Releo el correo enviado por The Angels music una y otra vez en busca de un error parece no existir, hay lo dice; Estimado Viktor West.
Cuando por fin salgo de mi trance empiezo a zangolotear por toda mi habitación. ¡No puedo creer que me hayan aceptado! Es increíble.
Me encuentro a mitad del conticinio mientras escribo a mis amigos la noticia que he recibido, sin embargo no obtengo respuesta alguna.
Cansado de esperar alguna felicitación vuelvo a retomar mi sueño, y pongo mi móvil en silencio después de mucho tiempo.
Mi alarma suena como siempre puntual, a las 7:35 de la mañana, me levanto perezoso de la cama. No debí desvelarme anoche, pero ese mansaje valía la jodida pena.
Cuando enciendo mi celular un par de mensajes aparecen en la barra de notificaciones en compañía de comentarios de seguidores. Son de April, y Cesar.
@TheCesarG: ¡Felicidades, Viktor! Sabía que lo lograrías, tú eras el único estúpido que no lo creía @ViktorMusic.
@AprilQueenRay: ¡Por la madre! No puedo creer que te haya aceptado aquella disquera. Espero que la fama no se te suba a la cabeza, eh. Te amo @ViktorMusic.
Rio un poco al leer el mansaje de April. Que chica más testadura en el tema de la humildad.
@ViktorMusic: Gracias chicos, no saben cuándo me alegra que les haya alegrado mi noticia @TheCesarG @AprilQueenRay
@ViktorMusic: Tranquila, April, tu sabes, soy un hombre modesto. También te amo @AprilQueenRay.
Dejo la conversación allí al ver que ninguno de los dos se encuentra conectado. Me dirijo al baño y hago mis necesidades básicas. Me sorprendo al ver las increíbles ojeras que bañan el borde de mis ojos, me estoy de aquella arrepintiendo de la celebración nocturna.
—Mierda…—susurro para mí mismo mientras busco mi corrector, no puedo ir así a la universidad.
Antes de salir de casa respondo alguno de los comentarios que han dejado en mis canciones. Cada día me sorprenden más las vulgaridades que las personas pueden dejarme en la sección de comentarios.
Camino tranquilo por las calles de mí vecindad rumbo a Berklee College of Music mientras algunas personas me observan. Con el tiempo te acostumbras a la atención.
Llego a la uni con 15 minutos de antelación. Antes de iniciar la primera clase del día debo ir a la sala de grabación a dejar la letra de una canción que planea grabar antes de entrar a The Angels Music.
—Hola, Warren— saludo al encargado de la sala, Warren Booth, un cuarentón que en sus años de juventud se dedica a la música acústica.
—Ey, Viktor, pensé que no vendrías, creí haberte dicho que te esperaba a las 8:00, y ya son las…— ve su reloj de mano—…8:15. ¿Qué ha pasado muchacho?
—Tranquilo, quince minutos no matan a nadie. Y sí, ha pasado algo… ¡Me han aceptado en la disquera!
Me tiro encima de él para darle un abrazo. Ha sido un gran apoyo para mí en estos últimos meses, en especial aquellos en que todas esas disqueras me rechazaron.
Lo suelto lentamente.
—No sé si alegrarme o ponerme triste— suelta una risa nostálgica.
—Ni que fuera el único estudiante de música en la universidad, somos aprox 6,762, eh.
—Tú ya sabes, están más concentrados en subir fotos a Instagram y hacerse famosos, que en venir al estudio y grabar su primera canción. Y, de esos 6,762 tú eres mi único amigo.
—En ese caso vendré a visitarte cada vez que pueda.
—Eso esper…—no termina la frase debido a que el timbre resuena por todos los pasillos. Oh, mierda, voy a llegar tarde a la primera clase del día—. Mejor corre, Viktor. La maestra Sally es cosa seria.
—Aquí te dejo la letra. ¡Adiós!— salgo disparado rumbo a la clase A110, y por suerte, llego segundos antes de que cierren la puerta.
Al entrar al salón reduzco la velocidad, mientras voy a mi asiento escucho la voz de la profesora—Es la quinta vez en el mes que llega tarde, West, una vez más y se queda fuera de mi clase y sin examen final.
Me siento en medio de Cesar y April.
—Te has salvado y por poco, Viktor— me reprende April dando un golpe en la pierna, ella es una clase mamá disfrazada de adolescente.
—Lo importante es que llegue, y completo— agrego con voz socarrona, lo digo porque hace un par de semanas por poco me atropella un auto.
Hacemos silencio al el típico “chist” por parte de Cesar.
Y así es como inicia un aburrido lunes, señores.
Mis amigos y yo pasamos toda la mañana entre regaños y notas de un piano, las últimas semanas del semestre han sido agobiantes.
Escucho mi teléfono sonar y me apresuro a salir del aula, no sin antes pedirle permiso al profesor.
Al salir contesto la llamada de Lily Fox, ese es el contacto que me han dado de The Angels Music.
—Hola— hablo al teléfono—. Habla con Viktor West.
—Sí, lo sé. Un gusto, soy Lily Fox, la representante legal de The Angels Music. Te he llamado para saber qué días tienes disponibles para discutir los parámetros del contrato.