Gracias al cambio de escuela Mel mejoró sus calificaciones, estaba mas motivada, le gustaba lo que estaba estudiando, aparte de estudiar para sacarse el graduado, estaba estudiando servicios comerciales.
Era algo divertido y estimulante, no solo estaban las típicas clases sentado haciendo ejercicios y tomar notas de las explicaciones que daban los maestros, si no que también tenías que simular situaciones de trabajo.
Crear facturas, albaranes, montar escaparates de todo tipo usando tu imaginación y las lecciones aprendidas durante las clases, aprendías las estrategias y trucos de marketing, todo tipo de cosas que puedas imaginar.
Te preparaban para trabajar en un almacén, en una oficina, o tratando con clientes cara a cara como un auténtico hombre o mujer de negocios.
Al final del último año, la escuela mandaba a los alumnos a diferentes empresas y trabajos, todos por separado para que cada uno fuera independiente y no pidiera ayuda a sus amigos, ya que esta era la parte mas importante de todo el curso, dentro de la empresa te asignaban a un tutor para guiarte y evaluarte, si lo hacías mal y no eras capaz de trabajar correctamente, el tutor de la empresa podía suspenderte, y si eso pasaba automáticamente suspendías todo el curso y no podrías graduarte.
¿Fantástico verdad? Todo tu trabajo dependía de una persona externa, que no tenia nada que ver con la escuela.
Obviamente Mel consiguió aprobar todas las etapas del curso y graduarse, pero otros de sus amigos no tuvieron la misma suerte.