Después de ir a comer los hermanos Monet finalmente habían llegado a casa, fue un recorrido alegre y lleno de vida entre ambos hermanos, aunque solo hablarán de cómo había ido su día.
— Finalmente en casa— dice Arun aventándose al sofá.
— En una vas a caer directamente al suelo si te sigues aventando de esa manera al sofá— advierte a su hermano.
— Aguafiestas—
— Ya quisiera ver que te caigas, así tal vez dejas de aventarte siempre— y es que su hermano tenía la mala costumbre de siempre aventarse sin cuidado alguno, ya fuera en el sofá o en la cama.
— Si me llego a caer, me caigo y ya, no es que cambiara mucho la situación o como si fuera dejar de hacerlo— dijo caminando rumbo a su habitación, dejando a su hermana sola en la sala de estar.
— Seguro se va a quejar cuando se caiga de verdad— dice para sí misma, repitiendo la acción de su hermano.
Había sido un día agotado y solo quería descansar, posiblemente tomaría un baño y luego iría a ver a su hermano para ver si realizaban alguna actividad juntos. Después de darse un baño relajante y vestirse cómodamente se encaminó rumbo a la habitación de su hermano.
— ¿Arun estas despierto? — pregunta ingresando a la habitación.
— No, estoy en coma por el momento—
— No sabía que una persona en coma hablaba y sobre todo que se acostaban boca abajo—
— Es que soy un caso especial—
— Que interesante, pero venía a ver si querías que hiciéramos algo juntos—
— Dame unos segundos—
— Te esperaré en la sala— dijo, para luego retirarse y dirigirse rumbo a esta.
Su hermano a veces podría comportarse algo infantil e incluso decir o hacer algunas cosas “especiales” como él había dicho anteriormente, así era él. Luego de varios minutos finalmente su hermano se dignó en aparecer.
— Creí que tardarías solo unos segundos, no minutos— reclama por la tardanza de su hermano.
— Mi querida camita no quería que la dejara sola, me ama tanto que no dejaba de decirme que me quedara con ella—
— Tu camita salió tóxica, igual que tu ex que no te dejaba ni respirar por tu cuenta—
— No compares mi preciada cama con esa víbora doble cara— dijo, reclamando por la comparación que había hecho su hermana. — Mi dulce cama no se compara con ella— Su cama no tenía comparación alguna con su ex.
— Claro, tu cama no te va a engañar con alguien más—
— Sí que te gusta molestarme verdad—
— Lo hacemos de forma mutua, así que no puedes quejarte—
— Buen punto, por esta vez ganas— dice mientras toma asiento al lado de su hermana. —¿Vamos a ver películas y pedir algo de comer verdad? — pregunta con algo de curiosidad por saber si entendía la intención de su hermana.
— Así es, esta vez me toca escoger que ver y a ti la comida— informa.
— Perfecto, ya sé que pedir y donde hacerlo— dijo para luego tomar su celular y hacer el pedido.
Varios minutos después Aylen ya se había decidido sobre lo que verían y la comida ya había llegado, comenzando así finalmente su tarde de hermanos.
La tarde transcurrió entre risas y charlas de ambos hermanos hasta que llegó la hora de dormir para ambos.
— Estuvo muy buena la película, no esperaba tan buen final y con tanto drama—
— Te encanta el drama Arun, es por eso que la viste tan buena—
— Si soy, pero no hablaba de mí, hablaba de la película—
— Eres como una viejita chismosa, amas ver el drama en vida ajena—
— Ahora ves porque me llevo muy bien con la Señora Edna, ambos somos viejas chismosas—
— Eso veo, aunque no sabía que vivía con una vieja chismosa — dijo mientras reía por las palabras de su hermano.
— Ahora lo sabes, pero bueno ya debemos dormir o se nos hará tarde y será difícil despertarnos mañana— dijo acomodándose en la cama.
— Tienes razón, pero…. — dijo mientras observaba a su hermano acurrucarse. — ¿porque estás en mi habitación? — aunque ya tenía una idea de su respuesta no podía evitar preguntar.
— Obviamente quería dormir contigo—
— ¿Es eso o es por una de las películas? — y es que horas antes habían visto una película de terror.
— Claro que no, es que te amo mucho y prefiero dormir contigo antes que, en una habitación, donde estoy completamente solo en completa oscuridad— dice con algo de terror al recordar las escenas de la película.
— Sé que es por la película, no te hagas el rudo conmigo, te conozco—
— Es por la película— afirma.
— No te costaba nada decirlo—
— No, pero no quería decirlo— decirlo había sido un golpe para su imagen ruda.
— Bueno ya lo admitiste y no pasa nada—
— Si si, no pasó nada, ahora a dormir— debía dejar ese tema de lado cuanto antes.
— De acuerdo, vamos a dormir— dijo mientras reía, al saber que su hermano quería olvidar el tema ya que pensaba que este había daño su imagen de chico rudo.
— Buenas noches— dijo Arun, dando por terminada la conversación.
— Buenas noches— respondió Aylen para así ambos hermanos caer profundamente dormidos en compañía uno del otro.
Luego de ese día ambos hermanos retomaron su rutina diaria, hasta que fuera posible repetir su día familiar, el cual sería hasta que tuvieran de nuevo tantos clientes como ese lo fue ese día y aunque se solía repetía varias, en estos momentos ambos estaban tan ocupados con los clientes actuales que debían asignar los nuevos a otros trabajadores, junto con otros más, dejándose así a ellos mismos con al menos 5 clientes cada uno para atender.