Luego de cientos de sucesos te encontré, encontró tus ojos, tus palabras, te encontré a ti. No lo sabía entonces, pero eso sería de los mejores sucesos de mi vida luego de nuestro cruce de palabras empezaba a entretejerse una historia una historia que iniciando con los deseos a veces contenidos de querer correr y abrazarte, rodearte entre mis brazos y llenarte de mis caricias y así entonces así, estar juntos y felices.
Luego de los meses en los que las tardes eran poesía y sus hermosos recuerdos traen nostalgia, luego los mensajes y la espera de volver a hablar contigo que jamás olvidare, empezaba a nacer nuestro amor, ese amor que se hincha en el pecho, que solo quiere ser calmado con más amor, con tu amor.
Aisha, te quiero tanto, a veces no sé cómo demostrarte que eres mi vida cielo, que te quiero demasiado, que todo lo que quiero es que nuestras vidas se junten para siempre, cielo te amo, la vida junto a ti es lo mejor que me paso, espero que siempre poder amarte
Y como no querer hacerlo, cuando tu recuerdo acelera mis latidos y la ausencia de tu cuerpo junto al mío hace decaer a mis brazos dispuestos a siempre abrazarte, hace secar a mis labios dispuestos a besarte siempre, hace oscurecer a mi alma dispuesta a cada momento a entregarse a tu amor.
Y a veces olvido agradecerle al cielo al destino o a Dios de haberte encontrado, de haber podido besar tus labios de haber sudado al apretujar mi cuerpo contra el tuyo, y la verdad cielo es que te amo, que a veces siento que eres lo único que tiene sentido, y lo único que quiero hacer es seguir amandote