Capítulo Dos

La cabeza de Sehun giró bruscamente para mirar a Luhan cuando sintió la alarma en la voz del hombre. Hacía mucho tiempo que Sehun no había oído ese tono especial de voz. Y nunca en la medida en que se oía ahora.

—¿Qué quieres decir con un asesino imitador?

Sehun dio unos pasos más cerca de Luhan. Podía ver temblar las manos de Luhan. El rostro del hombre palideció, toda su sangre drenada. Luhan estaba aterrorizado. Bueno, no le permitiría eso. No serviría de nada en absoluto.

Sehun estaba harto de ver a Luhan aterrorizado desde hacia seis meses. Después de que Luhan fuera secuestrado por Kasper Choi, Sehun fue con Jongin para rescatar al hombre sólo para descubrirlo desnudo, atado y golpeado. Esa había sido la primera vista de Sehun de su amante en diez años.

Al día de hoy, Luhan se negaba a decirle a Sehun qué es exactamente lo que hizo con él Kasper. Sehun utilizó su conexión con la policía y su empresa de seguridad privada para obtener el informe policial sobre el secuestro de Luhan y el asalto, tanto la oficial como la no oficial. Lo había leído, pero siempre sospechó que faltaban algunas partes. Luhan no hablaba de ello, sin embargo, dejo a Sehun la imagen de todo tipo de escenarios horribles.

Alcanzando a Luhan, Sehun envolvió sus brazos alrededor de él. Alivio llenó a Sehun cuando Luhan no lo alejó. En su lugar, Luhan se inclinó hacia el abrazo de Sehun. Su mano libre cogió el brazo de Sehun con tal fuerza, que los nudillos de Luhan se pusieron blancos.

—Un cuerpo muerto fue descubierto en un almacén abandonado, en la Primera Avenida, a unas tres manzanas de la bodega en donde se encontró a Baekhyun, —escuchó Sehun decir a Jongin—. La víctima tiene todas las trazas de Kasper Choi, hasta las marcas del maldito látigo.

Sehun podía sentir a Luhan ceder en su contra. —¿Marcas de látigo? ¿La víctima fue azotada? —Luhan le preguntó. Su voz sonaba ahogada y poco natural.

—Sí, y es bastante malo, también, incluso peor que las tuyas.

Sehun no estaba seguro de que eso fuera posible. Kasper había azotado a Luhan tan mal que había tomado semanas para que las marcas se desvanecieran. Algunas de ellas nunca lo harían y siempre estarían con Luhan.

—¿La víctima coincide con el perfil? —le preguntó Luhan.

—Joven, de 1’52 y unos cincuenta kilos, —dijo Jongin—. Infierno, Lu, incluso tenía el pelo castaño, ojos azules, y gafas.

—Él fue... —la voz de Luhan se desvaneció como si fuera demasiado duro para él terminar su pregunta. Sehun apretó el brazo alrededor de Luhan. Sehun deseaba poder darle la fuerza que sabía que era una parte inherente del carácter del hombre. Simplemente parecía estar un poco hundido actualmente.

—Ahora bien, esa es la parte extraña, Lu —dijo Jongin—. No lo fue. Oh, fue golpeado bastante, tanto que estoy seguro de que deseaba estar muerto, pero no fue asaltado sexualmente. El que mató a este hombre le hizo un favor, sin embargo. Con el daño que el médico forense dice que se llevó a cabo, el hombre se habría desangrado antes de que los paramédicos pudieran haber llegado hasta él.

—¿Cómo murió? —le preguntó Luhan.

—Apuñalado en la medida de lo que podemos decir. El médico forense contó por lo menos quince heridas de arma blanca en el pecho del hombre. Sin embargo, sabrá más una vez se lleve el cuerpo a la morgue y haga una autopsia.

Sehun sintió a Luhan tomar una respiración profunda y dejarla escapar lentamente. —Entonces, ¿qué te hace pensar que se trata de un asesino imitador? —le preguntó Luhan.

—¿Quieres decir además de la descripción física y ubicación de la víctima? Luhan dejó escapar una risita forzada. —Sí.

—¡Oh, diablos, Lu! No es nada en lo que yo pueda poner mi dedo exactamente, pero sé que hay una conexión —dijo Jongin—. Lo siento.

Luhan asintió con la cabeza. —Siempre has tenido unas corazonadas bastante buenas, Jongin.

—Si aparece otro asesino en serie con el mismo modus operandi, que Kasper, y justo cuando Kasper se está preparando para ir a juicio, ¿qué crees que va a pasar con el caso del fiscal, Lu? —preguntó Jongin. El tono de su voz le dijo a Sehun que Jongin ya sabía la respuesta a su pregunta.

Sehun sintió temblar a Luhan. Quería hacer lo mismo. Si había otra serie de asesinatos como los que Kasper habían perpetrado, podría poner la duda en las mentes del jurado al oír el caso de Kasper. Él no podría librarse, pero no conseguiría lo que se merecía, tampoco.

—Oye —protestó Luhan cuando Sehun alejó el teléfono móvil de él.

—¿Jongin? —preguntó Sehun.

—¿Sehun?

—Sí, —dijo Sehun mientras esquivaba las manos de Luhan. Luhan estaba tratando de conseguir el teléfono de él. Sehun no lo dejaría. Tenía que hablar con Jongin. No iba a dejar a Luhan pasar por esto solo, no como la última vez.

—¿Qué estás haciendo en la casa de Luhan? —preguntó Jongin.

—No importa lo que haga, Jongin —contestó Sehun—. ¿Me puedes conseguir una copia del informe del forense y el informe de la policía? Me gustaría trabajar este caso contigo y Lu. Puedo ser capaz de mirar en algunos lugares que ustedes no pueden.