CAPITULO 1: Ian Alexander

El pueblo era pequeño, no más de cincuenta casas, todas rodeando una en particular, la del líder obviamente. Pese al frio, lo que me gustaba, había mucho verde rodeándonos. La parte más alejada terminaba en un acantilado del que no se veía el final, al norte un rio que desembocaba en una cascada y un pequeño lago oculto, pero todo quedaba escondido por el denso bosque, todos los que estaban allí parecían esperarme, no todos eran del Clan Medianoche, ninguno me considero una amenaza, algunos incluso parecían felices de verme.

_ Aunque no comparto la confianza del Líder – Comenzó su pareja- Estamos en su territorio, no interferiremos, ni mi clan, ni yo. Sabemos que son plenamente capaces de contenerte si algo pasa. Dicho esto -Hiso un gesto hacia el gentío y un grupo pequeño se puso a su lado- Mi nombre es Sehin, Líder del Clan Sombra de tormenta, te damos la bienvenida.

También había oído hablar de él y su clan, todos muy fuertes, pero ninguno superaba a su líder, el Mooth más temido y respetado incluso por los superiores, ese era el que claramente acababa de amenazarme, no lo culpo, yo habría hecho lo mismo. El clan sombra me observaba con recelo, pero ninguno se movió cuando el Líder Ian Alexander, su segundo, Devon y yo pasamos junto a ellos de camino a la casa central. Por dentro lucia mucho más grande, aunque podría ser por su estilo minimalista, el líder se sentó sobre un almohadón en el suelo indicándome que hiciera lo mismo, al ser los únicos en la habitación lucia más intimidante.

_ Tendremos nuestra ceremonia de solicitud ahora y cuando estes listo, la de aceptación.

Al solicitar entrar en un clan se realizan dos ceremonias “La solicitud” que es dende el que quiere entrar se presenta, y “La aceptación” donde básicamente te aceptan o no, aunque no es tan simple como suena.

Con un gesto de la mano me indica que comience ¿Pero por dónde? ¿Qué considera mentira y que no? Hay muchas formas en las que puedo ofenderlo con simplemente presentarme.

_ Comienza con tu muerte y quien eras en tu otra vida -Instruye al ver que estoy dudando demasiado-

_ Yo… -Inhalo llenando mis pulmones del oxígeno que necesitare para hablar de algo que no quiero- Mori al poco tiempo de cumplir veinte, mi mejor y único amigo me asesino.

_ ¿Por qué lo hiso?

_ Nací y crecí en un pueblo olvidado, fui huérfano por lo que un grupo paramilitar me acogió, durante mi adolescencia formaron un escuadrón del que fui líder por cinco años antes de desertar.

_ ¿Y este amigo era miembro?

_ No, al principio. Él llego al pueblo casi muerto de hambre dos años después de formar el escuadrón, les dio información importante así que le permitieron quedarse, demostró ser útil asique lo incluyeron bajo mi mando. Solía hablar mucho de cómo era el mundo, yo escuchaba, no quería, pero lo hacía. Un día debíamos atacar una aldea y robar sus provisiones, él no estaba de acuerdo, pero obedecería, me dijo que no importaba si ellos habían robado antes, nosotros éramos mejores que eso. Durante el ataque me di cuenta que tenía razón, no teníamos necesidad de hacer aquello y estábamos dándoles un duro golpe, supuse que la intención era darles una lección y no quedarnos con todo lo que tenían, detuve el ataque y regresamos. Nuestros lideres no estuvieron de acuerdo y me castigaron, esa fue la primera de muchas veces, seguía escuchando esa frase en mi cabeza “Nosotros somos mejores que esto” y comencé a cuestionarme mucho de lo que hacíamos.

_ Te hiso pensar y no solo ser una máquina de matar sin cerebro.

_ Fue mucho más -No recordaba todo con claridad, pero si lo suficiente- Fui capaz de ver lo que todo aquello nos estaba costando, a nosotros y a los que decíamos proteger, Trevor comenzó a hablar sobre desertar, pero yo no podía hacerlo, no podía abandonarlos. El escuadrón en cierta forma se dividió, los leales a los paramilitares y los otros, aun cuando pensaba como los otros permanecí con los leales, seguía creyendo que si me quedaba podría hacer algo, pero solo conseguía castigos para todo el escuadrón, finalmente tuve suficiente cuando quisieron torturar públicamente a una niña por robar comida, leales o no, me siguieron cuando sacamos a todos de allí para refugiarnos en un pueblo aliado, cuando pudimos reorganizarnos note que faltaban varios de mis soldados, volvimos para verlos expuestos en medio del lugar que una vez llame hogar, estaban malheridos pero vivos y muy bien vigilados.

_ Los usaron en tu contra.

_ Si, intentamos rescatarlos, pero ellos conocían mis tácticas y a mí. Nos atraparon y los usaron como moneda de cambio, cada vez que intentaba algo ellos pagaban, me vi forzado a elegir entre mi pueblo o mi escuadrón, así fue como Trevor y yo terminamos en lados opuestos, enfrentándonos en una pelea donde, pese a querer lo mismo nos volvimos rivales.

_ Te separaron de tu gente.

_ El hombre que me crio me convenció de que fue Trevor quien me entrego, que les dijo que hacer para controlarme, pero lo peor fue que durante la pelea lo confirmo, estaba furioso, pero sobre todo herido, la única persona que había considerado mi amigo me traiciono, me descuide dándole la oportunidad de acecinarme. Cuando se me dio la oportunidad de regresar, la acepte, no para terminar aquello, el hombre que fui murió, tampoco para hacerlo mejor, acepte como una forma de honrar a todos los que me siguieron y murieron, para que sus sacrificios no fueran en vano y al menos uno de nosotros fuera libre, aunque también espero poder encontrarme con ellos algún día. Ese es también el motivo por el cual ya no me identifico con el nombre que ellos me dieron.

_ ¿Cuál era ese nombre?

_ Jess.

_ Me resulta extraño que habiendo sido un líder no desees volver a serlo, Devon y tu están en condiciones de dirigir su propio clan ¿Por qué no hacerlo? ¿Por qué formar parte de uno ya establecido?

_ Como dije, no quiero tener que ver con el liderazgo, no quiero ser responsable de otras vidas.