Prom 02 - Una promesa hecha [hunhan]

Capítulo Once

Había sido un día largo e incluso una noche más larga. Sehun podía escuchar a Luhan abajo, hablando con Himchan, diciéndole buenas noches. Himchan había decidido quedarse esa noche, los tres estaban determinados a proteger a Jongup con todo lo que pudieran hacer. Para Himchan, eso significaba quedarse por la noche y proteger a Jongup personalmente.

Sehun sabía que llamar al hombre antes había sido una buena decisión. Himchan tenía debilidad por Jongup Moon, y ahora, Jongup lo necesitaba. Necesitaba saber que había gentileza en un mundo que solo le había mostrado dureza y abuso. Sehun estaba seguro de que Himchan podía darle eso a Jongup.

Luhan, por otro lado, era otra cosa. Sehun seguía esperando que los recientes acontecimientos con el caso trajeran malos recuerdos para Luhan, pero el hombre seguía bien. Sehun respetaba eso de Luhan. Era un luchador.

Sehun también se sentía como si lo dejara aparte. Luhan no parecía necesitarlo. Por un lado, eso era algo bueno. Luhan era un hombre fuerte. Eso había ayudado a Luhan a recuperarse de las cosas que Kasper le había hecho.

Por otro lado, Sehun estaba empezando a preguntarse si Luhan había tratado alguna vez con las cosas que Kasper le había hecho. Si Luhan no lo había hecho, habría un punto en el que el hombre se quebraría. Sehun solo esperaba estar allí para recoger los pedazos cuando pasara.

Sehun miró cuando escuchó a Luhan subir las escaleras. Escuchando voces desde abajo, se preguntó si tener un loft era una buena idea. Lo pareció cuando lo consiguió. Ahora no estaba seguro. No había privacidad.

—Hey, nene, ¿cómo estás? —preguntó Sehun mientras Luhan se sentaba en el lado de la cama para quitarse los zapatos—. ¿Estás bien?

Luhan sonrió a Sehun por encima de su hombro. —Estoy bien. Cansado, pero bien. ¿Y tú?

Sehun rodó hacia su sitio. Apoyó un codo en la cama, su cabeza en su mano mientras observaba a Luhan desnudarse. Se sorprendió de que, cansado como estaba, pudiera estar tan excitado por la vista del cuerpo desnudo de Luhan.

—Estoy bien, —contestó Sehun—. Un poco preocupado, como tú.

Sehun escuchó una pequeña risa de Luhan mientras se metía en la cama. Luhan rodó y se acercó a Sehun, su cabeza apoyada en el brazo de Sehun, su brazo envuelto alrededor de la cintura de Sehun.

—Sí, ha habido mucho que asimilar hoy. —La voz de Luhan bajó hasta casi un susurro—. Tenías razón sobre Himchan, creo. Si puede tomárselo con calma, creo que tiene muchas probabilidades de ganarse a Jongup. Nunca he visto a un hombre tan enganchado con alguien como él lo está por Jongup.

—Yo sí —rió Sehun—. Yo.

Un momento después, Sehun se estremeció. —¿Luhan?

Será mejor que eso sea tu mano entre mis piernas.

—Bueno, será mejor que no sea la mano de otra persona, —contestó Luhan.

Sehun se estremeció de nuevo cuando los dedos de Luhan envolvieron su duro pene. Gimió. Luhan estaba acariciándolo lentamente, no lo bastante para apartarlo pero lo bastante para mantenerlo interesado.

—Dios, Lu, —susurró Sehun. Luhan se había deslizado bajo las sábanas y se movió hacia abajo por su cuerpo. Sehun no podía ver lo que Luhan estaba haciendo, pero seguro que podía sentirlo, especialmente los cálidos labios que remplazaron la mano que sostenía su pene.

Sehun rápidamente se dio cuenta de que Luhan había aprendido mucho en el tiempo que habían estado separados. Sehun agarró las sábanas a cada lado de su cuerpo mientras el fuego lamía su cuerpo con cada lamida de la lengua de Luhan.

Iba a explotar, quemarse en el sitio. Sehun lo sabía. Luhan estaba haciendo cosas con su boca que Sehun no había creído posibles si no las hubiera sentido él mismo. Las suaves lamidas de la lengua de Luhan, la caricia de su respiración, incluso el apretado agarre de los labios de Luhan, cada uno diseñado para volver loco a Sehun.

Sehun se mordió el labio intentando sostener sus gemidos. Mientras estuvieran arriba, no había más que una barandilla y unos pocos pies que separaran la habitación del loft de los hombres de abajo. Sería muy vergonzoso para ellos ser escuchados.

Justo cuando Sehun pensó que no podría aguantar el orgasmo un segundo más, Luhan lo soltó. Luhan subió y montó a horcajadas el cuerpo de Sehun. Sehun tenía dudas de la traviesa sonrisa en el rostro de Luhan.

—¿Qué? —preguntó Sehun vacilante.

Luhan solo siguió sonriendo, sin decir una palabra mientras se inclinaba en la cama y alcanzaba la mesilla de noche. Un momento después, estaba de vuelta, condón y lubricante en mano. Sehun alzó una ceja en pregunta cuando Luhan se empujó hasta montar los muslos de Sehun. El anhelante pene de Sehun levantado orgullosamente delante de él.

—Esta vez, —dijo Luhan mientras enrollaba el condón en el pene de Sehun—voy a montarte, chico grande. ¿Crees que puedes manejarlo?

Sehun gimió. Oh, podía manejar eso y algo más. Había pasado mucho tiempo desde que había sentido la dicha de estar dentro de Luhan. Tanto como disfrutaba la sensación de Luhan follándolo, había algo en enterrar su duro pene en el hombre que hacía arder todo el mundo de Sehun.

—Oh, creo que puedo manejarlo bastante bien, Detective, —dijo suavemente Sehun—. ¿Puedes tú?



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En el texto hay: traicion, psicopatas, amor

Editado: 28.05.2023

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