A solas

Después de la clase Skoll, Driss y Will quería una explicación a las palabras de su amigo. Parecía ser que Hassan omitió cierta información que estaba relacionada con la desaparición de su hermana.

— ¿Por qué dijiste obsesión? — insistió Will

— Me equivoque, es solo…el profesor Redram me pidió no decir nada al respecto

— Somos tus amigos — exclamo Driss

Los cuatro chicos iban rumbo a su ayllu para cambiarse la ropa de deporte, antes de irse a su siguiente clase. Hassan seguía justificándose, pero no lograría zafarse de los tres, eso lo sabía. La inevitable verdad tendría que salir a la luz.

— Hassan — dijo Skoll una vez que estuvieron en la habitación — tú mismo me dijiste el año pasado, que no me aleje de ustedes, que somos amigos y enfrentamos las cosas juntos.

— Sé lo que dije Skoll — Hassan rendido, se dejó caer a la cama — bien ustedes ganan, acérquense

Los tres chicos, pronto se apiñaron alrededor de a cama de Hassan. Al estar solos en la habitación, podían hablar tranquilamente, aun así, se apegaban por si alguien aparecía de improviso.

— El día que el profesor Redram me dijo lo de mi hermana, hubo una desaparición más, todo parece indicar que se llevaron a mi hermana y al libro de Manoc Araya

— ¿El libro? ¿Ese que llegó recién a inicio de año? — pregunto Will

— Ese mismo, y al ser un libro tan importante, no quieren que se sepa porque la prensa estaría rondando por aquí todo el tiempo, entorpeciendo la investigación. Por eso, solo lo saben los directivos, los runas y yo -h hizo una pausa — y bueno ahora ustedes

— Y nosotros obviamente no diremos nada — confirmó Skoll — pero ¿Cómo robaron también el libro?

— Es cierto, creí que la exhibición tendría protecciones y salvaguardas — añadió Driss

— En efecto lo tienen — confirmó Hassan — Por eso no saben como es que pudieron robar el libro

Mientras sus amigos charlaban sobre qué posibilidades habría de robar el libro. Skoll iba en silencio uniendo cabos. Los muquis secuestraron a la hermana y robaron el libro, un libro que reunía las memorias de Manoc Araya. De ser así, puede que el libro también incluyera las memorias de aquel cofre que vio Skoll en la última visión.

Si sus suposiciones eran ciertas, quizá por eso robaron el libro y se llevaron a su hermana. El libro los llevaría al lugar, pero de seguro Manoc Araya habría puesto salvaguardas que solo los brujos pueden retirar. Con esa premisa, la pregunta era. ¿Por qué no llevarse a alguien de grados mayores?

— ¡Skoll! — Hassan chasqueaba los dedos frente a su amigo quien mantenía la mirada perdida en la ventana — ¡Hey! Despierta

Skoll sacudió la cabeza al oír su nombre.

— ¿Qué pasó?

— Eso te deberíamos preguntar nosotros — dijo Driss — te quedaste mirando la ventana sin parpadear, no me digas que volviste a ver algo

— No, no nada de eso, simplemente creo que mis visiones podrían ayudar a encontrar a tu hermana.

Hassan lo miró un rato algo incrédulo, quizá el chico esperaba fuera una broma, pero al mover a su amigo reír, se inclinó un poco hacia adelante.

— ¿Por qué lo dices?

— Porque, en mis visiones Manoc Araya dice algo de recordar y buscar. En esta ultima visión me mostro un cofre. Y tu dices que robaron el cuaderno de la exhibición de Manoc Araya junto a tu hermana

— No entiendo lo que quieres decir

— Piénsalo Hassan, en el libro de Manoc Araya seguro escribió sobre el cofre que yo vi, y Manoc Araya al ser un brujo, pone salvaguardas, cosas que solo puede saber atravesar un mago.

— Ya, ¿me estas diciendo que se llevaron a mi hermana por eso?

— Es muy probable que, al ser una bruja, ella estuviera en el lugar y momento equivocado y se la llevaran por eso

Hassan pareció analizar dichas posibilidades en silencio. Frunció los labios y el entrecejo. Nadie se atrevió a decir mas a la espera del veredicto de su amigo.

— Bien, puede que tengas razón — afirmó el chico — entonces deberíamos decírselo al profesor Redram.

— ¿Quieres que le diga al profesor que tengo visiones? — preguntó incrédulo Skoll

El chico reconocía que lo más sensato era contarle dichas suposiciones a aun mayor, pero el decir que tenia visiones era algo que Skoll no se atrevía. Qué posibilidad existía de que le creyeran, después de todo, incluso sus amigos e un principio dejaron en claro que no es normal tener visiones

— Quizá no lo de las visiones, pero si de la ubicación de ese lugar que dices — afirmó Hassan

— ¿Y cómo le explico que sé sobre esa ubicación? — Preguntó el pelinegro, Hassan se quedó en silencio, era cierto. No tenían forma de explicar aquel dato, sin mencionar las visiones.

— Quizá haya una forma, solo debemos pensarlo — concluyó el chico.

Skoll no presiono más. En ese momento estaba claro que no llegarían a un acuerdo. Sin más que decir, en silencio los cuatro chicos se cambiaron las ropas de deporte, por el uniforme normal y fueron directo al comedor para el almuerzo.

La siguiente clase que tenían era pociones, aquella clase ya no era tan molesta, desde que Skoll podía ver a Nadia. Así que, después del almuerzo, los cuatro amigos se dirigieron al aula de pociones. Al entrar al salón, varios alumnos ya estaban en las mesas. Skoll y su grupo escogieron una mesa al fondo de la estancia.

En silencio buscó con la mirada a la joven con la cual cruzaron miradas. Skoll la saludo agitando la mano, a lo que ella respondió de la misma manera. El chico planeaba acercarse, pero justo en ese instante el profesor ingresó al aula.

— Buenas tardes, saquen todos sus libros, página treinta y cinco

Hablaba el hombre mientras se dirigía hacia la parte delantera del aula. El ruido de los libros abriéndose resonó por el lugar. El profesor pronto comenzó a explicar la utilidad e importancia de la poción que harían aquel día.

A pesar que Skoll estaba tomando atención, por momentos su mente divagaba en las visiones y en lo que Manoc Araya podría haber guardado en aquel cofre. Entre idas y venidas Skoll se paso en la clase divagando a medias. La poción era algo sencilla, razón por la que no tuvo necesidad de concentrarse tanto para conseguirla.