"¿Qué hace una mujer rota intentando arreglar a un hombre que perdió la mitad de sus piezas?"
Es mejor romperse sin que nadie lo sepa, es mejor caerse sin que nadie te vea. No es el miedo al dolor lo que me asusta, sino a tocarla porque estaba rota.
No todas las rosas marchitan ni todas las espinas lastiman. Si cortas una rosa más rápida se marchita, en cambio si está en una maceta encontrará la forma de mantenerse con vida.
Las cicatrices no son recuerdos de lo que se ha roto sino de lo que se ha superado. Todo lo roto dentro de ella se uniría por sí solo, el veneno ya había comenzado a curar la herida.
El hueco deja espacio para un pedazo con daño. Cada uno necesita tiempo para lo dañado, una persona no puede simplemente curarlo. El pájaro se enamoró de la jaula, él decía que la quería pero con lo que hacía tan sólo la destruía.
Lleva en el alma unas cuantas heridas que si las espinas se clavan en las plantas de qué te sirve lastimarte aún más. Hasta que se consuma el dolor en medio de las grietas aunque el dolor me haga trizas.
Aunque nos volvamos grises con un montón de cicatrices. Una vez que nos rompen no volvemos a ser iguales, levanté cada una de mis partes y poco a poco me volví a armar.
Querría poder regalarte mi dolor para que puedas entender cuánto me has lastimado. No quiero a alguien que me cure, quiero a alguien que no me lastime más. Mientras te rompes en pedazos a pesar de los años uno aprende con los daños.
Desbaratarse por completo en un duelo intenso entre el blanco y el negro, un color marchito dónde el corazón deteriorado ya no permite más daño.
¿Podría manejar el dolor?
¿Cuidarás mi alma rota?
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Editado: 11.11.2024