Vigésima Séptima Pregunta: ¿Culpable?

Tan pronto el chico de matemáticas vio lo que había ocurrido, pidió a su amigo ir hasta su habitación para cambiarse e ir a buscar a Xiāohuàn, cosa que Lìān aceptó de inmediato, para luego él mismo marcarle a Hānáng, el cual respondió tan pronto pudo.

—Wèi…

—¡Soy yo!

—Yo sé que eres tú. Ya también me llegó a mí. Debió llegarle a toda la universidad —explicó el chico un tanto pensativo, quien escuchaba a su amigo que era evidente estaba molesto.

—Están usando una red de la universidad. ¿Fue un alto directivo o un maestro? —preguntó el alto al tratar de concluir con el causante de la noticia que él sabía era falsa.

—No, dudo que hagan público algo así los mismos profesores o el personal administrativo. Me parece que es obra de un alumno.

—¿Estás seguro? ¿Cómo un alumno puede hacer algo así?

—¿No lo sabes? La facultad de comunicaciones maneja esa red de noticias. Es obvio que algún alumno de dicha facultad lo haya hecho. Es sólo cuestión de investigar —concluyó el chico de artes, cosa que no dejó tranquilo a Lìān.

—Estoy seguro que fue Cha Ha-Joon —acusó el ingeniero, algo que desconcertó a Hānáng.

—¡Hey! No apuntes a nadie hasta saber la verdad. Cha Ha-Joon es de economía, y los de comunicaciones no pondrían las manos al fuego por él —explicó el joven, cosa que hizo pensar un poco a su amigo—. Te diré lo mismo que le dije a Zhào Xiāohuàn: «Cha Ha-Joon no tiene amigos. Todo mundo le saca la vuelta. Nadie lo apoyaría en esta estupidez» —citó Hānáng, lo que llamó la atención de Lìān, el cual estaba impresionado por esas palabras.

—¿Zhào Xiāohuàn te contactó?

—Sí, intercambiamos números el día de ayer que desapareciste. Sabía que ya debía tener el móvil que le ibas a regalar y aproveché. Por cierto, ¿qué pasó? No contestabas mis llamadas ni mensajes. ¿Todo bien?

—Sí, no te preocupes por eso. Será mejor que llame a Zhào Xiāohuàn, te marco luego para ponernos de acuerdo en dónde vernos.

—Bien, espero tu llamada —colgaron ambos, y Héngwǔ llegó de regreso ya listo para partir.

—¿Era Jì Hānáng? —preguntó el matemático al ver que colgó el alto su móvil.

—Sí, ya habló con Zhào Xiāohuàn. Dice que cree que se trata de alguien de comunicaciones.

—Encendí mi móvil con el powerbank y también me llegó el mensaje. Efectivamente es de la red de comunicaciones de la dàxué que maneja la facultad con el mismo nombre. Y conocemos a alguien de esa facultad, de hecho —mencionó el chico de anteojos, lo que dejó atónito a Lìān.

—¿En serio? ¿A quién?

—Debes estar bromeando —dijo decepcionado Héngwǔ, para luego caminar hacia la salida—. Ven, quedé con Kazuhiko-senpai para ver si nos podía ayudar con el tema. Sí hay un lugar donde todos los rumores llegan, es a sakura mēru —declaró el joven, seguido por Lìān, el cual se veía apresurado.

A la par de eso, Ha-Joon, desde su habitación, observaba la noticia en su móvil y el impacto de la misma en redes sociales, como toda la universidad estaba en duda sobre eso, por lo que, de repente, se levantó furioso de su asiento y arrojó los libros que estaban sobre la mesa que tenía enfrente, mismos que cayeron de manera aparatosa al suelo.

El joven, al parecer molesto, respiró unos momentos al ver el desastre que había ocasionado, mientras que luego se tranquilizaba y volvía a tomar asiento, sujetada su cabeza con ambas manos, entrelazados sus dedos en su cabello liso.

Por su parte, Xiāohuàn se hallaba frente a la puerta de Měiméi, la cual tenía poco de haber entrado a su habitación. El chico se notaba serio y por dentro ardía en rabia, mas su semblante seco denotaba su paciencia y seriedad en el asunto reciente.

—¿Quién es? —preguntó una voz del interior, una que Xiāohuàn no identifico de inmediato.

—Soy Zhào Xiāohuàn. ¿Está Yóu Měiméi? —cuestionó el médico desde el otro lado de la puerta.

—Se está duchando. Cuando salga le diré que te busque —respondió la voz femenina, por lo que el chico sólo apretó los puños para decir una última cosa.

—Dile que me mande un mensaje. Saldré un momento. ¡Zàijiàn! —El joven se retiró tan pronto como pudo, sin ver que Yuèzhé se hallaba del otro lado de la puerta de su amiga, la cual sí estaba en la ducha.

— ¿Quién era, Yuèzhé? —preguntó desde el baño la anfitriona.

—Zhào Xiāohuàn. Dijo que iba a salir —respondió con la verdad a medias, para luego ver Weibo y todo el escándalo que se estaba armando por dicha noticia.

En una de las plazas de la universidad, Kazuhiko estaba sentado esperando a que los muchachos llegaran, hasta que el par se hizo presente ahí, frente al gāojí, mismo que los recibió con una enorme sonrisa.

—Yáng-kun, Wú-kun. ¡Qué extraña y agradable sorpresa! —mencionó el hombre al momento de ponerse de pie y observar a los rivales ir juntos.

—Hāi, Kazuhiko-senpai. Perdone que lo moleste en su día de descanso, pero…

—Sí, entiendo que quieres saber quién fue la persona que envió el mensaje, ¿verdad? —Interrumpió el gāojí con una sonrisa confiada, a la par que veía su móvil.

—¿Sabe algo sobre ello, Yamashita Kazuhiko-senpai? —preguntó impresionado Lìān.

—Pues sólo lo básico. No es la primera ni la última vez que un alumno de comunicaciones hace esto. En menos de tres… —Pero antes de acabar, todos recibieron un mensaje a su móvil. —¡Vaya! Ya ocurrió. —Todos tomaron sus respectivos teléfonos y vieron que les llegó una notificación de la misma mensajería de la universidad.

Aquella decía lo siguiente: «Queridos alumnos, lamentamos decir que la noticia antes publicada fue hecha con el simulador de pruebas de la facultad de comunicación de nuestra dàxué. En estos momentos, las autoridades de la misma casa de estudios están reprimiendo al responsable y les hace saber por medio de la presente que lo dicho dentro del mensaje es una acusación sin fundamentos. No obstante, debido a la naturaleza de la misma, se harán las investigaciones pertinentes para descubrir la verdad detrás del asunto. Por favor, eviten continuar levantando falsos en redes sociales y hacer más escándalo de esto. Detengamos el problema antes de que se haga más grande. Atentamente, dirección general».