Qhoa: Las Sombras perdidas

Mikhuy Nuna

Las semanas pasaron y junto a ellas los cambios. Si bien la presencia de dichos practicantes no significó algo muy relevante para muchos alumnos, había quienes si se destacaban en su labor. Un gran ejemplo de ello era un joven practicante que respondía al nombre de Ivar.

El desde el principio se mantuvo junto al maestro de encantamientos, y aunque en ocasiones se lo veía acompañar a otros profesores, en su gran mayoría lo dejaban junto al maestro Gael.

El maestro Gael, era el maestro de encantamientos del colegio, no solo era el único quien había sido premiado siete veces por el ministerio como un gran docente, sino que también era el más antiguo de los profesores.

Con sus ya ochenta años cumplidos, aunque la mente del maestro seguía bastante lucida y su voz clara y fuerte. Había muchas cosas como el movimiento o revisar los trabajos, que ya eran dificultosos para el hombre. Razón por la que no fue extraño que, en un acuerdo tácito de los demás docentes, dejaran que el joven Ivar estuviera todo el tiempo junto al profesor.

Skoll había visto a Ivar un par de veces en la clase de pociones y otra en la de herbología, pero donde realmente lo veía desempeñarse con total libertad, era en la clase de encantamientos. Era un tipo amable y de sonrisa fácil, no había forma de verlo serio, incluso en sus días más cansados estaba dispuesto a ayudar a los alumnos o al profesor.

—Buen día Ivar — saludó Skoll cuando entraba al salón. Ivar se encontraba recorriendo las mesas mientras colocaba lo que parecía unas extrañas rocas con círculos en el centro.

—Buen día Skoll ¿Tus amigos? — Ivar estaba acostumbrado a ver al chico siempre con sus tres amigos atrás suyo.

— Oh, ya vienen yo solo me adelanté

Dicho esto, paso hacia una de las mesas y se dejó caer. Aprovechando que aún no llegaban el resto de alumnos, tomó la roca para verla a detalle. Skoll recordaba haber visto objetos así en algunas tiendas en el pueblo de casa. Aunque claro, lucían mucho más bonitas y pulidas que esa.

De a poco la clase se fue llenando, sus amigos llegaron y tomaron el lugar a su lado. El profesor Gael fue el último en entrar. Un hombre mayor ya sin nada de cabello en la parte superior de la cabeza. De tez trigueña y de estatura media. Vestía siempre un traje formal, siempre de distinto color o diseño. Hasta el momento, Skoll nunca lo vio repetir un traje. Seguro que su madre amaría conversar con el profesor y su evidente gusto por la moda.

Pensar en eso atraía a su mente los recuerdos de todas las cartas enviadas a sus padres y su silencio. Aun no tenía una explicación y la justificación de que estaban ocupados, ya no calmaba del todo su mente. Por el momento, decidió olvidar eso y centrarse en la clase.

—Muy bien alumnos, buenos días espero estén lo suficientemente despiertos como para practicar nuestro ejercicio de hoy.

La voz del profesor, se alzaba desde el escritorio donde los observaba detrás de sus gafas de gruesa montura. El hombre levanto una roca pequeña similar a la que ellos tenían en sus mesas.

— Bien, estoy seguro que muchos de aquí conocen este artilugio, tanto Kharis como magos alguna vez lo han visto. ¿Saben cuál es su nombre?

Will y Hasaan levantaron las manos al instante, parecían felices de por primera vez contribuir con algo que reconocían de casa. El maestro los miró bastante sorprendido también.

—Muy Bien, primero escuchemos al señor Orteaga y luego señor Vega — Indicó el profesor

— Esa es una piedra de bruja— Hassan lo miró extrañado pero el profesor asintió para luego pasar su mirada hacia el otro chico.

— Es una roca de las hadas — afirmó Hassan, a lo cual el profesor también asintió.

-Muy Bien, ¿Alguien más que desee hablar?

Los alumnos parecían aun confusos ante dos nombres, pero una chica de Solanum fue quien levantó la mano. El profesor la señaló al instante.

— Esa es una Quykur Rumi

— Muy bien señorita Marín, usted está en lo cierto al igual que el señor Orteaga y el señor Vega. Este artilugio es conocido por muchos nombres. Ustedes mencionaron algunos, y desde luego nosotros los magos lo conocemos como Quykur Rumi

Mientras el profesor explicaba el origen de su nombre. Skoll la miraba de cerca. Sabía que si uno miraba a través del agujero de dicha roca, podía ver cosas, criaturas e incluso lugares mágicos ocultos ante la vista de uno.

Skoll acercó su ojo hacia e agujero, pero del otro lado seguía viendo el mismo salón, nada cambiaba. Quizá en el salón no había nada oculto para ver, bajo la roquita y volvió a poner atención.

— Bien como decía, estas rocas por lo general son mágicas desde que son creadas. Las Quykur Rumi, son algo muy difícil de encontrar de forma natural, pero son muy útiles para múltiples labores mágicas. Así que nosotros vamos hoy a aprender el encantamiento para crear un Quykur Rumi

El profesor dejo a un lado la roca por un instante y comenzó a recitar el encantamiento que se usaría para hacer aquella simple roca, una Quykur Rumi funcional.

— Chasñawi — pronunciaba lentamente cada palabra para evitar errores, todos los alumnos, repetían al unísono junto a él. – Muy bien, se oye bien ahora practicaremos el movimiento de la suntur

Una vez más, tomo la suntur y la movió en el aire como si dibujara un espiral. Ivar, el practicante, había tomado su lugar al otro extremo del salón, donde usando su propia suntur, imitaba el movimiento de varita para que los alumnos del fondo, pudieran practicarlo.

— Dos vueltas en sentidos del reloj y abajo, como si jalaran una colita

Parecía simple, dos vueltas y una colita, Skoll sentía que dibujaba una letra en el aire. Practicaron aquel movimiento por un buen rato hasta que el profesor considero ya era momento de ponerlo a prueba.

— Ya que todos tienen su roca al frente, vamos a primero levitarla. ¿Si recuerdan el hechizo de hace tres semanas verdad?

Todos asintieron. El hechizo de levitación era uno de los más fáciles. Ahora Skoll entendía por que habían aprendido primero ese.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.