Púrpura

Un Portafolio | I

Intentaba pasar entre la muchedumbre de los pasillos llenos de estudiantes para lograr llegar a mi salón; una vez ahí fui hasta mi puesto el cual esta hasta atrás, pegado a las paredes que dan a los pasillos.

—Temprano como siempre —saludó, Alice.

—No puedo llegar tarde —respondí riendo.
Si quiero llegar a buena hora debo salir temprano.

El primer bloque de clases terminó, estaba de regreso a mi salón, luego de haber terminado mi almuerzo.
Escuche risas y pisotones mientras subía la escalera y antes de llegar hasta arriba, casi tropiezo con un chico, llevaba un grupo de portafolios que logre atrapar antes de que se cayeran debido al intento de no golpearme.

—Disculpa, no veía nada por culpa de unos amigos que me molestaban. —termino, dándome una sonrisa amable y algo apenada.

—No te preocupes.

—De verdad lo siento, eh...-hizo una pausa para luego verme inclinando su cabeza —¿Tú nombre es?

«¿Debería dárselo?»

—Leslie

—Un gusto, soy Gibram estoy en segundo año ¿Y tú?

—También.
Noté un rastro de sorpresa y alegría en su rostro, iba a responder, pero el sonido del timbre sonó y lo hizo despedirse rápido.

—Nos vemos.
Fue lo último que dijo antes de perderlo de vista.

Gibram Mcshen suele ser a quien los profesores dejan vigilando cuando ellos debe hacer una diligencia. Ya lo había visto antes.

Antes de seguir mi camino, noté que uno de los portafolios que llevaba estaban en el suelo, lo tome y leí el nombre del propietario. "William Grwmen"

«¿Y este quién es?»

Veo que esta en el mismo aula que Gibram, bueno...se lo llevare después. Llegué al salón y me topo con noticia que el profesor le salió un imprevisto y no podrá dar su clase, por ello de la alegría de mis compañeros.

«Debería aprovechar...»

Ya camino a su salón pensé «Debe estar en clase», ya estando muy cerca como para regresarme como si nada, mejor deshacernos de esto. Para mi sorpresa todos los estudiantes estaban afuera de su salón o conversando dentro de ellos, escuche entre las voces que los profesores fueron llamados a una reunión.

Una vez en frente al salón, me asomé por la puerta, hasta que sentí un empujón brusco en el hombro, me giré y era al parecer un chico del salón muy alto, con rostro para nada amigable el cual ahora me miraba con desprecio.

—Podrías fijarte —dijo con desprecio.

—Tú también podías —respondí luego de un suspiro.
Me miro como si no esperara que le respondiera. Al parecer iba a responder y yo al fin encontré a la persona que buscaba.

—Gibram —llamé con poco tono, debido a la pena que me daba estar en otro salón con desconocidos.
Él miro en mi dirección y al ver quién era se levantó de su asiento y camino hacia mi.

Ya para esto, pensé que el otro muchacho de mala cara se iría, pero en cambio, se recostó al marco de la gran puerta, como si le interesara esta situación.

—¿Leslie, que sucede? —preguntó Gibram viéndome confundido.
Y no lo culpo. Alcé el portafolio y sonreí un poco.

—Se te cayó uno de estos en la escalera —respondí.
Él miro al portafolios algo asustado y se lo extendí.

—Ni si quiera me fije que hacia falta uno, te lo agradezco —termino de decir y miró dentro del portafolio.

—Le debes una William, es el tuyo —dijo mirando al chico a mi lado —Lamento que pasara eso.

—Tú deberías tener más cuidado. —respondió el chico llamado William, pero ahora con un tono más ¿amable?

Así que el bendito portafolio es de aquel joven, vaya suerte o más bien mala suerte.

—Yo me retiro, solo venia a entregarte eso —me despedí.

Gibram asintió sonriendo y devolví el gesto; era imposible no ver de reojo que el llamado William no dejaba de mirarnos, así que con más rapidez quise salir ahí.

La hora de salida, tan esperada, mi compañera que siempre esta conmigo salió rápido diciendo que debía ayudar a su madre en casa, por eso se iba esta vez más temprano.

«Que pereza, me toca irme sola esta vez»

Me quedé un poco después de que todos salieran, aunque habían algunos estudiantes que caminaban entre los pasillos; antes de salir del salón mire el escritorio donde están los profesores.

«No puede ser, ¿Qué clase de día es hoy?»

En cima de este había un celular, imagino que del último profesor que estaba aquí.

«Podría simplemente dejarlo ahí, igual se dará cuenta que no lo tiene»
«O hago la de buena ciudadana»

Estaba en el salón mirando hacia el celular, me encontraba entre aquel escritorio y la puerta, debatiendo aun si debía hacer algo al respecto, escucho que esta se abre y me giro en esa dirección.

—Oh, aquí está —llego aquel profesor para tomar su celular —Ibas a llevármelo, gracias.

—Pero yo no se lo entregue —respondí —no debe agradecerme.

Lo escuche reírse, camino hasta la puerta y se giro hacia mi.

—¿No quisieras ser la coordinadora del festival de aniversario del colegio?

«¿Ah?»

—¿Coordinadora? —pregunte con algo de sorpresa. —No, no, no, soy pésima en lo que sea que tenga coordinación.

«¿Por qué me meto en estas situaciones?»

—No hay de que preocuparse, solo necesito a alguien que se haga responsable de este salón y lleve un orden.

«¡No quiero!»
«¡Ahora hay que comunicarlo tal cual!»

—Está...bién —dije con desgano.

«Misión no completada»

—Perfecto, ¿tienes tiempo? Necesito que me acompañes al salón de profesores —me dijo mientras daba pasos en aquella dirección —debo entregarte las instrucciones.

Ya estoy empezando a arrepentirme de haber aceptado, lo seguí hasta el salón, cuando entré con él profesor, él saludó a los demás profesores, para mi sorpresa cada profesor estaba hablando con un estudiante.

—Así que...¿Cada salón hará algo? —pregunté.

—Es para que el costo no sea tan alto, varios grupos ya han dado una idea que quieren hacer para su salón —me respondió.




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