Capítulo 2

Me dejé caer en la cama y cerré los ojos por un momento, intentando calmar mi mente. Pero el cansancio y la confusión hacían que mis pensamientos se enredaran en un torbellino interminable.

El sonido tenue de la lluvia golpeando la ventana me distrajo. Me acerqué y corrí un poco la cortina. Las luces de la ciudad parpadeaban a lo lejos, borrosas por las gotas que resbalaban por el vidrio.

Suspiré. Tal vez dormir ayudaría a que todo pareciera menos complicado por la mañana. Me metí bajo las cobijas y traté de relajarme, pero el sueño tardó en llegar.

Cuando finalmente me quedé dormida, mi teléfono vibró una vez más. Esta vez, no lo escuché.

Al despertar, el sonido de los utensilios en la cocina y un delicioso olor me hicieron suponer que Ethan estaba preparando el almuerzo. En realidad, no tenía mucha hambre. Las pesadillas suelen quitarme el apetito. Miré mi teléfono para ver la notificación que había llegado antes. Como suponía, era Jack: "Voy a dormir, cuídate", decía el mensaje. A veces no puedo evitar sentir mariposas en el estómago cuando Jack me dice ese tipo de cosas.

Intenté decirle algo dulce para que se calmara y olvidara lo que había pasado, y funcionó, como siempre. Aunque, sinceramente, cuando Jack es muy dulce, siento que algo no está bien. A veces parece que conectamos, y al momento siguiente, es como si quisiera llevarme la contraria, incluso cuando claramente tengo razón. Y entonces, sin previo aviso, vino a mi mente el recuerdo de cómo nos conocimos.

Jack y yo tenemos la misma edad. Cuando entramos al primer año de colegio, nos sentamos juntos. Ambos éramos nuevos y necesitábamos compañía. Sonó el timbre y no pudimos hablar mucho, pero me llamó la atención. Al principio salíamos juntos al recreo, y todo el curso comenzó a molestarnos diciendo que estábamos enamorados y ya éramos pareja. Claramente, no era así. A mí me gustaba bastante Jack, pero no sabía lo que él sentía por mí. Así que no toqué el tema.

Un día, simplemente empezó a alejarse poco a poco. Me sentí mal, pero empecé a hacer más amistades y traté de olvidarlo, aunque era casi imposible: estábamos en el mismo salón y compartíamos muchas amistades. Mis sentimientos seguían allí, silenciosos.

Un día descubrí que le estaban haciendo bullying a Jack, diciéndole que era gay solo por estar conmigo. La realidad era que ambos éramos tímidos y no sabíamos socializar muy bien. Con el tiempo, yo logré adaptarme... pero Jack no tanto. No podía permitir que lo molestaran así. Empecé a escribirle por Messenger para decirle que no hiciera caso de esos comentarios. Por suerte, esa fue la manera en que no perdimos totalmente la amistad.

Hasta que empecé a salir con el grupo "popular" del curso. Grave error.

Recuerdo una vez jugando "Verdad o Reto", Maite, la "líder" del grupo, me retó a ir hacia Byron y decirle que me gustaba. Byron era del grupo de Jack, muchas chicas querían estar con él, pero a mí nunca me llamó la atención. Incluso me había intentado ligar una vez y lo rechacé por mis sentimientos hacia Jack. Maite amenazó con decirle a Jack que me gustaba si no cumplía el reto... y yo no estaba lista para eso. Así que, tragándome el orgullo, fui a "confesarle" a Byron. Para mi mala suerte, Jack estaba allí.

Después de eso, Jack y yo no hablamos por casi dos años.

Fue en ese tiempo que entendí que a Jack también le gustaba yo. Así que decidí romper el silencio y hablarle de frente. No podía ignorarme si lo hacía cara a cara... o eso creía. Me ignoró.

Me tomó tiempo, pero al final no me pudo ignorar más. Volvimos a ser el dúo de siempre: solo Jack y yo. Aunque, para entonces, algo en mí había cambiado. Ya no lo veía igual. Esta vez, yo decidí alejarme. No duró mucho. A las dos semanas, Jack me dijo que estaba raro porque uno de sus familiares había fallecido... Me sentí tonta.

Era nuestro último año en el colegio y decidí confesar mis sentimientos. Jack me había dado señales, pero nunca se atrevía a decir nada. Lo cité durante el recreo, dentro del salón vacío, y le dije lo que sentía. Se puso completamente rojo y luego salió corriendo, diciendo que no estaba listo para una relación. Me quedé en blanco. ¿Le gustaba, pero no estaba listo?

Esa tarde fue incómoda. Habíamos quedado en salir a los juegos mecánicos con nuestros grupos, pero no había ninguna conexión entre Jack y yo. Al día siguiente, sin embargo, decidió estar conmigo, aunque insistía en mantener la relación en secreto.

—Naiya... Naiya —escuché una voz que me sacó de mis pensamientos.

Sentí que alguien me agarraba los pies y grité:

—¡Ayudaaaaaa!

—Soy yo, boba —dijo Ethan, sonriendo con malicia.

—¡Me asustaste! Pensé que me estaban secuestrando o algo.

—Estamos en China, gritar "ayuda" no te serviría de nada. Te estaba llamando para que comas, y cuando vine a ver si seguías dormida, parecías ida —dijo mientras mordía un pan—. Además, tu teléfono no dejaba de sonar. Pensé que te habías muerto o algo.

Le pegué en el brazo.

—Para tu información, estaba recordando algo valioso —dije con pucheros.

—¿Recordando cuando te besabas con tu novio a escondidas? —dijo con sonrisa pícara.

—¡Eh...! ¡Yo...! Nunca he besado a nadie —respondí, algo tímida.

—Pequeña girasol —dijo casi burlándose—. ¿Quisieras saber qué se siente besar a alguien?

Quedé completamente roja. No supe qué responder. La verdad, cuando era pequeña, me gustaba Ethan. Pero la diferencia de edad me hacía imposible imaginar que algo pudiera pasar entre nosotros.

—Deberías conseguir un novio con el que sí puedas verte —continuó—. Recuerdo a Jack. Sus padres no lo dejaban salir ni a la esquina. Me sorprende que tenga novia, más aún que seas tú.

—Ethan, tú sabías que me gustaba Jack y...

—Dejamos de hablar por un tiempo, ¿cómo diablos iba a saber que él se te confesó?

—Él no se me confesó... yo me le confesé —dije, avergonzada.