Querida Alicia

Vacío Emocional

CAPITULO II ♧

Silencio. No respondió, Cian podia ser un idiota si se lo propone, pero cuando solo mencionas su debilidad se vuelve callado y distante.

—¿Y tú?—me miró con esos ojos verdosos intensos—¿Como eres capaz de soportar todo lo que víste?—me preguntó.

—No siento nada.—confieso.

No se lo que son la emociones o sentimientos, no siento el dolor emocional tan fuerte como para aferrarme a algo tanto o el arrepentimiento de mis actos.

—Es un vacío emocional—responde.

-No se que será y tampoco lo quiero saber, no soy capaz de consolar a nadie hasta ahora porque no entiendo y lo viví.

—Te entiendo—Sonríe y lo observo deslumbrada.

Mi madre era una persona muy sentimental, la primera vez que la ví llorar, no sentí nada por ella, ni lastima, ni dolor, nada solo vacío. Es una maldición porque no logro entender lo que ella o mis hermanas sienten, para lograr entenderlas, pero nunca es como si mis emociones estuvieran muertas.

—No soy alguien normal, no lo soy.—afirmo— Soy un maldito monstruo que no es capáz de llorar, sonreir genuinamente, estoy vacía y sola, y el ser que me enseñaba o intentar sentir está muerto.

Ivey

Miré a mi madre con frustacíon.

—Madre, sal de esa burbuja una maldita vez, deja de culpar a alguien que no tiene la culpa de nada. Tu, tu misma hundiste a Alicia, la hiciste sentirse un monstruo, ella esta enferma pero no de mente y tu más que nadie lo sabe, como puedes—.

—¡Callate!

—¡No me voy a callar!, porque eres incapaz de disculparte con tu hija, solo porque no quieres aceptar la maldita realidad.—escupo molesta—Papa, se sentíria decepcionado de la mujer que una vez amó.

Y esas fueron las palabras, para que mamá rompiera en llanto.

Minutos déspues...

—¿Familiar?—me preguntó el guardia en la ventanilla del auto.

—Alicia Harrison—respondí, el guardia buscó entre los papeles su nombre, hasta que lo encontro.

—Puede pasar la atenderan en la recepción.—Asentí en forma de agradecimiento y manejé hasta aparcar mi auto y bajarme para entrar en el psquiátrico.

—¿Que se le ofrece Srta. Harrison?—me preguntó la recepcionista.

—Quiero ver a Alicia—Ella asintió y llamo a alguien por telefono y colgó.

—En estos momentos Alicia se encuentra en terapia, pero si quiere la espera arriba.—asentí y ella me guío hasta el tercer piso donde había un gran letrero que decía:

Tenga cuidado, pacientes de mayor peligro.

—Es aqui, puede sentarse, si así lo desea.—indicó

—Muchas gracias—ella me sonrió y se fue del lugar.

Alicia

—Mañana haremos una actividad-miré al doctor desconcertada—Se que las terapias en pareja son una vez a la semana pero así no avanzarán nada. Será divertido.—dice sonriendo.

Me levanté de la silla.

—Hasta luego, Dr. Spencer, Cian dije a modo de despedida

Salí de la sala de terapia para encontrarme con una chica ojos de color avellana, Ivey.

Ella se levantó y abrió sus brazos para yo acurrucarme en ellos.

—Ya te extrañaba—Confiesa con una sonrisa en el rostro.

Me alejé y salimos para andar en los pasillos y llegar al jardín.

—¿Como estan fauna y flor?—le pregunté sentandome en una de las bancas de madera y ella también hizo lo mismo.

—Estan bien, se acerca su cumpleaños numero dieciseis, quieren que estes allí—expresa.

—Lograré sanar—Posé mi mano sobre la de ella, me miró con lo ojos avellanas ya un poco rojos—Deja de culparte, por errores que no cometiste.—Le ordené.

—Papá estaría muy orgulloso de todo lo que has superado.—Aunque no pudiera sentir nada con tan solo recordarlo mi corazón se hundió. El era mi debilidad, hasta el punto de ser capaz de aferrarme aquel único recuerdo.

—Y de todas ustedes también, son sus princesas, Fauna, Flor, Hester y tu.

Ella me miró confusa.

Continué—No pude protegerlo, Ivey. Y con todas mis fuerzas quisiera lamentarme pero no lo hago, en serio. El se llevó todo mi, era especial para mi pero ya no está.—Mi hermana rompió a llorar, toda esta situación había destruido a mi familia, tanto que no se si algún día podriamos sanar o al menos mis hermanas y mi supuesta madre.

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Despedí a mi hermana, luego de nuestra conversación me fui a encontrar con Emma a su habitación.

Entre y me lleve la sorpresa de encontrar a Charlie.

—Hola—Los saludé ellos se percatarón de mi presencia y me vieron, Emma estaba totalmente sonrojada.—Si necesitan estar a solas, no me molestaré en irme, tengo cosas que hacer.

—No creo que sea justo—Respondió Charlie, alcé una ceja y con mi semblante cuestioné un "Por que".

Estos jovenes—Me marcho, que disfruten su día.

Salí de la habitación de Em, para ir a la mía que estaba en el tercer piso.

Doble una esquina y me paré en seco.

Nos volvemos a ver, Alicia.

Era esa mujer, la que habia asesinado mi padre y la que yo maté.

Supongo que te habras soprendido—Habló de nuevo

Me animé a preguntar.

¿No te había asesinado, ya?—su expresión cambió a una de sorpresa, lo frío de mis palabras eso fue.—Creo que no me importará volver hacerlo.

Y desperté, resoplé.

Volvieron las pesadillas de nuevo.

Miré hacia la ventana de vidrio laminado, estaba empañada por el frío ya el invierno había llegado a inglaterra.

Hoy tenía el día libre asi que no tenía practicamente nada que hacer, no habia hablado con Emma desde que estuvo en su habitación con Charlie y me largue.

Me levanté de la cama para ir a asearme, me cepillé los dientes y me lavé la cara.

Tomé una ducha rapida y salí de ella para secarme, pero unos golpes en la puerta me lo impidieron, me envolví en mi toalla para vestirme rapido con el uniforme del hospital.



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En el texto hay: misterio, familia, secretos

Editado: 14.06.2024

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