Queen of Kings

Capitulo 5

Las ocho de la mañana y ya estábamos todos despiertos desayunando en el comedor. Desde los ventanales se podía apreciar un tiempo poco despejado y esperaba que no lloviera, tenía ganas de salir.

Parecía mentira cómo cambia nuestra forma de vivir delante de los abuelos.

-¿No comerás nada más?- dijo al ver que me levantaba-

Negué.- Estoy llena-

Agarré mi plato y vaso y fui a dejarlo a la cocina.

-¿Dónde vas tú con tanta prisa?- escuché la voz de uno de mis padres-

-Solo quiero tener tiempo para salir, tengo que hacer aún las tarjetas que me pidió el abuelo ayer- lo miré- sinó, no tendré tiempo-

-Sabes que no es bueno que salgas sola-

-Mama, enserio?- genial arruinarme el día- solo iré al centro donde está todo-

-Tu misma lo has dicho, dónde está todo- puse mala cara-

-Podemos acompañarla- saltó Liam- necesitamos salir un poco, tu misma lo dijiste está mañana-

-A parte de que hace mucho no venimos por aquí, hay que ver como están las cosas por si os debemos avisar de alguna novedad-

-Os quiero aquí a la hora de comer, ni una hora más- nos señaló- y los móviles con sonido por si llamamos-

-Gracias, gracias, gracias- dije repetidas veces besando su mejilla-

Después de aquello subí rápido a mi cuarto donde me puse a buscar alguna que otra plantilla para hacer las tarjetas, si la terminaba ahora iría al despacho y empezaría a primir las copias necesarias.

Antes de ponerme cogí mis auriculares y puse música empezando por No Place Like Home.

Ahora sí, ya podía empezar. Busqué una plantilla con los colores parecidos a los de la fiesta, cosa que me costó bastante ya que a cada que veía me enamoraba de todas. 

Creo que me pasé una hora entera haciendo la maldita tarjeta, pero la maldita tarjeta salió bonita así que valió la pena. Cogí el portátil y caminé al despacho donde no había nadie y me puse a imprimir. Cada tarjeta que veía salir de ahí era perfecta, me sentía satisfecha con el trabajo que había hecho. Estuve vigilando cada tarjeta que salía para comprobar que no tuviera ningún tipo de error.

En cuanto las tuve, puse el montón delante de mí y me senté en el sitió del abuelo. Cogí una de sus plumas y una por una la empecé a firmar, para que fuera más obvio aún que era de nuestra familia. 

Está vez tardé un poco más, debió ser una hora y media pero el resultado valió la pena así que perfecto. Guardé una por una en un sobre distinto que llevaba una rosa seca dentro. Esa idea se me ocurrió a mi de pequeña y desde entonces los sobres para invitaciones llevan una flor seca, cualquier tipo de flor.

Quedando unas veinte tarjetas aproximadamente, la puerta se abrió.

-¿Sabes dónde está el abuelo?- Axel fue el primero en hablar-

-¿Tengo pinta de saberlo?- elevé una ceja-

Una mano cogió una de las tarjetas que faltaba por guardar en el correspondiente sobre. 

-Al abuelo le va a gustar-

-Eso esperó- se la cogí de la mano para guardarla- ¿que queréis?-

-Siempre crees que queremos algo- dijo Azriel-

-Por qué es cierto, siempre queréis algo-

-Esta vez no te equivocas- puntualizó Ezra- queremos saber si ya estabas lista para irnos-

Agh, es cierto me tengo que ir con ellos.

-Solo me queda guardar estas tarjetas y dárselas al abuelo-

-¿Cómoda?- Uriel estaba apoyado en el escritorio-

-Si, y mucho la verdad- seguí con mi faena- por cierto, mamá te deja salir?-

-¿A quien le preguntas?-

-Ya lo sabe- los miré unos segundos-

-Sabes que con los abuelos de por medio podre hacer lo que quiera bonita- rodé los ojos-

Engreído. Sabía que estaba sonriendo aunque no lo pudiera ver.

Durante unos segundos estuvimos en total silencio hasta que terminé.

-Vale, ahora toca bajar todo esto- 

Me levanté de la silla y con cuidado cogí todos los sobres, caminando hacía la puerta que me abrieron, cosa que agradecí. Caminé hacia las escaleras y con cuidado de no pegarme la del siglo caminé muy despacio por las escaleras, pero eso no parecía ser lo suficiente. Sin saber cómo, mi cuerpo se tiró hacia delante perdiendo el equilibrio. 

Un grito iba a escapar de mi garganta para prepararme para recibir el golpe. Y magia, no llegó ninguno. Tragué saliva por el susto reciente.

-Te ayudó-

Liam que había sido el responsable de parar mi caída me ayudó a colocarme bien en la escalera y agarró unos cuantos sobres.

Ahora veía mucho mejor, aún así mis piernas temblaban un poco por lo anterior.

-Mamá, sabes dónde está el abuelo?-

-En la cocina con tus padres- dí media vuelta y caminé hacia allá-

Entramos y dejamos los sobres encima de la isla.

-Ya los tienes- fijó su mirada en mí, y luego en los sobres- he dejado uno sin cerrar para que la vieras-

-Muy confiada para creer que está perfecto-

-Lo está- aseguré aunque estaba muerta de los nervios-

Le extendí el único sobre que todavía no estaba cerrado para que lo viera.

Observaba todos y cada uno de sus movimientos. Nos pasamos unos diez minutos en silenció esperando a que dijera algo.

-Tienes razón, está perfecto- lo cerró-

Una sonrisa se formó en mi rostro. Fijé mi vista en mi padre Caleb y esté me guiño el ojo.

-Llevaos alguna si encontráis a alguien- agarré unas veinte que supongo fueron las últimas en guardar- acordaos de a quien le dais el sobre- asentimos- ya podéis iros-

Nos despedimos de ellos y salí pitando de la mansión haciendo que el frío me golpeara con cierta fuerza, pero eso no hizo que diera media vuelta.

No me preocupé por que me siguieran o no ya que estaba segura de que estaban detrás.

Desde dónde estábamos no se tardaba mucho hasta llegar al centro, eso era en coche, andando era un poco más.

-Podrías ir más lenta, no crees?- habló Mica-




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