CAPITULO 7
LIBERTAD
Hanz tenía un salón grande donde había una mesa adornada con frutas reales, allí se sentaba junto a sus más fieles seguidores, hablaban de no sé qué cosas. ¿Cuál sería el tema de conversación de un grupo de vampiros? Me preguntaba a diario eso, igual ni me interesaba. Yo no entraba a ese lugar a menos que nos llamara para algo, pero ni se molestaba en hablarnos a los de un rango tan bajo, lo que tenía para decir primero se lo comunicaba a Yako para que nos lo diga luego.
Estos últimos días ha estado encerrado en su salón, sin salir de allí. ¿Deprimido? No lo creo. Solo sé que, si desaparecen dos de tus mejores guerreros, es que algo no va bien.
Nosotros disimulábamos, pero eso no quitaba que estemos preocupados y alertas. Si nos descubrían seguro sería nuestro fin.
Había mandado a llamar a Yako y Kara, ambos líderes de los grupos de caza aquel día, para preguntarles sobre Una y Sono. Era obvio que los dos iban a decir cosas parecidas como, “ellos tomaron caminos diferentes” “tú sabes cómo son” y cosas así para despistarlo. Pero Hanz no era tonto, de ninguna manera un vampiro de 1000 años se dejaría engañar tan fácil, él sabía que algo estaba mal, pero ¿Quién sería capaz de desaparecerlos? Si ninguno de los que le sirven pueden matarse entre sí. Esas eran sus dudas y los dejó irse aparentando que todo estaba bien.
Desde ese día hemos salido con Kara de caza y nos hemos alimentado de gente mala, delincuentes y por supuesto lo disfrutábamos. Yo me sentía muy feliz con ella y ella conmigo, al fin logré que sonriera.
Las cosas en la guarida no estaban bien, cada vez que Hanz aparecía me observaba de manera extraña, seguro sospechaba de mí o planeaba algo.
Yako se acercó a mí preocupado porque Hanz había organizado una reunión para dentro de una hora, todos debíamos estar obligatoriamente.
La reunión se haría en el salón principal, el mismo donde me trajeron la primera vez.
Estaban todos reunidos, Coma y ese sujeto llamado Goss que pertenecía al otro clan, pero no veía a Kara por ningún lado ni a sus seguidores.
Al rato apareció Hanz y se paró en medio del salón y comenzó a hablar cosas sin sentido para mí. Comenzó a contar historias de su vida, experiencias vividas y la verdad es que ni me interesaban, solo me interesaba Kara. En un momento habló de traición y a decir cosas sobre ratas entre nosotros. Efectivamente había descubierto algo y estaba montando su propio show al estilo capone para impartir miedo y su poder sobre los débiles.
Al rato de tanta palabrería hizo una seña y de una habitación salió uno de sus sirvientes con las cabezas de los seguidores de Kara, yo me alteré mucho y aunque Yako también, pero me sujetó del brazo. Yo no temía por mí sino por Kara, estaba tan enfurecido que si le llegaba a hacer daño era capaz de destruir todo el lugar.
El jefe se justificaba que esas cabezas pertenecían a las ratas traidoras, entonces llamó a Coma y le dijo ¡Ve!...
Ya me imaginaba que iría por Kara, solo esperaba que no sea solo su cabeza, hasta que la trajo y por suerte estaba viva, pero ese infeliz la sujetaba del cuello.
Estoy seguro que Hanz sabía perfectamente quien había asesinado a sus dos esbirros, solo que no quería aceptarlo, entonces usó a Kara para hacerme salir.
Él ya nos había enviado a espiar durante los días posteriores a las desapariciones, además en los periódicos salieron a luz los incendios en aquel barrio.
- ¡Les presento a la principal sospechosa de la muerte de nuestros hermanos! Después de haberle dado tanto de mí, así es como me paga, se ha convertido en una rata, reuniéndose con otras ratas para conspirar contra mí…-
Yo estaba enfurecido por lo que veía, pero debía esperar, no quería que le haga daño. El maldito continuó
- Por favor, ahora quiero que declares antes los presentes, si eres la responsable principal de este hecho o si alguien te ha engañado para volverte en mi contra, si es así dime quien es y tal vez te perdone o sino morirás…-
Yo por dentro decía “dile que soy yo, dile”
Ella con lágrimas en sus ojos dijo
– Yo soy la única responsable de todo –
Entonces Hanz ordenó con una seña a Coma para que la mate, pero desde lo más profundo de mi ser salió un grito que dejó el salón en silencio…
- ¡NOOOOOOO! ¡Déjala! – Coma se detuvo y me paré frente a Hanz, los que me rodeaban se alejaron dejándome solo. Varios soldados venían por detrás y me golpeaban fuerte hasta hacerme caer, Kara lloraba mientras veía como me golpeaban y Hanz dijo…
- ¡Sabía que eras una de esas ratas asquerosas! –
También le recriminaba a ella por haber estado conmigo
- ¡No sé cómo hicieron para romper el lazo que tenemos en la sangre, pero sí sé que además de traicionar a tu especie, me has traicionado a mí andando con un súbdito asqueroso de nivel bajo, comportándote como una puta mortal! ¿Acaso olvidas que tú me perteneces? ¡Yo te he dado todo, te he concedido la vida eterna! ¡Eres una prostituta! ¡Soy tu dueño, el dueño de todos los que están aquí! ¡Voy a desmembrarlos por partes y los arrojaré al sol! -
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Editado: 02.09.2020