Protegiendo al Alfa

Epilogo - Un Nuevo Amanecer

Meses han pasado desde la última batalla. La tranquilidad que ahora envuelve a la manada es tan palpable que parece un sueño. Por primera vez en mucho tiempo, caminamos sin temor, sabiendo que las sombras de nuestro pasado han quedado atrás. Pero, más allá de eso, siento en mi interior un equilibrio que nunca había experimentado antes.

Mientras camino por el bosque, rodeada del murmullo de las hojas y el canto de los pájaros, me detengo un momento a apreciar el paisaje. Todo parece más brillante, más vívido, como si la naturaleza misma celebrara nuestra paz. El sol asoma entre los árboles, lanzando haces de luz sobre el suelo cubierto de musgo.

La vida aquí continúa, y aunque hay días en los que recordamos a los que ya no están, aprendimos a honrar su memoria viviendo plenamente, con la certeza de que su sacrificio no fue en vano. La manada ha crecido en unidad, en fortaleza y en amor.

Un rol renovado

Mi papel como guardiana ha cambiado. Ya no solo soy la protectora de la manada; soy también su guía, su amiga, su familia. Cada día, aprendo algo nuevo sobre lo que significa ser parte de algo tan grande. La manada no es una simple comunidad; es un lazo profundo que nos conecta a través del tiempo y el espacio.

Luca se ha convertido en mi compañero, en todos los sentidos de la palabra. Juntos lideramos, tomando decisiones y construyendo el futuro que soñamos para nuestra gente. Su apoyo ha sido una roca en mi vida, y sé que él siente lo mismo por mí.

La promesa de un futuro brillante

Mientras me adentro en la aldea, veo a los niños jugando, corriendo entre risas. Los más jóvenes aprenden nuestras tradiciones, las historias que llevamos en el corazón. Hay una nueva generación creciendo, y en sus ojos veo la promesa de días aún mejores.

A mi lado, Luca observa la escena con una sonrisa. Su mano se desliza en la mía, y el silencio entre nosotros es cómodo, lleno de entendimiento. No necesitamos palabras para saber que estamos pensando en lo mismo: el legado que dejaremos, y el futuro que estamos construyendo para aquellos que vendrán después de nosotros.

Una última mirada al pasado

Al caer la tarde, nos reunimos todos bajo el cielo abierto. Las estrellas comienzan a brillar, y el aire se llena de murmullos y risas. Compartimos historias, celebramos los lazos que nos unen y honramos la memoria de aquellos que nos guiaron hasta aquí.

Mis pensamientos vuelven a aquel primer día, cuando apenas comprendía mi destino y lo que significaba ser guardiana. Parece tan lejano, pero sé que cada paso en ese camino fue necesario para llegar aquí.

Con la luna llena iluminando el cielo, levanto la vista y cierro los ojos, dejando que el momento se impregne en mi alma. Este es el final de un capítulo, pero también el comienzo de algo más grande, algo que aún no alcanzo a comprender por completo, pero que estoy ansiosa por descubrir.

La vida sigue, y yo estoy lista para vivirla. Como guardiana, como miembro de esta manada y, sobre todo, como Clara, en plenitud con quien soy y con quienes me rodean.

Y mientras el fuego crepita bajo las estrellas, siento la promesa de un nuevo amanecer, uno lleno de posibilidades, de paz y de amor. Porque, al final, eso es lo que somos: una familia, una historia, un legado eterno.




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