a las finales solo encondo mi amor, amo inocentemente.

no siempre es de mi agrado ser un escritor dramático, dramátizando cada palabra, esta vez solo contaré, cómo siempre.

Piero llegó a casa mientras estaba leyendo y empezamos a comprar trago, no estoy en mis mejores momentos, vivo con los ojos entrecerrados llenos de tristeza, llegan personas que creen que pueden hacerme sentir mejor, solo hay una persona capaz pero no cree en mí y es facil de deducir cómo me siento respecto a eso, le dije que me sentía mal, me dijo, no te dejaré solo esa vez y entiendo que no te hace bien estar así frente a mí, desinteresado pero, cómo me siento yo, sabes más que nadie, que me lastima esto.

empecé a tomar con Piero y fui a por algo pero no sé cómo carajos estaba la abuela y mi tía, discutiendo con mamá por una pelea con mi papá, papá no estaba y me quedé corroborando que mamá no llore frente a esto pero, ya estaba siendo muy cansado, esto me ha estado consumiendo desde pequeño y sigo pensando que la abuela es una ignorante frente a todo, papá llegó y solo escuché un par de cosas para irme con la cabeza gacha, lloré en mi habitación diciéndome a mí mismo que nada de los momentos felices juntos a mis padres eran verdad, todo era falso, amor falso, mi vida había sido una historia falsa, sentimientos muertos, actuados... recordando las veces en paseos en carro, lluvia en un viaje mientras comíamos helado en el frío, era la única comida que había, acompañado de risas... me golpee la cabeza tan duro con las manos que estuve tirado en el piso mientras lloraba, mientras me decía a mí mismo que todo fue falso; ojos cansados, le escribí a mi papá para hablar, quería sacar todo por primera vez pero no respondía, salí de mi habitación y gran sorpresa, la abuela seguía hostigando, estuve 30 minutos escuchando todo, todo, todo, todo lo que me puede matar, lo escuché; paré todo y pedí que me dejarán solo con mis padres, primera vez en mi vida siendo no un cobarde al fin que, apagué las luces para que no vean mis lágrimas mientras hablaba, la voz, la voz ya la fingía bien, tantos, tantos años ocultando mi dolor actuando una voz no quebrada; hablé sobre dejar la carrera ya que mi mente no hallaba paz desde que era pequeño, que me perdí muchas mujeres buenas por el dolor que llevaba, que acababa de perder a la mejor mujer que pude haberme cruzado por todo lo que esto me ha causado, que la idea de morirse nunca estuvo mal, confesé abiertamente que todo, todos los problemas de salud que tenía los provocaba yo, buscando algo que me haga morir tranquilo, la pulmonía que me hacía escupir sangre y que al final el dinero de papá curó, de las veces en las que me golpeaba solo y dejaba un charco enorme de sangre frente al lavamanos, en el piso para que la vea mi madre , no tengo ni idea de dónde mi cuerpo sacaba tanta sangre para votar, hace algunas semanas dejé de comer y lo único que hago es llorar y tropezarme en el piso por los debil que estoy dejando a mi cuerpo, me siento mal, y ella no merece esto, la amo mucho que no lo merece.

entonces empecé a soltar todo y mi padre empezó a sonar cómo un padre de verdad mientras decía cosas de que la vida es dura donde sea que esté, así decida irme lejos, a otro país, que igualmente seguiré recibiendo golpes en la vida y tiene razón, lo único que pienso ahora es empezar de 0, no cómo cobarde, cómo alguien valiente que sabe que mi vida actual no tiene arreglo, estuve lleno de esperanza durante 10 años, ese fue el acto más inocente de mi vida, esperar pacientemente un cambio, cuando me estaba derrumbando de aquello, me gustaría escribir todo mejor pero he perdido todo, la escritura, la música, todo, por seguir un sueño que no es mío.

hablé con la chica que mas he amado en mi vida, estuve unas cuantas horas en bogotá con mi hermano por sus negocios, debí darte un beso, debí tocar tus manos y decirte que te amo, mientras se mueven mis labios rojos, mientras te miran mis ojos enamorados, mientras me consumo de amor por tí... debí, al menos, reclamarte un abrazo lleno de amor, Andrea.