Capítulo 16

Era de noche, estaba en mi departamento.

Pum, pum, pum…

Me desperté, estaban tocando en mi puerta, esperé que volvieran a tocar pero nada, volví a cerrar los ojos.

Pum, pum, pum…

Ahora si estaba segura de que estaban tocando mi puerta.

Pum, pum, pum…

Me levanté rápidamente, fui hacia la puerta y te encontrabas delante de mí, estabas demasiado pálido, tembloroso, me preguntaste que si podías pasar, te dije que sí, te sentaste en mi sala, fui rápido a la cocina por un vaso de agua, te lo entregué, tomaste un trago, nos quedamos un rato sin decir nada, hasta que te pregunte ¿Qué pasa?

Fue cuando te rompiste y empezaste a llorar, jamás había escuchado un llanto como ese, te abracé y tú me tomaste con fuerza, te intenté tranquilizar, tu no me soltabas, después de un buen rato, me contaste lo que pasó, fue tu amigo que falleció, sabía que tu mejor amigo estaba muy enfermo, y que ya no se podía ser nada por él, supe que te pusiste a buscar diferentes tratamientos para poder ayudarlo; pero los doctores te dijeron que eran tratamientos largos y dolorosos y que no garantizaban que funcionaran.

Seguiste llorando, quería calmar tu dolor, así que te abracé con más fuerza, creo que lo malinterpretaste, lo siguiente que hiciste fue sostenerme de mi barbilla y me atrajiste hacia ti, me besaste, con fuerza, jamás me habías besado así, me separé, tú volviste a besarme, quería ayudarte pero no de esta manera; después ¿quién podía ayudarme a mí para volver a superarte?

Te volví a quitar, y te dije que basta, que este no eres tú, qué no te podía ayudar de esta forma, que era tu amiga, te dije que siempre podías contar conmigo, pero no de esta manera.

Te molestaste.

Te levantaste y te dirigiste hacia la puerta, intenté detenerte, no me dejaste abrazarte, te tomé la mano, las observaste entrelazadas, y antes de que salieras de mi departamento me dijiste si no me ayudas de la forma que quiero, no me sirves para nada.

Te solté de la mano.

Te dejé ir.

Pensé ese chico ya no es el mismo del que me enamoré.

Empezaron a salirme lágrimas.

Tú cambiaste.

Ambos lo hicimos…

Y ese día.

Fue el último en que nos volvimos a ver…