He enamorado mi alma

He enamorado mi alma

He enamorado mi alma de una figura sin nombre,

un enigma que aún no he descubierto.

En sueños la veo, una sombra etérea,

deseando que un día se vuelva tangible.

Desconozco quién es, su esencia y su ser,

pero anhelo su presencia con un fervor silencioso.

Sueño con revelarle el amor que yace oculto,

mostrarle mi humanidad, mi vulnerabilidad.

Cada noche, en el vasto campo de Morfeo,

su imagen vaga, una musa inalcanzable.

Quiero caminar junto a ella, en la senda de la vida,

y redescubrirnos en el amor, día tras día.

Tal vez solo sea una proyección de mis anhelos,

un ideal formado en el crisol de mis pensamientos.

Aun así, la espero, con la esperanza intacta,

de que algún día, se materialice en mi realidad.

La ausencia de caricias, el vacío de la intimidad,

se sienten como ecos lejanos en el alma.

Errores y distancias marcaron el camino,

pero el dolor se transforma en sabiduría.

No cierro las puertas del corazón,

aunque el miedo intente alzar muros de desconfianza.

El verdadero amor trasciende el tiempo y el espacio,

y en cada intento se revela la esencia del ser.

El amor es un concepto filosófico,

una búsqueda infinita de la plenitud.

En la intersección de lo tangible y lo intangible,

hallamos la razón de nuestra existencia.

Aunque no la conozca, su esencia es un poema,

un canto silente que resuena en el corazón.

La busco en cada rincón de mi ser,

esperando que un día, la fantasía se vuelva realidad.

Si algún día ella llega, sé que la reconoceré,

como un faro en medio de la tempestad.

Espero que nuestro encuentro sea una luz,

una guía en el viaje de la vida compartida.

Mientras tanto, en el flujo del tiempo,

la espero con el corazón abierto.

El amor, en su más pura forma,

es la promesa de un nuevo amanecer.

Así, en cada latido, en cada suspiro,

llevo conmigo la esperanza del encuentro.

Porque el amor verdadero, aunque distante,

siempre encuentra su camino de regreso al hogar.