Punto Débil

Capitulo 22

Capitulo 22

 

 

5 años antes...

Las acciones siempre demostraban que las palabras no tenían ninguna clase de verdad. Aáron lo sabía. 
Un hombre que en lo que llevaba de vida había conseguido más actuando que conversando. Podía fácilmente diferenciar la realidad de las mentiras, al igual que sabía jugar a la perfección con ellas.

Las personas mienten, el amor no existe. Sólo existe el beneficio y el rencor. Y Aáron debía encargarse de colocar a su hijo en el sitio correcto que lo ayudaría en la vida: el rencor. Y para él: su beneficio.


—El niño ya colaboró. —dijo Carmelo con una sonrisa en el rostro. Había sido mucho más rápido de lo que imaginó, pero no se quejaba. Su hombre de confianza siempre había sido una persona muy eficiente. —Y ya comenzó a empacar para devolverse a México, al parecer no le gustó mucho nuestro país. —dijo con sarcasmo riendo exageradamente.

La mujer en la habitación contenía las ganas de vomitar, lo podía notar. Sin embargo no lograba engañarlo, le gustaba su ocupación, solo que admitirlo le causaría un problema muy grande. La mayoría de sus trabajos eran ilegales, pero la rubia si que sabía sacarle provecho a lo que hacía. 
Andrea colocó el sobre sobre la mesa a la par que Aáron le colocaba un fajo de billetes frente a ella.

—Quedaron perfectas. —fue lo único que salió de su boca a la vez que guardaba el dinero con rapidez.

Y sí, era muy buena en lo que hacía. Sólo fue capaz de sonreír ante la obra de arte que veían sus ojos. 
El angelical rostro de Maya se posicionaba perfectamente en el cuerpo de quien sabe que chica había utilizado Andrea para las fotos, y el rubio junto a ella, o sobre ella mejor dicho. No tenía palabras, estaba demasiado sorprendido con lo que veía.

—Perfectas. —dijo mirándolas con admiración luego de unos minutos. Las veía, las volvía a ver y luego lo hacía una tercera vez, de verdad que estaba fascinado. —¿Y la chica?

Dijo de pronto interesada por la modelo de tal sección.

—Ya recibió su pagó. —dijo Carmelo antes que Andrea empezará a hablar. —Y también ya está lejos del pueblo como debe ser.

Aáron asintió convencido sin dejar de mirar las fotos.

—Andrea, eres todo una profesional. —la recién nombrada sonrió levemente con incomodidad. —Si no estuviera enterado apostaría que mi yernita está muy entretenida con su amiguito, está perfecto.

Así parecían. Y el detalle final lo completaba el hecho de que las fotos estaban un tanto borrosas, como si la persona que las hubiera tomado le preocupara ser descubierta
Simplemente perfectas.

—Muchas gracias. —dijo la rubia un tanto sonrojada.

Todo estaba hecho, estaba listo. Por fin tendría a su hijo para él, para lo que siempre había imaginado.

—Carmelo, ve a buscar a mi hijo. —dijo mientras miraba fijamente los hermosos ojos de la mujer frente a él. —Necesito hablar con él.

Una inmensa sonrisa adornaba su rostro.


Cuando conoces tanto a una persona, es fácil darte cuenta de algunas cosas. Dimitri lo notaba. 
Maya parecía asustada, muy nerviosa y no paraba de mover las manos con rapidez. Algo le pasaba, algo que no le había dicho y que por más que insistiera no pretendía decirle al parecer.

—Estás rara, Maya. —dijo su novio tomándole el rostro delicadamente entre sus manos. —Dime, ¿qué pasa?

Los ojos de su novia lo observaron con duda, había algo mucho más grande y la conocía tanto que le era fácil darse cuenta.

—Estoy nerviosa, pero segura Dimitri. —ella colocó sus manos sobre las de él y dejó en ellas un leve apretón en un inteto de darle credibilidad a lo que decía. —Quiero irme a vivir contigo.

El muchacho asintió dándole a entender que la escuchaba, pero era obvio que no le creía.

—Sé que hay algo más. —junto su frente con cariño. —Pero no sabes la tranquilidad que me da escucharte decir eso. Sé también que tus padres estarán enojados y...

—Dimitri. —lo interrumpió con firmeza. —Mis padres no pueden saber dónde estamos. —esta vez si voz era firme, casi como una orden. —Debes hablar con tu padre, por favor. —le rogó cambiando el tono de voz.

Era cierto, el único que conocía la dirección de su departamento era su padrw; Aáron. Sin embargo no creía que Gustavo se fuera a poner a tal punto de buscarla para obligarla a separarse de él, le parecía una locura. 
Pero ahora podía entender un poco su nerviosismo.

—Quedamos en que hablaríamos con tus padres el día que te vinieras conmigo.  

Maya asintió con rapidez antes de soltar el aire que al parecer estaba conteniendo.

—No van a entender, debes confiar en mí, por favor.  —su voz sonaba rota, tan rota que las palabras antes dichas podía sentirlas directo en el corazón. —Debe ser lo más pronto posible. Mañana mismo. —le dijo abriendo los ojos de manera exagerada.

Dimitri la observaba sin creer lo que escuchaba, aunque sabía que estaba mal, le gustaba que tuviera interés en irse con él, porque eso precisamente era lo que él sentía desde que la conoció. El no querer estar separado de ella.

—Pero...

—¡Dimitri! —dijo la castaña juntando sus rostros hasta quedar a tan solo un centímetro de distancia. —Debe de ser mañana, juramelo.

Y él sin tomarse un segundo a pensar lo que estaban haciendo, respondió:

—Te lo juro.

—Hermoso. —una voz rasposa acompañado de un aplauso seco llamó a la atención de los jóvenes que voltearon al mismo tiempo al darse cuenta de quien habia hablado.

—¿Qué quieres? —dijo Dimitri de mala manera.

Los ojos de la joven de pronto se llenaron de temor, ese hombre siempre la ponía muy intranquila y Dimitri lo sabía. Por lo que rápidamente y antes de que ocurriera algo que lo hiciera liarse a golpes con el hombre; la colocó detrás de él con precaucion.

—Uy. —soltó con burla mientras sacaba un cigarrillo y lo encendía sin dejar de mirar en ningún momento a la pareja. —Solo vine de mensajero, galán. No te alteres. —soltó el humo luego de terminar la frase.




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