6 - El Peso del Legado

La repentina aparición de Raymond Thorne en medio de la retirada de Kaito y Anya desató una oleada de complejidad. Kaito, aunque desconfiado, no podía ignorar el hecho de que Raymond era el hijo de la científica desaparecida y, lo que era más importante, llevaba consigo una pieza de información crucial para su supervivencia.

—Bien, Raymond— dijo Kaito, intentando mantener la calma a pesar de la tensión. —Necesito que me digas todo lo que sepas. Cada detalle sobre tu madre, sobre este lugar, sobre ese dispositivo—.

Raymond, aún pálido por el miedo y el esfuerzo, asintió. —Mamá siempre fue reservada sobre su trabajo, pero me decía que estaba creando algo para hacer la vida mejor para todos, algo que nadie podría controlar. Hablaba de 'Aurora' como una promesa de luz, no de oscuridad—.

Mientras Raymond relataba los fragmentos de conversaciones, Anya trabajaba febrilmente con su propio dispositivo de datos, cruzando la información que había descargado con la que Raymond acababa de proporcionar a través de su dispositivo.

—Tu madre tenía razón— dijo Anya, su voz teñida de asombro. —El 'Proyecto Aurora' no es solo una fuente de energía. Es un sistema de modulación de ondas que puede afectar la percepción humana a un nivel fundamental. Puede crear realidades virtuales tan convincentes que se vuelven indistinguibles de la vida real, o puede generar una 'desconexión' mental masiva. OmniMind quiere usarlo como un arma de control social—.

—Controlar la mente...—, murmuró Raymond, la idea aterrándolo. —Mamá jamás querría eso. Ella quería que Aurora liberara a la gente de la opresión, no que la aumentara—.

Kaito frunció el ceño. El plan de OmniMind era aún más siniestro de lo que había imaginado. —Entonces, si OmniMind tiene la tecnología y la Dra. Thorne desapareció, ¿dónde está la clave para detenerlos?—.

—La clave está en la propia naturaleza de Aurora— explicó Anya. —La Dra. Thorne diseñó el sistema con una 'llave maestra' integrada, un código de acceso único que solo puede ser activado por un miembro directo de su familia y que puede sobreescribir los protocolos de control de OmniMind. Ese código está incrustado en su dispositivo, y si podemos combinarlo con la información que descargué, podríamos tener una forma de neutralizar Aurora—

—Pero para eso necesitamos que la Dra. Thorne esté segura— intervino Raymond, con una nueva chispa de determinación en sus ojos. —No podemos dejar que OmniMind la manipule o la obligue a cooperar—.

Mientras Kaito, Anya y Raymond se adentraban en las profundidades de los túneles para buscar una ruta de escape más segura, Evandra Rostova se encontraba en una encrucijada dentro de OmniMind. Había cumplido la orden del Director Thorne: las fuerzas de seguridad habían emboscado a los Sombríos en el complejo de Aurora. Sin embargo, su análisis de las transmisiones internas y la falta de un informe de recuperación exitosa de la Dra. Thorne la hacían sospechar.

Evandra había logrado rastrear la huella digital de Anya y, a través de ella, había detectado la presencia de Kaito y, sorprendentemente, de Raymond Thorne. Más aún, había interceptado fragmentos de comunicación de Anya que insinuaban el descubrimiento de la naturaleza de Aurora y la existencia de una "llave maestra".

Frustrada por la aparente incompetencia de Silas al no asegurar a Raymond de inmediato, y desconfiando de las verdaderas intenciones del Director Thorne, Evandra tomó una decisión audaz. Contactó a un informante dentro de los Sombríos, uno que le había sido útil en el pasado para seguirles la pista.

—Oye, Sombra— susurró Evandra a través de un canal encriptado, utilizando el alias de su contacto.

—Necesito información. Los Sombríos que estaban en el Sector Gamma. ¿Qué pasó exactamente? Mis fuentes dicen que fueron emboscados, pero no hay rastro de cuerpos ni de prisioneros—.

La voz de "Sombra", áspera y cansada, respondió desde el otro lado: —Rostova. Nunca pensé que llamarías. La emboscada fue real, pero no todos cayeron. Un par de ellos, incluyendo a la hacker Anya, lograron escapar. Y no estaban solos. Había un detective de la policía con ellos. Y... un joven. Un Thorne—.

Evandra sintió un escalofrío recorrerle la espalda. La huida de Anya, Kaito y ahora Raymond, con la información vital sobre Aurora, significaba que sus planes estaban en peligro. Si la clave maestra caía en manos de la resistencia, OmniMind perdería el control.

—¿Tienes alguna idea de a dónde fueron?— , preguntó Evandra, su voz firme.

—Parece que se dirigieron hacia los niveles inferiores, la Vieja Ciudad Subterránea— respondió Sombra. —Un lugar peligroso. Llena de peligros y con poca cobertura de red. Pero si Anya está allí, podría estar intentando establecer un punto de comunicación seguro—.

Evandra tomó una decisión. El Director Thorne confiaba en que ella erradicaría la amenaza, pero ella veía una oportunidad para asegurar su propia posición. Si podía recuperar a Raymond Thorne y la información antes que nadie, podría presentársela al Director como su propio triunfo, o usarla como moneda de cambio.

—Gracias, Sombra— dijo Evandra. —Te mantendré informado—.

Mientras Evandra trazaba un plan para interceptar a Raymond y su grupo, Kaito, Anya y Raymond buscaban refugio en las ruinas de la Vieja Ciudad Subterránea, un laberinto abandonado y peligroso que incluso OmniMind evitaba.

—Necesitamos un lugar seguro para analizar esta información y encontrar la 'llave maestra',— dijo Anya, mientras se adentraban en el laberinto de edificios derruidos. —Pero con OmniMind pisándonos los talones, y ahora con la policía... no sé cuánto tiempo tendremos—.

—No te preocupes— dijo Raymond, sorprendentemente calmado a pesar de la situación. —Mi madre siempre decía que la verdadera luz se encuentra en la oscuridad más profunda. Y si Aurora es la promesa de mi madre, encontraré la manera de cumplirla—.

El peso del legado de la Dra. Thorne recaía ahora sobre los hombros de su hijo, y el destino de Neo-Veridia pendía de un hilo mientras la ambición corporativa y la resistencia luchaban en las sombras de la ciudad...