Preludio al desastre

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—Filete de cerdo, sopa de verduras y alcohol para la mesa tres. —Dice uno de los cocineros mientras deja los pedidos sobre la ventana donde los recibo para llevarlos a la mesa.

En cuanto llego, lo clientes se tensan y no dicen nada, de hecho, solo pueden hablar en susurros porque sienten que en cualquier momento voy a explotar. Y no los culpo la verdad. No solo recibí un fuerte castigo de mi madre por desobedecer, sino que además me hicieron enojar y casi me salgo de control porque una princesa no supo hacer negocios. Es cierto que no tiene que ser tan audaz a la hora de negociar, pero no hagas perder valor a tu oferta, eso lo sabe hasta un niño. En fin, solo sentí decepción y un poco de tristeza, pero solo un poco. No tengo mal humor porque ella fuera tan débil que pude romperla con las palabras, o porque todavía no me había contactado para seguir insistiendo; quien sabe que tendrá en mente alguien que no sabe evitar una guerra.

—Deja de espantarme los clientes. —Dice Golda al otro lado del mesón mientras sirve una bebida a un cliente —. Al menos, ve con tu cara larga a otro lado donde no me estorbes.

—Eres la peor. —Me quejo con la intención de ir a la parte trasera del local para ayudar a los cocineros en lo que sea.

No es que sea mi actividad favorita estar alejada de los clientes, pero Golda tiene razon en alejarme de ellos por mi mal humor. Es bien sabido que una parte de los ingresos del lugar se debe a que esté de buen humor, y cuando no lo estoy, simplemente trabajo tras bastidores a decepción de aquellos que quieren mi atención.

—Yaira. —Llama Thorat con su típica sonrisa, pero algo en él me hace tener una mala espina —. Así que… ¿de mal humor?

—Sí, pero nada que un buen día de trabajo no ayude. —Digo siguiéndole la corriente, activando Tentación poco a poco —. ¿Y qué haces por aquí? ¿Viniste a espiarme? —Me acerco a él descaradamente, y cuando veo sus mejillas enrojecerse, sé que lo estoy haciendo bien —. Por favor, dime ¿por qué me estás traicionando? —Susurro abrazando su cuello y es ahí cuando se desmaya por no resistirse a mí —. Así que, decidiste volver a mí. —Digo en voz alta volteando a ver a la princesa que hace acto de presencia.

Esta vez no parece lucir un gesto de ingenuidad, tampoco se ve nerviosa. Incluso me atrevo a decir que en este momento si tiene el aura de una líder, porque a pesar de tener un rostro con un gesto dulce permanente, su seriedad deja ver que está vez viene preparada. No es mi intención detallarla tanto, pero admito que está vez eligió bien su armadura de batalla, pues no hay nada que distinga más a una mujer digna que la ropa que usa.

Llevo una mano al pecho al sentir que mi corazón ha dado un latido parecido al orgullo, pues no todos los días vez que alguien sea capaz de levantarse de sus propias pesadillas de un día para otro. Literalmente, debería estar durmiendo, todavía tratando de superarse a sí misma mentalmente porque papá se supone usó su habilidad de Soberbia para debilitarla atacando su orgullo. Pero si lo superó tan rápido es porque los dioses intercedieron para protegerla. Lo que significa, o están consintiéndola demasiado, o están seguros de que está vez me superará; quizá al menos me convenza de acompañarla y luego halle el modo de hacer que me quede.

No sé qué signifique el latido que siento en este momento, pero de una cosa sí estoy segura, está dispuesta a seguir adelante y eso me gusta. Además, no se ve como alguien que sea fácil de derribar y debo darle crédito a eso.

Una sonrisa se cruza por mi rostro, mientras bajo mi mano y la veo con una expresión altiva. Pero ella ni se inmuta, solo se ve seria y tranquila, muy diferente a la chica que vino a mi casa no hace mucho.

—No iba a rendirme tan fácilmente, si eso es lo que esperabas, lamento decepcionarte. —Dice sería, pero sin apartar su mirada de mí.

Entonces noto algo extraño, ella está sola. Ni su guardaespaldas ni su pareja están aquí, y todo está extrañamente tranquilo para ser un bar en un lugar fronterizo que nunca duerme. Así que activo el Ojo de la Soberbia para luego darme cuenta de que estoy en un lugar diferente debido a que Control del Mal está activado.

—Muy listo de su parte. —Suelto impresionada viendo a mi alrededor —. Se parece mucho a la habilidad Caja de Sombras de mi padre. Encierra a tu victima en un espacio controlado para evitar daños externos o escapes innecesarios, es perfecta para interrogar y sacar información importante ya que ni siquiera se siente el paso del tiempo debido a que todo lo que pasa aquí, aquí se queda. —Sonrío divertida mientras me acerco caminando con suaves pasos a la pared dimensional, dándome cuenta de que es un poco débil, pero lo compensa bien la llama azul del zorro que evita cualquier escape de mi parte —. Son conscientes de sus puntos débiles y los refuerzan entre sí.

—Así es, pero eso no es excusa para que me vencieras la última vez. —Dice Genevive con claro arrepentimiento —. Esta vez no vine a pelear, pero necesitaba que me escucharas sin nadie que me interrumpiera, así que les pedí hacer esto.

—Entiendo, pero antes de que puedas hablar, me gustaría quedarme con la habilidad de tu pareja. —Digo con una sonrisa confiada mientras estiro la mano y rompo la pared con la palma de mi mano al mismo tiempo que mis sombras sofocan las llamas del zorro —. Espero que no te importe que tu novio tenga una marca de mi parte. —Susurro caminando mientras mis colmillos se hacen más afilados debido a que activo mi habilidad Robo, gracias a que cuento con la marca de la Avaricia.




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