Capítulo Dieciocho

—¿Algún cambio?

Sehun sacudió la cabeza, negándose a alzar su mirada a Baekhyun de su vigilia junto a Luhan. Habían pasado tres días desde el disparo. Luhan había sido llevado al hospital con una herida de bala que amenazaba su vida. Los doctores habían operado, extraído la bala y el bazo de Luhan, y reparado el daño en sus órganos internos. El resto dependía de Luhan.

Entonces, ahí estaba Sehun sentado y lo había estado desde el momento en que le dejaron entrar en la habitación. La gente entraba y salía; amigos, familia, compañeros, oficiales. Sehun nunca se alejaba del lado de Luhan. Se negaba a hacerlo hasta que Luhan abriera sus ojos.

—Te traje un cambio de ropa, Sehun, —dijo Baekhyun, colocando una bolsa marrón de papel en el suelo junto a la silla de Sehun.

—Gracias, —contestó Sehun, sorprendido al ver cuan rasposa sonaba su voz. Tendría que ser por todas las horas que había pasado hablándole a Luhan, intentando que el hombre despertara.

—¿Por qué no vas a darte una ducha? —animó Baekhyun—. Mantendré un ojo en Lu, y si muestra signos de despertar, te aviso.

—No hasta que despierte, —insistió Sehun. Estaba empezando a enfadarse con todo el mundo que le decía que descansara un poco o que se duchara o que fuera por comida. ¿Cómo se suponía que iba a hacer eso con su corazón alejado de sus ojos?

—Se va a enfadar cuando se levante y descubra que no te has estado cuidando, —dijo Baekhyun—. ¿Lo sabes, no?

—Puede gritarme todo lo que quiera, —contestó Sehun—mientras se despierte.

—Realmente lo amas, ¿no?

Sehun pasó el pulgar por la mano de Luhan. —Siempre lo he hecho.

—Entonces ve a darte una ducha, maldición.

—No puedo, Baekhyun, no hasta que Luhan des... ¿Está moviendo sus labios? —el corazón de Sehun golpeó su pecho cuando se levantó y se inclinó sobre Luhan. Observó intensamente buscando otro movimiento, cualquier movimiento.

Los labios de Luhan se volvieron a mover.

—Lu, nene, abre tus ojos para mí, —gimió Sehun—. Vamos, nene, abre esos hermosos ojos avellana.

—Voy a buscar a un doctor, —dijo Baekhyun mientras salía de la habitación.

Sehun no se dio cuenta de que Baekhyun había dejado la habitación. Estaba totalmente enfocado en el hombre estirado en la cama ante él.

—Lu, nene, —susurró Sehun de nuevo. Apartó el cabello negro de Luhan de su rostro—. Por favor, nene, ¿por mí?

Los labios de Lu se movieron de nuevo. Entonces Sehun sintió un pequeño apretón en su mano. Bajó la mirada, inseguro de haberlo sentido. Lo deseaba tanto. Entonces vio a Lu apretar su mano de nuevo. Euforia llenó a Sehun cuando se dio cuenta de que Luhan estaba despertando. Luhan estaría bien.

—Hey, nene, —dijo Sehun mientras los ojos de Luhan empezaron a moverse—. Estoy justo aquí, Luhan.

Los ojos de Luhan finalmente se abrieron. Se veía mareado y drogado, sin enfocar. Los labios de Luhan se volvieron a mover. Sehun se inclinó y puso su oreja junto a la boca de Luhan. Escuchó el murmullo de un sonido.

—Duele.

Sehun volvió a mirar a Luhan. —Lo sé, nene. El doctor puede darte algo en cuanto te examine. La bala entró por tu espalda y viajó un poco por dentro. Fueron capaces de sacarla y reparar el daño, pero tuvieron que quitarte el bazo.

—¿Bien? —masculló Luhan.

—Sí, —sonrió Sehun—vas a estar bien. Hemos estado esperando a que abrieras los ojos. Has estado dormido durante tres días, Lu, y tengo que decirte, que apesta.

—Lo siento.

—Y yo, nene, siento que mi padre te disparara. ¿Y en qué diablos estabas pensando para ponerte delante de mí así?

—Amor. —Sí, eso decía mucho.

—Yo también te amo, Luhan.

—Cansado.

Sehun palmeó la mano de Luhan. —Bien, necesitas volver a dormir. Solo prométeme que te despertarás en poco tiempo y me enseñarás esos hermosos ojos tuyos. Los he echado de menos estos últimos tres días.

—Prometido.

Sehun vio como los ojos de Luhan se cerraban de nuevo. Estaba bastante seguro de que el hombre solo estaba durmiendo esta vez. Silenciosas lágrimas de alivio cayeron por las mejillas de Sehun. Sehun sabía que Luhan iba a estar bien. Luhan tenía rehabilitación por delante, pero podrían hacer cualquier cosa si estaban juntos. Luhan le había enseñado eso.

Sehun escuchó a gente riendo antes de alcanzar la puerta de Luhan. La abrió, sorprendido de encontrar la habitación casi llena de gente. Se veía como si todos hubieran aparecido.

Escondiendo sus flores tras la espalda, Sehun fue al lado de Luhan, se inclinó, y lo besó suavemente en los labios.