Presos de Sangre

Capitulo 3

CAPITULO 3

 

EL PROPÓSITO

 

 

 

 

- ¿Por qué no has comido? –

Otra vez escuché esa voz que era capaz de calmar mis ansias y sanar mis heridas. No sabía que responderle, solo la miraba y era como si sus ojos me escanearan por completo. El jefe alzó la voz y dijo algo como - ¡Kara, dale de comer! - No imaginaba que tipo de comida me iba a dar, el infeliz que me sostenía, me dejó caer y yo estaba de rodillas en el suelo muy débil y sangrando.

Ella se acercó a mí poniéndose en cuclillas y arremangándose la camisa por el brazo izquierdo me dijo

- ¡Come, no será suficiente, pero al menos te ayudará a reponerte! -

Yo estaba confundido, al parecer los vampiros también podían beber la sangre de otros de su especie en casos de emergencia.

Ella puso su antebrazo cerca de mi boca para que yo mordiera, pero ni me había dado cuenta de que tenía colmillos y le dije desde mi interior

– No quiero hacerte daño –

Abrió sus ojos como si se hubiera sorprendido por mis palabras. Sus ojos tan rojos y hermosos me miraban y con una mínima y casi invisible sonrisa respondió – Necesitas recuperarte y esta es la única manera… no te preocupes no me harás daño –

Algo tiene que haber sentido por mí en ese momento, cuando un chico y una chica se miran profundamente es que algo pasa, de eso no hay dudas. Y como ya habíamos tardado unos minutos el molesto jefe preguntó - ¡¿Qué pasa?!- y no podía faltar el malnacido de Coma que me volvió a pegar en la cabeza, ese sujeto tenía un problema, pero yo se lo iba a solucionar.

Kara se puso seria y acercó más su brazo, entendí que era necesario así que miré sus venas, abrí mi boca… (Yo en realidad quería besar su mano y no tener que morderla) Sentí un desprendimiento en mis dientes, como si mis colmillos se salieran de su lugar, cerré mis ojos y solo mordí.

Miles de cosas pasaban por mi mente en ese momento, recuerdos de viejas vidas que no eran mías, otros tiempos. Se saciaba mi sed y hambre, se sanaban mis heridas y me sentía más fuerte que nunca, hasta que sentí un dolor que venía del interior de Kara y solté su brazo. Ella se lo tapó y se puso de pie.

Todo en mí había cambiado, la transformación se había completado, ahora sí era un vampiro de verdad.

Me levanté y como si fuera un rayo golpeé en el centro de la cara de Coma. No se imaginan con la fuerza que le pegué, lo mandé a volar a otra habitación… ¡Te lo merecías hijo de puta!

Todo el salón quedó en silencio. El jefe se puso de pie y comenzó a reír

– jajaja Bienvenido a mi casa –

Yo seguía sin responder, sinceramente no sentía deseos de hacerle reverencia como los otros, pero sospechaba que algo raro pasaba.

El jefe vino hacia mí y me dijo – Desde ahora te llamarás Jazz, como la música –

Con esa actitud supe al momento de que él era el macho dominante de esta manada, se posicionaba por encima de los demás como si fuera su dueño. – “Este tipo quiere cambiarme el nombre”- Pensé.

Toda mi vida he sido rebelde, me costaba obedecer órdenes, sobre todo cuando intentaban imponérmelas y sobre todo cuando me había jurado no cambiar, así que le respondí…

– ¡Mi nombre es Andrei! - Claro estaba que era mi primer error haberme hecho el rebelde, sobre todo cuando tenía tantos vampiros a su servicio. El sujeto hizo un gesto que cualquier persona normal se asustaría y luego me dijo –Entiendo que recién estas saliendo del cascaron, así que esta vez olvidaré tu actitud… Vamos de nuevo, a partir de ahora te llamarás Jazz ¿entendido? -

No me quedó otra más que obedecer, así que me tranquilicé y le respondí – Entendido señor –

No iba a ser fácil hacer mi vida ni mucho menos vivirla en tranquilidad mientras tenga que rendir cuentas, ahora tenía que ser paciente no me quedaba otra. El jefe dio un aplauso y festejó mi llegada presentándome ante el resto y sobre todo a los más fieles.

Comencemos por el que manda.

Su nombre es Hanz, es muy antiguo pero su aspecto es de alguien de unos 40, tiene poco más de 1000 años, aunque ustedes no lo crean, tal vez unos 1200.

El sujeto que me asesinó en aquel callejón se llamaba “Coma” es alto, muy fuerte físicamente y lameculos del jefe por 500 años, por cierto, lo odio.

La chica que me salvó y de quien me enamoré a primera vista es Kara, ella es hermosa, muy fuerte, hábil, inteligente, observadora y es bastante letal. Siempre va de la mano del jefe, pero no por gusto, estoy seguro que ese infeliz la obliga.

Luego tenemos a uno casi tan antiguo como Hanz, hablo de Yako, tengo cosas de que hablar con él. El me dio a beber la sangre desconocida. Parece que algo trama, se nota que está cansado, pero algo lo detiene y quiero saber que es.

Por otro lado, están dos peligrosos escorpiones, debo cuidarme de ellos, tienen habilidades muy peculiares cuando están juntos. Sus nombres son Una y Sono, Una es una arpía bastante de temer, adora hacer sufrir a los humanos antes de alimentarse de ellos y bueno, Sono es alguien que siempre la consiente en todo.




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