VIII

LILA JENKINS.
 

— Ahora supongo que van a llamar a la policía.
 

Aún abrazados lo miramos y luego nos miramos a nosotros.

Vuelvo mi mirada a Cameron.

— No, no hiciste nada malo al final.

— ¡¿Que no hizo nada malo?! ¡Trato de hacer que nos olvidemos del otro!

— Si, pero luego nos devolvió los recuerdos.

— Si, pero también nos secuestro y trato de matarme.

Deje de abrazarlo.

— Pero no lo hizo ¿O si?

— ¡Pero quería, pensaba e iba a hacerlo!

— No exageres, no te mato y eso es lo que importa.

— Wow ahora veo cuánto te importa mi vida. —Habla June con sarcasmo.

Dios.

No hace ni un minuto que nos reconciliamos y ya estamos peleando.

— No digas idioteces, claro que me importas.

— Pues no lo parece.

— Sabes que ya no pienso discutir más con vos.

— Pues yo tampoco.

Se cruzó de brazos y desvió su mirada atrás mío donde se encuentra Cameron.

— Lila…

— ¿Si?

— Ya no está.

— ¿Quien?

— Cameron ya no está, se fue.

Al escuchar me doy la vuelta y en como dijo June, Cameron no se encuentra por ningún lado.

— Ves si no hubieras querido que no llamemos a la policías no se hubiese escapado.

Me giro para verlo.

— Está bien que se haya ido, de todas formas yo no pensaba llamar a la policía.

— ¡Trato. De. Matarme! —Me grita separando las palabras.

Y ahí empezamos otra vez a discutir.



















 

(…)
 

— ¿En dónde mierda estaban? —Preguntaron los hermanos de June al vernos.

Ya que al parecer llevábamos tres horas desaparecidos.

— Nos secuestraron. —Hablo relajada.

— ¿Quien? —Pregunto Tom.

— Cameron su ex novio. —Respondio June.

— ¿Cameron el loco enfermo obsesionado con vos?

Miro a June con una ceja alzada.

— ¿Que? Es la verdad. —Se justifica.

— Aún así, es feo que le digas enfermo.

— ¡Me cortó la cara! —Grito mientras apuntaba a la herida.

— No seas marica, solo fue un rasguño.

— ¡Me quiso matar!

— Bueno ya está de todas formas, ya se fue y no creo que lo volvamos a ver por mucho tiempo.

Me acerque a June, lo bese y rodee su cuello con mis brazos.

— Nos alegra que hayan arreglarado las cosas.

— A nosotros igual. —Contestamos al unisono.

Nos miramos a los ojos y así nos quedamos por un buen rato.



 

Fin.