Un día normal de instituto mientras hablaba con sus amigos, todos ellos habían decidido cambiarse de escuela y Melisa se acababa de enterar, no se lo esperaba, de repente se encontraría sola, el próximo año no tendría con quien hablar ni divertirse.
A los pocos días terminaron las clases y las vacaciones de verano comenzaron.
Melisa tenía cita con una psiquiatra a pedido de su doctora, que a su vez era una amiga de la familia, la cual creyó que tal vez la psiquiatra podría ayudarla, pero Melisa estaba sana y no le pasaba absolutamente nada, simplemente no le gustaba hablar de sus sentimientos ni pedir ayuda.
Una vez en la consulta, después de hablar con la señora, su padre fue llamado para hablar con ella también.
Los tres en la pequeña sala empezaron a hablar, salió el tema de la escuela y el poco interés que tenía por ese lugar.
Su padre estaba arto de esa situación y ella aprovecho la oportunidad, exigió que le cambiaran de escuela ¿podéis imaginar a cual pidió ser inscrita verdad?
Exacto! A la misma que sus amigos.
El señor Martinez, padre de Melisa, al principio se negó pero tras tanta insistencia de su hija y la promesa de que si suspendía una sola asignatura en el primer trimestre la sacaría de ahí para ponerla a trabajar terminó accediendo.
Nada mas salir de la consulta el señor Martinez condujo junto a su hija directo a la nueva escuela donde estudiaría Mel para poder inscribirla.