíble. También puede ser que la tentación de ella esté entrando en su cerebro, pero realmente no le importa, porque muy dentro de él está seguro de una cosa.