Protegiendo al Alfa

Capítulo 26 - Las Sombras del Pasado

Clara

La luz del amanecer se cuela a través de las ventanas de mi habitación, proyectando sombras alargadas en las paredes. Me despierto sintiéndome atrapada entre dos mundos: el pasado que me persigue y el presente que se me impone como guardiana. Hoy es el día en que debo enfrentar lo que siempre he intentado ocultar, las decisiones que tomé sin pensar en las repercusiones que tendrían en los demás.

Mientras me visto, mis pensamientos vagan hacia mis recuerdos más lejanos, aquellos que me llevaron a este camino. Ser guardiana no es solo un título; es una carga. Recuerdo el día en que descubrí mis habilidades, el miedo que sentí y la incertidumbre de no saber si podría manejar la responsabilidad que conllevaban. Aquel primer encuentro con la manada fue un torbellino de emociones, una mezcla de miedo y esperanza.

Las decisiones que tomé desde entonces han impactado a todos a mi alrededor. Cuando elegí involucrarme con la manada, no solo tomé una decisión sobre mi propio futuro, sino también sobre el de cada uno de ellos. Y ahora, con la sombra de Ezequiel aún acechando, me pregunto si realmente estoy preparada para ser lo que ellos necesitan.

La atmósfera en la manada ha cambiado. Aunque hemos logrado sobrevivir a los ataques previos, la desconfianza persiste. Y lo que más me preocupa es mi relación con Luca. La tensión entre nosotros se siente más palpable con cada día que pasa.

En el entrenamiento de esta mañana, intento enfocarme, pero cada vez que lo miro, siento el peso de nuestra reciente discusión. Me pregunto si realmente entiende el peso que llevo en los hombros. A veces, pienso que Luca ve la fortaleza en mí, pero en realidad, soy una masa de dudas y miedos.

Durante una pausa, me acerco a él. Su rostro refleja la misma confusión que siento.

—Luca, tenemos que hablar —digo, intentando mantener la calma.

—Sé que las cosas han estado difíciles entre nosotros —responde, evitando mirarme a los ojos. Su voz es grave, como si llevara un gran peso.

—No es solo eso. Tengo que enfrentar mis decisiones y lo que han significado para la manada —admito, sintiéndome vulnerable.

—No tienes que hacerlo sola, Clara. Estamos juntos en esto. Pero debes dejar de actuar como si tuvieras que cargarlo todo.

Su declaración me hace sentir un alivio momentáneo, pero también una punzada de culpabilidad. Sé que debo permitirle ser mi compañero, pero la sombra de mi pasado me impide abrirme por completo.

A medida que avanza el día, recibimos noticias de un nuevo grupo de cazadores que se han acercado a nuestras tierras. La ansiedad regresa, y el peso de ser guardiana se siente más pesado que nunca. La manada se reúne para discutir estrategias, pero la desconfianza sigue presente, como un veneno que corroe nuestras interacciones.

—No podemos permitir que nos dividan —insisto, buscando el apoyo de la manada—. Cada uno de nosotros tiene un papel que jugar. Debemos unir fuerzas.

Las miradas son mixtas. Algunos asienten, mientras que otros parecen escépticos. Luca se pone de pie y se une a mí en el frente.

—Clara tiene razón. Hemos pasado por mucho juntos. Si nos separamos ahora, solo le damos a los cazadores la oportunidad que están buscando.

La sala se llena de murmullos, y aunque algunos miembros comienzan a mostrar señales de unidad, otros permanecen en su desconfianza. La tensión en el aire es palpable, y el peso de ser guardiana se siente abrumador.

Al caer la noche, me encuentro de pie en el claro, reflexionando sobre mi papel en la manada. He tomado decisiones que han moldeado no solo mi destino, sino también el de aquellos que amo. Las sombras del pasado me siguen, recordándome que el camino que he elegido no es fácil.

Mientras miro a la luna llena, me doy cuenta de que debo enfrentar mis demonios. Ser guardiana significa aceptar mi historia y aprender de ella, no ocultarla. Y para poder guiar a mi manada, necesito enfrentar no solo a los cazadores, sino también mis propios miedos.

Dejo escapar un suspiro, y en ese momento, siento una mano en mi hombro. Me giro para encontrar a Luca, su mirada serena y comprensiva.

—No estás sola, Clara. Nunca lo has estado —dice, y su voz me brinda el consuelo que necesito.

Con su apoyo, empiezo a ver que, aunque el pasado pueda atormentarme, el futuro aún está lleno de posibilidades. Estoy lista para enfrentar lo que venga, con Luca a mi lado y la manada detrás de mí.




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