Qhoa: Brújula Estelar

Secretos

Todo pasó muy rápido. Skoll sentía que no pasó ni media hora desde que se despidió de Nadia. Sus amigos, después de esa noticia, lo pusieron al tanto de todo lo sucedido. Ellos al parecer regresaron antes del pueblo, así que no estuvieron durante el ataque.

Driss fue quien relató todo. No saben en qué momento pasó, pero el director fue informado de lo sucedido, fue el mismo director quien llamó a Hassan y le informó de lo acontecido. Para cuando Skoll llegó con ellos. Hassan acababa de regresar de la dirección.

— Mis padres están en camino — añadió el chico — lo que no entiendo es por qué ¿Por qué ella?

Esa era la silenciosa pregunta que flotaba en el ambiente. ¿Por qué se llevaron a una niña al azar? ¿Qué buscaban? ¿Estaba en el lugar y momentos equivocados? Tantas preguntas sin respuestas. Skoll no sabía que decir ante un panorama así.

Aquella noche Hassan no pudo dormir, Skoll pudo ver a su amigo sentado en el alfeizar de la ventana, cuando en medio de la noche se levantó para ir a los servicios.

La mañana después de aquel caótico fin de semana, Hassan estaba permitido en faltar a clase. Los runas se encontraban haciendo las averiguaciones aun en el colegio. En cada Ayllu había al menos dos runas que parecían vigilar el lugar.

— ¿Acaso ahora serán guardianes del colegio? — Murmuró Driss mientras salían en dirección al comedor

— Probablemente quieren evitar la desaparición de alguien más — Hassan insistió en acudir a clase. Argumentaba que, si se quedaba sin hacer nada, la ansiedad lo mataría

Así los tres amigos fueron al gran salón para el desayuno y luego hacia su primera clase del día. Esa mañana tenían deporte y el clima estaba dispuesto a ir en contra de los ánimos de todos. Un radiante sol se asomaba sobre las montañas, quitando a muchos las ganas de correr bajo el sol.

— Se que el sol hoy está molesto — decía la profesora Silvia — pero que eso no nos quite las ganas, vamos chicos moviéndose

Si bien nadie tenía ánimos de ejercitarse bajo aquel sol implacable, no tuvieron opción mas que obedecer. Entre carreras y saltos de obstáculos, la clase fue desarrollándose con normalidad bajo la atenta mirada de cuatro runas que cuidaban de lejos a los estudiantes.

Para la mitad de la clase, la mayoría ya estaba empapado en sudor. Skoll y sus amigos, trataban de abanicarse mientras esperaban su turno de carrera. El primero en la fila era Driss, aprovechando eso, los demás podían tomar un respiro antes de seguir.

El chico salió corriendo al sonido del silbato de la profesora, Cuando lo vieron llegar a la meta marcada por la profesora, Skoll se alistó para ser el siguiente. El primer silbato sonó y el chico se puso en posición. El segundo silbato sonó y Skoll ya estaba listo, el tercer silbato resonó y el chico se impulsó hacia adelante.

El pelinegro iba a media carrera, cuando un terrible dolor lo atravesó. Sintió como si algo se clavara en su cabeza de lado a lado. Quemaba, dolía a horrores, Skoll no tuvo ni opción de detenerse. De la nada todo su mundo se oscureció y cayó desmayado en medio del campo.

La profesora al ver lo sucedido, corrió a ver que sucedía. El resto de compañeros también corrieron para ayudar al chico.

— A ver alumnos, muévanse, déjenme pasar — la profesora se abrió paso entre la bola de estudiantes asustados que miraban a sui compañero caído.

La mujer tomó el pulso del chico, estaba algo alterado, tenía algo de sangre saliendo por la nariz.

— Hagan espacio debo llevar a su compañero a la enfermería

Los runas que cuidaban el campo también se habían aproximado al ver todo el alboroto. Fueron ellos quienes cargaron al chico para llevarlo a la enfermería. Skoll, al ser tan alto, solo pudo ser llevado sujeto por los brazos sobre los hombros de dos runas. Atrás de él, Will, Hassan y Driss iban siguiendo a su amigo.

La señora Pilar los recibió en cuanto los vio asomarse por el pasillo. Recostaron al chico en una camilla, la señora pilar indico a los demás marcharse. Negándose a poder trabajar bien con tantas personas ahí, sus tres amigos no tuvieron más opción que volver junto a la profesora de deportes.

Skoll abrió los ojos a un lugar oscuro inicialmente. Confundido, miró un techo de altas bóvedas, oía el crepitar del fuego. No sabía dónde estaba, pero sentía la suavidad debajo de él. Queriendo averiguar dónde estaba, se removió y puso de pie.

Estaba en una habitación pequeña, había muchos libros en aquel lugar, cerca del libreo, una mesa la cual en ese momento era ocupada por un hombre de cabello largo y lacio.

— Despertaste — murmuró el hombre sin siquiera voltear — es hora te voy a mostrar

Skoll quería hablar, preguntar cómo llegó ahí, pero a pesar de que lo intentaba, su voz no salía. De pronto, de nuevo las penumbras se sumieron alrededor de él. Para cuando la luz se hizo de nuevo, estaban caminando por la orilla del rio que pasaba abajo del colegio, frente a el iba el hombre pelinegro.

— Recuerda esto, te ayudara encontrarlo — murmuró de pronto palmeando un gran árbol torcido en forma de “L” que se inclinaba sobre la orilla del agua

Las penumbras de nuevo, silencio, solo había una profunda oscuridad en cada momento de penumbra, como si Skoll flotara en un limbo. Cuando la luz se hizo de nuevo, pudo ver que ahora estaban al otro lado del rio, frente a él podía ver el árbol torcido de hace unos momentos.

— Debes tener cuidado con el lugar

El hombre seguía dándole la espalda, pero ahora se encontraban frente a una pequeña cabaña la cual estaba siendo abierta por su interlocutor. Las sombras volvieron de forma intermitente, primero vio un pasillo, de ahí una habitación. Luego vio una sala circular hasta terminar en una habitación que parecía excavada en la roca viva.

— Estará aquí esperándote

Dijo el hombre, mientras dejaba un pequeño cofre sobre un pedestal. Skoll miró el pequeño cofre, curiosos de su contenido y ahí finalmente pudo ver el rostro de quien le hablaba. Manoc Araya le devolvía la mirada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.