Promise #1

Capitulo 1

~Tessa~

El olor familiar a tierra mojada y pasto me golpeo apenas baje del viejo taxi. La gran casa de mi padre se extendía frente a mi como una postal detenida en el tiempo. Con su bello color marfil, grandes ventanas y un millón de recuerdos que guardaban cada uno de sus rincones. Todo seguía igual, salvo por el hecho de que algo hacía falta, y yo no era la misma. Ninguno lo era.

Apoye las maletas en el suelo y respire profundo. Volver aquí no había sido una decisión fácil. Durante tres años había construido una vida completamente diferente lejos de este lugar. Intentando dejar atrás el dolor que la perdida de mi padre había dejado en mí. Pero la llamada de mi tía Josie lo cambio todo. No hacía mucho, había comenzado a sentir un pequeño malestar en su espalda, lo cual con el tiempo escalo a un problema mucho mayor que le impedía atender el rancho. Fue así que, sin meditarlo mucho, tomé mis maletas y decidí volver a casa, en donde enfrentaría mi nueva responsabilidad.

Podía sentir las miradas de algunos de los trabajadores que rondaban por ahí. Algunos me reconocieron, pero en lugar de mostrar las sonrisas cálidas que recordaba, sus expresiones eran más cautelosas. Mientras que otros solo se dedicaron a mirarme con curiosidad para después volver a sus asuntos. Tal vez ya se había corrido la noticia de mi regreso, al fin y al cabo, en un lugar tan pequeño como este, nadie desaparece del todo.

Un motor ronco me saco de mis pensamientos. Gire la cabeza justa a tiempo para ver la vieja Ford de color naranja de papá detenerse a unos pocos metros de mí. Ahí estaba Josie, con su cabello rizado recogido bajo un sombrero y esa mirada, que a pesar de ser dura, irradiaba calidez. Se acercó a mí y sin decir una palabra, se limitó a abrazarme.

- Tessa –dijo Josie finalmente, rompiendo el silencio y separándose un poco de mi para ver mejor mi rostro. –No será fácil. –aclaro, refiriéndose a mi nueva responsabilidad.

- Lo sé –respondí, aunque no estaba segura de que fuera cierto. Lo único que sabía era que, por primera vez en mucho tiempo, estaba donde debía estar.

Josie me guio a casa en silencio. Insistí en cargar las maletas por mi cuenta, pero como siempre, la terquedad de mi tía fue más fuerte que yo, y termino ayudándome con una de ellas. Una vez dentro mis ojos se posaron en cada rincón, notando detalles que antes ni siquiera me importaban. Como la lámpara del pasillo, la pequeña mesa para café de la sala, incluso las paredes que ahora parecían haberse encogido. Todo me parecía más pequeño, lejano, como si hubiera estado ausente durante una eternidad.

Subimos las escaleras y note la puerta de mi habitación abierta. Al entrar, me quede un momento observando la cama, los muebles, el color lila de las paredes, todo tan familiar, pero a la vez tan ajeno. Me quité la chaqueta y me senté en el borde de la cama, mirando las fotos en la pared. Las mismas caras, los mismos momentos congelados en un tiempo que me parecía tan lejano. Era como si nunca me hubiera ido de ese lugar.

Josie entró después de mí y me ayudo a desempacar mientras me contaba lo que había sucedido durante mi ausencia. Al parecer nada había cambiado, todos continuaban con su vida lo más normal posible, tratando de seguir adelante.

Mientras charlábamos, no pude evitar recordar el pasado. Cuando el tema se volvía un poco triste o nostálgico, Josie guardaba silencio o cambiaba de tema. Sabía que aún estaba procesando el hecho haber regresado, y agradecía su intento de hacerme sentir cómoda. Pero había algo que quería preguntar, algo que me había estado rondando por la mente desde el momento en que supe que volvería.

- Oye, Josie… -dije finalmente, bajando un poco la voz. - ¿Cómo ha estado Hunter? -Me sentí un poco avergonzada de hacer esa pregunta. Después de todo, no había tenido contacto con él en todo este tiempo.

Josie se quedó en silencio por un segundo, como si la hubiera tomado por sorpresa mi interés por saber de Hunter.

- Él ha estado bien. Como siempre, en su propio mundo. No ha cambiado mucho, o al menos, eso es lo que aparenta. –dijo con una ligera sonrisa, como si las palabras ocultaran algo más. Sabía que había más de lo que estaba dispuesta a decirme.

La curiosidad me picaba, pero no quise presionarla. Era la primera vez que nos veíamos en tres años y no quería arruinar el momento con mis preguntas. Si algo había aprendido durante este tiempo, era que las personas cambian, pero no siempre en la forma en que lo esperamos.

Después de un rato, terminamos de empacar. El aire se había vuelto un poco más denso, tal vez por la lluvia que amenazaba con llegar.

- Bueno, ¿Qué tal si damos una vuelta para que conozcas de nuevo el lugar? –pregunto Josie, alzando una ceja mientras se acomodaba su chaqueta.

Asentí con una sonrisa. Era una invitación que no podía rechazar, a pesar de que conocía el rancho como la palma de mi mano, había algo en el que me daba paz. Aunque no sabía si lo encontraría ahora, necesitaba ver si podía reconectar con esa sensación.

Salimos de mi habitación en dirección a la entrada principal. El sonido de nuestros pasos en el suelo de madera creaba un eco familiar. Cuando llegamos afuera, el aire fresco nos recibió. Caminamos en silencio por el camino polvoriento, rodeadas de campo que se extendía hasta donde alcanzaba la vista.

Mi corazón dio un pequeño brinco al ver las viejas vallas en las que me sentaba a mirar todo a mi alrededor, el granero al fondo y las caballerizas en donde pasaba horas con los caballos.




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