Preludio al desastre

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Escuchar los pensamientos de Yaira se convirtió en el pasatiempo favorito de Jurat.

Todo lo que ella ve le causa curiosidad, le impresiona y al mismo tiempo le sorprende. Aunque por fuera pareciera que está tranquila viendo el paisaje por la ventana, lo cierto es que está demasiado emocionada por todo lo que está viviendo y sus pensamientos siempre están llenos de preguntas que le causan gracia. Por supuesto, lo que más le preocupa es que algunos de esos pensamientos tienen que ver con procesos pocos legales. Quizás este pensamiento esté movido por su crianza con los Pecados, y aunque es buena idea tener estos pensamientos presentes, igual resulta peligrosa.

Al fin y al cabo, una parte de su esencia es un demonio, así que no hay mucho por hacer.

—Entonces, señorita Nikols. —Llama Anhelase logrando que Yaira desvíe la atención de la ventana —. ¿Tiene idea de cómo presentarse y hablar con sus majestades?

—Confío mucho en la educación que recibí. —Responde con sencillez mientras vuelve la vista a la ventana —. Lo que realmente me preocupa es que Tentación se active en un lugar donde estén tantas personas débiles.

—¿Tentación no es la habilidad que usaron tus hermanos cuando los vi la primera vez? —Pregunta Genevive con curiosidad, recibiendo una afirmación por parte de Yaira —. Es verdad, no tienes gemas y muchas de tus habilidades de raza se activan solas.

—Entonces debemos ir con el maestro Soar antes de entrar al palacio. Estoy segura de que él sabrá como ayudarte antes de ver al rey. —Dice Anhelase, causando que un escalofrío corra por la columna de Yaira, cosa que no le pasa desapercibida —. ¿Tienes algún tipo de relación con el Duque Soar Nik…?

—Es uno de los tantos hijos que adoptó mi padre antes del nacimiento de mi persona. —Responde Yaira con el rostro pálido —. Enserio, que hombre tan irresponsable. —Murmura entre dientes —. Al principio le parecía divertido criar a gente con intenciones asesinas para ver si podría librarse de la penitencia de la luna, y al final terminaron siendo su orgullo cuando los veía crecer tan bien. Arni es solo uno de ellos, pero admito que es el más cercano a nosotros; como un hermano mayor molesto y consentidor. Así que está bien, él sabrá como ayudarme.

—Entonces tenemos todas las bases cubiertas. —Suspira el hada con calma mientras no deja de ver el camino que pasa por su ventana —. Por suerte, las tierras del Duque no están tan lejos.

—Por supuesto, esas tierras eran de mi padre. —Susurra Yaira, sin nada de discreción buscando sembrar el caos en el pequeño espacio del auto.

Pero no le resulta porque todos ignoran su obvio intento de guerra debido a que saben que le gusta causar el caos para divertirse. Es algo que quedo muy claro después del revuelo que causó en su casa el día que la conocieron. Tener esto en mente le causa gracia, por lo que solo sonríe y vuelve su atención al camino.

Jurat no ha dejado de verla.

En silencio la estudia conociendo cada detalle de ella. Como la cicatriz que esconde con su cabello que se encuentra en la base de su cuello, no es muy grande ni notoria a primera vista, pero sí que le ha dejado una marca que ella intenta ocultar. Tambien están los detalles cerca de su nariz, unas pecas casi imperceptibles que le dan un cierto aire de ternura.

Mi mate es muy hermosa. Podría contemplarla por horas. —Habla Karam en un suave gañido de placer mientras mueve sus colas —. Oye, ¿cuándo le diremos que es nuestra?

“Por el momento prefiero verla de lejos, conocerla y enamorarla. Tener mucho cuidado con lo que ella hace y piensa” Habla Jurat, intentando ocultar sus ansias por quererla cerca. “Será bueno hacerlo en el festival de la luna roja, pues sentirá el vínculo y será lo suficientemente fuerte para que no nos rechace o aleje”.

Me gusta tu forma de pensar, sin embargo, procura no tardarte mucho. Nuestra mate es demasiado perfecta y no queremos que nadie más ponga sus manos encima de ella. —Advierte el zorro, cerrando los ojos y cerrando el link.

El ambiente en el auto es tranquilo, hasta que después de unas horas de viaje, llegan a una mansión de decoración gótica y elegante, donde el dueño los espera con una gran sonrisa en su cara. Recibe a los jóvenes invitados con toda la gala y educación que se puede esperar de un duque, especialmente del duque Soar Nikols, quien quedó a cargo de las tierras del anterior duque.

—Bienvenida a casa su majestad. —Saluda educado a la princesa haciendo una reverencia, pero en cuanto ve salir a Yaira, toda educación pasa a segundo plano y solo se acerca a ella para darle un apretado abrazo de oso —. ¡Yani, que alegría verte!

—¡Arni, tambien me alegro de verte! —Corresponde Yaira el saludo con una familiar sonrisa cariñosa que los presentes solo le han visto hacer con su familia —. Por fin puedo visitar la casa de mi hermano mayor.

—Es algo que debió pasar hace años, —un aura maligna y oscura rodea al joven duque —, pero esos guardias fronterizos eran unos inservibles que no me dejaban mimar a mi adorada hermanita. —Suelta con gran ira, pero suelta una sonrisa radiante cuando ve a Yaira —. Olvidémonos de eso, lo importante es que estas aquí. —Acaricia su cabello con cuidado y dulzura, como una joya hermosa y delicada.

—Arni, aunque me encanta que me consientan, ¿no crees que deberías mostrar mas propiedad cuando se está frente a la realeza? —. Regaña Yaira con dulzura, logrando que se tense por su falta de propiedad.




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