Autora: Rossana Morales (55 años)
Es la historia de dos (2) gatitos, que fueron rescatados. Uno de ellos hace diez (10) años y el otro ocho (8) años, ambos han sido cuidados con mucho amor.
Uno es una hembra y el otro es un macho. Son muy diferentes el uno del otro, tanto en su aspecto físico, como en el comportamiento, sin embargo, tienen algo en común, poco común.
Ella es una dama, tranquila, calmada, protectora, expresa cariño pero no le gusta que la acaricien o toquen mucho, no le agrada que la carguen, pero si le gusta estar donde hay personas. Es buena compañía. No le molesta el ruido, pueden estar conversando, ríendo, jugando y ella está tranquila. Es una gata blanca con manchas de diferentes tonos marrón, crema y ojos azules.
A él le gusta mucho que lo acaricien, lo consientan, se deja cargar, pero es reservado con las personas y en oportunidades tiende a no salir o esconderse. Le molesta los ruidos fuertes. Él es muy ágil, juguetón, ruidoso, se expresa con sus maullidos.
Llegaron a su nuevo hogar con casi siete (7) meses cada uno, con una diferencia de dos (2) años entre su llegada. La familia nunca había tenido gatos.
David, el rescatista maravilloso, encontró a la gatita montada en un aire acondicionado de ventana, en un piso bajo. Estaba asustada y no sabía cómo bajar de allí. A él siempre le habían gustado los animales. Desde pequeño tuvo algunos: peces, tortuga, pollito, hámster, pajaritos, un perrito que era de su tía y hasta un monito, pero nunca un gato.
Así que como fue una llegada inesperada, tocó aprender como cuidar de ella y en eso ayudó una vecina que tenía gatitos. Les dio alimento, enseñó donde debían hacer sus necesidades, entre muchas otras cosas.
Sería un hogar temporal, pero su ternura y situación de calle, encantó a la familia. La llevaron al veterinario, revisaron, vacunaron, esterilizaron y obtuvo un nombre: "ROXY".
Pasaron dos (2) años y llegó el tremendo e inquieto de la casa, sería el complemento de ese hogar. Literalmente el llegó, porque un día que David subía las escaleras de su edificio, el estaba en la parte de abajo y al sentirlo, se le pegó atrás y fue subiendo las escaleras poco a poco, hasta que el rescatista maravilloso lo cargó y llevó a la casa para alimentarlo y darle agua. También sería un hogar temporal.
La familia ya no era novata, sabía cómo cuidar de gatitos, sin embargo, no este gato. Era temeroso, asustadizo, muy cariñoso cuando entraba en confianza, una bolita de pelos amarillos atigrado, con ojos amarillos.
En su nueva casa ya había un integrante minino, así que había que enseñarles a convivir y compartir. En cuanto a su nombre, tenían algunos para escoger, pero no se ponían de acuerdo, así que por un tiempo le decían "GATO" y resultó que el respondía a ese nombre y así se quedó.
Fueron pasando los días y tenían momentos en qué ambos peleaban, se tranquilizaban y buscaban atención. La mayoría del tiempo, comían y dormían.
Estaban en su hogar, era como si siempre hubiesen vivido allí y aveces tenían comportamientos que llamaban la atención y era gracioso. Los dos gatitos, actuaban como perritos.
Al oler comida, fuera la de ellos o la de las personas, no ladraban, pero maullaban y se ponían en dos (2) patas, estirados y daban la sensación de estar parados, caminando o bailando.
Al salir algún integrante de la familia, ellos percibían cuando estaban por llegar y ¡SORPRESA! los encontraban en la puerta esperando, recibiéndolos, no mueven la cola, pero se les nota la alegría, maullan y frotan su cuerpo entre las piernas de su familia humana.
Si tienen hambre en la mañana, despiertan a la familia, buscan amor, cariño, atención y hasta les encanta chupar huesitos de pollo. GATO los agarra con su boca y los lleva a su plato, ROXY es más de comer alimentos suaves.
Si alguien corre por la casa, lo persiguen, si algún integrante de la familia se siente mal o se acuesta para descansar, lo acompañan, cuando les hablan, maullan como respondiendo, son excelentes compañeros.
Compartir sus vidas, hizo diferente las de su nueva familia y aunque nunca habían tenido gatos, ni perros, ahora tienen ambas mascotas en una sola: Fieles, amorosos, confiables y agradecidos. Rescatarlos y cuidar de ellos, fue la mejor decisión, ellos son unos mininos fantásticos.
FIN