I. Familia

Cada princesa fue asignada a una familia humana de confianza ‘’los guardianes´´ ellos, al igual que los protectores debían dar inclusive su propia vida para protegerlas, también las criarían como si fueran sus propias hijas, pero sobre todo mantendrían unidas a las cinco princesas.

Hilary fue otorgada a los guardianes Megan y Fernando, jóvenes mortales, pertenecientes a la clase media y de las pocas personas que veían sonreír a la pequeña.

Fátima fue criada en una familia de clase social alta, no eran millonarios, pero tenían sus lujos, sus guardianes tenían una joyería y se encargaron de llenar de lujos y joyas a la joven princesa.

Valentina, por otro lado, le toco una familia dedicada al cultivo y la agricultura, la pequeña adoraba sentir la brisa fresca acariciar su piel y a veces solía escuchar susurros en el viento.

Acua no podía quejarse tenía una casa con vista al mar, la playa cercana y una pareja que la quería tanto como si fuera su propia hija, no podía pedir algo mejor que eso.

Tania sin duda la perteneciente a la mejor familia, sus padres eran ricos y la trataron tal y como lo que era, una princesa, le daban todo lo que la pequeña pedía inclusive podría llegar a pensarse que la tenían demasiado consentida.

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Se aproximaba el cumpleaños número cuatro de las pequeñas princesas celebrando un año más de paz pues hasta la fecha no habían recibido ningún ataque.

Una fiesta de princesas ¿estas segura de lo que quieres? – pregunto la guardiana de Tania.

Claro mami, eso quiero para mi cumpleaños número cuatro – dijo la pequeña niña mostrando cuatro dedos de su mano.

Bueno Tania, si eso es lo que quieres – termino por acceder su ‘’padre´´.

¡Si! Voy a ser una princesa – saltaba de alegría la pequeña princesa de Naturaleza.

Pero compartirás la fiesta con tus otras cuatro amigas, quedo entendido – le recordó su ‘’madre´´.

Solo si yo tengo el vestido más hermoso y la corona más grande – condiciono la pequeña.

Tenlo por seguro pequeña – dijo su ‘’padre´´ entre risas.

El día de la fiesta había llegado, los guardianes de la princesa de Tierra habían pagado por todo y las princesas estaban vestidas con enormes vestidos cada uno al gusto de las niñas.

Tania usaba un vestido enorme color amarillo con detalles en azul.

Princesa, ¿la escolto a su fiesta? – pregunto su ‘’padre´´ mientras le tendía una mano.

Claro papi – decía la princesa de Naturaleza con una pequeña risita.

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La fiesta transcurrió con normalidad, los niños corrían por todas partes, todos querían probar el pastel y las anfitrionas iban de un lado al otro con sus hermosos vestidos.

¡Quiero quitarme esto! – se quejaba la pequeña Fátima removiendo la manga de su vestido.

No Fátima, es nuestra fiesta debemos vernos acorde a ella – decía seria la princesa de Hielo.

Pareces mi mamá Hilary – le reclamo – hablando de mi mamá iré a buscarla le diré que quiero quitarme esto – la pequeña hielo rodo los ojos ante los caprichos de su amiga mientras Fátima se alejaba, Hilary siempre había sido muy madura para su edad algo que era de esperarse al pertenecer al reino de Frio además era por un día la mayor de las cinco.

Hilary decidió alejarse un poco de la fiesta, más específicamente de los niños que corrían con las manos llenas de pastel y amenazaban con manchar su vestido.

Yo no quería esta fiesta – se decía a si misma – Acua y yo ya teníamos planes íbamos a hacer la fiesta en el lago, era el lugar perfecto en cambio obtengo un jardín con flores, mariposas y todas las cosas favoritas de Tania – la princesa estaba tan distraída que sin darse cuenta había avanzado hasta llegar a su lugar favorito, el lago, se sentó en la hierba y observo con deleite como caían pequeños copos de nieve cosa que era muy extraño ¿Nieve en verano? Pero la princesa no notaba la rareza, si había nieve ella ni iba a quejarse dado que le encantaba.

Es linda – una pequeña vocecita le hizo darse cuenta de que no estaba sola.

¿Quién está ahí? – pregunto algo desconfiada mientras se levantaba de un salto, examino el lugar con la mirada en busca de alguien hasta que reparo en unos ojos azules, sus miradas se encontraron por un minuto antes de que lo perdiera de vista, resignada y un tanto asustada regreso a la fiesta.

Pero mientras la princesa de Hielo se encontraba en el lago, la fiesta se tornó un poco diferente.

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Acua se encontraba vagando por la fiesta en busca de Hilary ya que al igual que a su amiga, a ella tampoco le gustaba esa fiesta, conociendo a su amiga, Acua estaba segura de que estaría en el lago, decidió ir a buscarla, pero en el camino tenía esa extraña sensación de que alguien la seguía.

Hola – saludo la pequeña niña sin esperar respuesta.

Hola – dijo un niño de grandes ojos negros y que aparentaba ser unos años mayor que ella – pequeña Acua ¿Qué haces aquí sola?

No soy pequeña – dijo con enojo - ¿Quién eres y como sabes mi nombre? – exigió saber la heredera de Marina.

Tengo entendido que no debo decirte quien soy, ni siquiera debo estar aquí, hasta luego creo – dicho esto el niño se evaporo en sombras, la pequeña sumamente asustada salió corriendo en busca de su madre.

Ahí estas Acua – dijo su madre aliviada de encontrarla.

Mama vi a un niño en el bosque, el sabia mi nombre y una oscuridad se lo llevo – decía alterada la futura gobernante de Marina, pero de un momento a otro todo se tornó oscuro para la pequeña princesa.

Acua abrió los ojos, pero ya no estaba en la fiesta, se encontraba en un palacio como el de los cuentos, se encontraba en un palacio como el de los cuentos, que tanto le gusta que le lean antes de dormir. En el lugar había cinco reyes y cinco reinas, pero parecían tristes, miro por la ventana que había en una pared y solo vio guerra y oscuridad; asustada regreso su vista a dentro aproximándose a unos reyes de coronas hechas de conchas de mar, ellos parecían estarse despidiendo de la pequeña bebe que tenían en brazos.