Capítulo 1

—¿Me has escuchado? —me preguntó Emily, sacándome de mi ensimismamiento.

Sus ojos me miraban entrecerrados y  me removí en mi asiento, incómoda.

Lo siento, ¿qué decías? —respondí, desviando la mirada.

Ella suspiró y puso los ojos en blanco.

—Qué te pasa últimamente estás muy distraída —dijo y fui yo ahora la que voltee los ojos.

—No me pasa nada —respondí, fingiendo un tono casual. —Solo no he dormido bien —añadí, buscando una excusa para terminar la conversación. 

—¿Y eso porque? ¿pasa algo? —insistió ella, su voz llena de preocupación. —Vilu tu sabes que puedes contar conmigo pase lo que pase. 

Ella como siempre preocupándose por mí. Se preguntará por qué se preocupa tanto por mí. La verdad es que hace cuatro años comencé a sufrir ataques de pánico y ansiedad. Baje mucho de peso porque no quería comer, o si lo hacía, lo vomitaba. Lloraba constantemente y tenía pesadillas horribles. Emily, mi madre y Marisol hicieron todo lo posible para ayudarme. Estuve así durante casi dos años, hasta que finalmente comencé terapia. Poco a poco, he ido recuperando mi vida, pero ya no era la misma.

Los ataques de pánico ya no son tan frecuentes, y de vez en cuando puedo dormir sin pesadillas.  He vuelto a comer con normalidad, aunque todavía hay días en los que no tengo apetito. Mi terapeuta, una mujer sabia y paciente, me ha dado las herramientas para afrontar mi dolor y reconstruir mi vida. 

—Lo sé —dije revolviendo mi comida. —Ya no quiero seguir hablando de ese tema.

—Hola chicas, ¿cómo van? —dijo Diego sentándose a lado de Emily, le dio un corto beso y él quedó frente a mio.

Ella y Diego son novios desde hace cinco años y me encanta su relación, es la más pura que he visto. Ellos empezaron a hablar de sus planes del fin y lo que habían hecho esta mañana. Yo les dije que ya me tenía que ir y me levanté sin escuchar la respuesta.

Salí de la cafetería y caminé sin rumbo alguno, y sin darme cuenta ya había llegado a mi casa. Entre a casa y subí a la habitación y me tumbé en la cama, en ese momento me llegó un mensaje de whatsapp de Edwin: “Mi amor, nos vemos más tarde en el parque”  respondí con un “Vale amor”.

[...]

Estaba sentada en un banco esperando a Edwin, se preguntaran quien es Edwin pues es mi novio de hace un año lo conoci por accidente, yo estaba caminando distraída y me choque con él. Es alto, con cabello castaño ondulado y ojos verdes, yo al principio me negué a estar con él aun sabiendo que era amigo de Diego el novio de Emily.

Me daba miedo y además tenía una decepción amorosa y no quería pasar por lo mismo. Durante un año él luchó y me demostró que estaba enamorado de mí y pues mi terapeuta me dijo que me diera una oportunidad con él, aquí estoy con él un año después.

—Hola mi amor —me dio un corto beso. —¿Cómo estás?

Más o menos.

—Bien y tu mi amor —Dije fingiendo una sonrisa.

Hoy no tenía mucho animos y más con la conversación de esta mañana con Emily, no quería preocuparlo. Él ha tenido que presenciar algunos de mis ataques de pánico y ha tenido que llamar a Emily para que me ayude a calmarme.

—Muy bien, ahora que estoy contigo —me dice con una sonrisa mientras me abraza. —¿Qué quieres hacer mi amor?

Irme a mi casa y encerrarme.

—No sé.

—¿Tienes hambre? —me preguntó con una sonrisa de lado y levantando una ceja. 

No tengo hambre

—Un poco —dije encogiéndome de hombros.

—Pues vamos a comer —dijo levantándose y estirando la mano para que yo también lo hiciera.