Presos de Sangre

Capítulo 4

CAPITULO 4

 

REVELACIÓN

 

 

 

Han pasado 6 meses desde que morí y volví como vampiro. He pensado y dudado mucho sobre si era esto lo que yo quería para mí en realidad. Extraño cosas de mi vida mortal, a simple vistas son tontas, pero para mí son agradables.

Ningún soldado de un rango que esté por debajo puede salir y andar solo por la calle sin autorización y sin la supervisión de uno de mayor jerarquía. Pero yo he salido muchas veces solo y Yako no me ha dicho nada, ni mucho menos corregido, tal vez eso le traiga problemas con Hanz, pero si soy cuidadoso no pasará nada.

Traté de mezclarme con la gente en la noche y hasta fui a mi antigua casa, pero obviamente ya fue habitada por alguien más. Se siente raro saber que la gente no sabe que existimos, no saben que son observados como venados por un tigre al acecho. Pienso que es mejor así ¿Qué pasaría si la gente supiera de nosotros? Seguro enloquecerían e intentarían matarnos. En una de mis salidas me hice con un teléfono móvil con auriculares, tengo acceso a internet y puedo escuchar música y ver videos graciosos sin que nadie lo sepa. ¿Seré el único inmortal que aún conserva los gustos de la vida que tenía antes? Los otros están siempre a la defensiva y enojados como un leopardo, pero yo me siento bien. Lo que me molesta es tener que disimular ante el resto, no poder mostrarme tal cual soy me asfixia, quisiera decirle a Kara lo mucho que me gusta e invitarla a recorrer el mundo, aunque no podamos ver el sol, siento que ella también lo desea, pero el lazo que tiene con Hanz no se lo permite, la obliga a ser una esclava. ¿Qué puedo hacer?...

Me la pasaba pensando todo el día en eso.

La felicidad llegó al saber que en la semana próxima me tocaba salir en su grupo de caza, realmente me emocioné, aunque ignoraba ciertas cosas. Luego se las contaré.

En una de mis escapadas presentí que alguien me seguía, esto no pintaba bien así que estuve alerta y preparado para lo que pueda venir. Al llegar a un lugar desolado me interceptaron 3 soldados, resultaron ser seguidores de Yako, quien apareció de repente. Esta era mi oportunidad para interrogarlo y no la iba a perder.

En medio de un parque enorme me encontraba frente a Yako y sus hombres por así decirlo, si lo pienso detenidamente yo también sería uno de sus “hombres” o soldado a su disposición en teoría, pero ustedes ya saben lo que en realidad pasó.

Cuando se paró frente a mí, me observaba de pies a cabeza con una sonrisa de satisfacción…

“Pero ¿qué le pasa a este tipo?” pensaba en mi interior. Era obvio que algo tenía en mente y no era matarme.

- ¿Te estas divirtiendo Jazz? O mejor dicho “Andrei”-

Hacía rato que no escuchaba mi antiguo nombre, lo estaba olvidando, no quiero olvidarlo.

-No recuerdo mi antiguo nombre- me decía Yako con algo de nostalgia.

Yo estaba serio ante él y le dije

– Se nota que quieres algo, tal vez olvidaste tu nombre, pero siento tu enojo, ese enojo no es de ahora, es antiguo ¿verdad? -

- Estoy cansado Andrei, soy un inmortal sin propósito, ni siquiera soy dueño de mi propia vida-

Diciéndome esto me hizo dar cuenta de algo que yo desconocía.

Podía ver en sus ojos rojos el enojo y la impotencia de aquello que lo acongojaba desde hace casi 1000 años. Luego sonrió y me dijo

- Pero parece que mi teoría era correcta, mi experimento ha funcionado a la perfección –

¡Ahí estaba! Finalmente comenzó a soltar la lengua y era lo que yo quería. Me puse serio y le pedí que me dijera lo que me había hecho aquel día en el callejón, a lo que decidió contarme una historia.

Resulta que hace más de 700 años el clan de Hanz, estaba involucrado en una disputa por territorios con otros clanes de vampiros, así que mantenían negociaciones para evitar una guerra.

Pero tenían un problema en común, era un vampiro distinto a todos, le decían el vampiro sin clan. Era solitario, no seguía ningún protocolo y se dedicaba a matar personas malas como asesinos, violadores y ladrones, incluyendo otros vampiros. Se creía el justiciero o así le decían con odio los líderes de los clanes. ¿Quién era su creador? ¿Cómo es posible que él sea libre?...

En mi opinión eso era envidia y ahora les diré por qué.

Cuando un humano es elegido para convertirse en chupasangre, se le otorga la vida inmortal y a cambio de eso se le quita el nombre y se le asigna uno nuevo, eso significa que ya no se pertenece a sí mismo sino ahora es del líder del clan, más que un súbdito es un esclavo. No por voluntad propia sino por el mismo lazo de sangre, por ejemplo, Yako no puede matar a Hanz, pero Hanz si puede matar a Yako ya que su vida le pertenece. Ninguno de los que están por debajo de Hanz pueden atacarlo si quiera, deben obedecer en todo, es más ni siquiera se les cruza por la cabeza enfrentarse a su líder.

Yako y seguramente muchos otros, deseaban tener lo que aquel solitario inmortal tenía. La capacidad de decidir, la misma libertad.

Yako deseaba tener tanto esa libertad, que decidió encontrarse con el vampiro solitario para saber más de él y lo consiguió.




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