Problemas del otro mundo

Capítulo 2 - Un extraño

Capítulo 2

 

Como van las cosas pasaré mucho tiempo aquí y tendré que empezar hacer muchas cosas para sobrevivir, aún ni siquiera he revisado la casa en su totalidad aún, tengo que averiguar qué sucedió con las demás personas que terminaron en éste lugar y más importante aún, tengo que averiguar como salir de éste lugar, pero no será tarea fácil. Primero me preocuparé por sobrevivir en este lugar, no tengo más comida y morir de hambre no es una opción.

 

Analizando la situación, creo que mi única posibilidad de encontrar alimento es ir al bosque, le problema es que no sé qué pueda haber ahí, si tenemos en cuenta que en este lugar habían más personas y no hay rastros del cuerpo de ninguna de ellas, o están vivas o murieron en el bosque, son probabilidades que no puedo descartar así que decidí armarme antes de ir allí, por suerte he mirado muchos programas de supervivencia, realmente espero que eso me sirva de algo.

 

Empezaré recogiendo algunas ramas y hojas secas para hacer una fogata afuera de la casa, de momento solo me servirá para mantener calor en la noche y alejar cualquier animal que pueda haber cerca. Con las rocas haré una especie de muros pequeños para sentirme más protegido (realmente no pienso que sirvan de algo). Mientras hacía esta tarea me encontré algunos gusanos, los recogí por que según los programas que vi, son muy nutritivos, tal vez si los cocine no sepan tan mal como suele decir la televisión.

 

Creo que ya me distraje demasiado con esto, iré al bosque a buscar algo de comida ¿, tal vez encuentre algunas vallas que se puedan comer. Si me ponía a pensar, el bosque era bastante hermoso, tenía muchos árboles, sonidos de aves por todos lados, muchos insectos y posiblemente, serpientes.

 

— ¡Rayos! Cuando se me ocurrió explorar el bosque no había pensado que podría tener serpientes. — Es irónico porque si me encuentro una podría cocinarla.

 

He caminado un buen rato buscando cualquier cosa que pueda ser comestible y no veo nada aparte de insectos y muchas aves, es una lastima que sea pésimo escalando, podría conseguir unos cuantos huevos, pero están muy arriba y conociendome me romperé algo antes de alcanzarlos. Conmigo solo llevaba una lanza que hice con un largo palo que en un extremo le incrusté mi navaja. Antes de eso había intentado sacarle filo al palo, pero no pude ni siquiera teniendo una navaja, al parecer la televisión muestra las cosas más fáciles de lo que son en realidad.

 

—Llevo mucho tiempo caminando, es raro que aún no haya vuelto a la casa ¿será que podré salir finalmente de éste lugar? — Tenía esperanzas, pero no podía seguir caminando mucho tiempo más, debía volver, estaba anocheciendo y no creo que sea muy seguro caminar por aquí en la noche.

 

En eso, logré ver unos cultivos, parecían hechos por una persona, se me pasó por la cabeza que podrían ser posiblemente sobrevivientes, pero no sabía si eran amistosos con los extraños, así que tomé algunas cosas y me dispuse a volver a la poca seguridad que me da la casa.

 


 

Llevo un par de días preparandome para ir a recatar a Aaron, llevo todo lo necesario en una mochila para acampar; comida, agua, ropa, navajas y una pistola que era de mi padre. Desde se desaparición siempre quise ir por él, pero no tenía el valor suficiente para hacerlo, pero ahora al ver que una persona desapareció por mi culpa, tengo que ir, por él… por mi padre.

 

Quise ir con los chicos, para que así tuviésemos más posibilidades de salir ilesos (aunque teniendo en cuenta que ni mi padre y sus compañeros pudieron hacerlo, la probabilidad era baja). Cada uno de ellos decidieron hacer como si el no existiera, como si nosotros no hubiésemos podido detenerlo… como si su vida no importaba, ¿esas eran las personas que haciamos llamar amigos? Soy yo la que llevo menos tiempo conociéndolos a todos y aún así me preocupo por él… Es realmente triste ver que realmente a la hora de la verdad, muy pocas personas están dispuestas hacer cosas por ti.

 

Mientras pensaba, escucho que alguien abre la puerta de casa.

 

—Elise, ¿estás en casa? — Era mi madre, ella no sabía nada de lo que haría, si le decía posiblemente me encerraría en mi cuarto de por vida.

 

—Sí, mamá, estoy aquí… — No solemos hablar mucho, desde la desaparición de mi padre ella cambió, no es la misma desde entonces…

 

Debería ir ahora mismo, pero, ¿contra qué me enfrentaré?,  acaso... ¿hay un asesino ahí?, ¿Por qué las personas no pueden regresar?, ¿iré a salvarlo o simplemente es una misión suicida? Estas y un millón de preguntas más recorrían mi mente, pero no podía dejarme llevar por el temor, aunque yo sabía que las posibilidades de que alguien siga vivo o de al menos que yo pudiera salir ilesa de ahí son prácticamente nulas, debo hacerlo, no… Necesito hacerlo, no puedo quedarme con los brazos cruzados mientras todas las personas del pueblo desaparecen y nadie hace nada para evitarlo, ni siquiera se atreven a acercarse.




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