Punto de quiebre: Shiriko Kansaki

“Montañas rusas y corazones acelerados”

Domingo. Parque de Diversiones “Kōrai Land”.

—¿Por qué vinimos aquí otra vez? —gruñó Ren, con cara de fastidio mientras veía la montaña rusa gigante.

—Porque alguien perdió en piedra, papel o tijera —se burló Ayaka, agarrándolo del brazo con una sonrisa maliciosa.

Eren, Daiki, Ren, Himari, Ayaka y Hikari habían decidido ir juntos al parque para celebrar su clasificación a las nacionales. Entre risas, retos y dulces, la tensión romántica flotaba como algodón de azúcar en el aire.

—¿Te montas en la rueda de la muerte conmigo, Himari? —preguntó Eren con una sonrisa pícara.

—¿Y si me da miedo? —contestó ella, cruzando los brazos pero escondiendo una sonrisa.

—Pues te abrazo... si me dejas —dijo Eren, rojo hasta las orejas.

**

Mientras el grupo se dividía para explorar el parque, Ren y Ayaka se quedaron en la casa del terror.

—¿Y si te beso justo cuando aparezca el fantasma? —le susurró ella.

—Solo si no me asustas tú más que el fantasma —bromeó Ren.

Hikari y Daiki, por su parte, terminaron atrapados en un juego de puntería.

—Si ganas me das un abrazo —le retó Hikari.

—Y si pierdo, tú me das uno a mí —contestó Daiki.

Ambos terminaron abrazándose de todas formas.

**

Pero el momento importante llegó al final de la tarde, cuando todos decidieron subirse al juego más temido: “El Desafío del Valor”, una montaña rusa con una leyenda urbana: si te besas en la cima, tu amor durará para siempre.

—¿Himari… quieres montarte conmigo? —preguntó Eren, esta vez sin bromear.

—Sí… —dijo ella, mordiéndose el labio, nerviosa pero feliz.

**

Los carros subieron lentamente. Uno a uno, los clics metálicos hacían eco entre sus latidos.

—¿Qué ves ahora, Eren? —preguntó Himari, muy bajito.

—Nada… pero siento que estoy justo donde debo estar —respondió.

Llegaron a la cima. El viento les golpeó el rostro. La ciudad entera parecía un dibujo desde allí.

—Eren… —susurró ella.

Él volteó. Sus ojos se encontraron. Ya no hacía falta decir nada.

Y entonces se besaron. Lento, sincero, perfecto. El mundo se detuvo por unos segundos… justo antes de que el carro descendiera a toda velocidad.

—¡¡¡AAAAAAHHHH!!! —gritaron los dos, aún con las manos entrelazadas.

**

Al bajar, Ren los esperaba con una cámara.

—¡Lo grabé! ¡Confirmado! ¡Eren y Himari son pareja oficial!

—¿¡Qué!? ¡Borralo! —gritó Eren, persiguiéndolo entre risas.

—Ya es tarde. ¡Ya lo vio hasta Daiki!

—¿Y sabes qué? —dijo Himari, caminando hasta Eren y tomando su mano—. Me alegra que todo el mundo lo sepa.

Eren se puso rojo otra vez… pero esta vez no apartó la mirada.

—Sí… yo también.

Y así, entre luces, gritos de fondo y corazones acelerados, el beso que tanto habían esperado selló el inicio de su historia de amor.




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